Usted está aquí: lunes 10 de septiembre de 2007 Cultura Recibe Yásnaya Poliana el segundo seminario de traductores de Tolstói

En diciembre se presentará el cuarto volumen en español de su correspondencia

Recibe Yásnaya Poliana el segundo seminario de traductores de Tolstói

Visitará México el tataranieto del autor ruso; reconoce la labor de Selma Ancira

Juan Pablo Duch (Enviado)

Yásnaya Poliana, 9 de septiembre. La presencia de Lev Tolstói, más allá del tiempo y de su legado literario, se siente con especial intensidad en Yásnaya Poliana, la hacienda donde nació el insigne escritor ruso y vivió, salvo un par de décadas de ausencia, más de 70 años.

Asentada sobre 400 hectáreas –cuando la habitaba Tolstói y antes de convertirse en casa-museo en los años 20 del siglo XX, tras la caída del imperio de los zares, llegó a tener mil hectáreas más–, Yásnaya Poliana se encuentra a 189 kilómetros de Moscú, en dirección sur, en las cercanías de Tula, homónima de nuestra ciudad hidalguense.

Aquí se venera al autor de La guerra y la paz, sobre todo en fechas tan señaladas como la de este domingo, el 179 aniversario de su natalicio, interminable la fila para depositar flores en su modesta tumba.

Los restos de Tolstói, que falleció de neumonía el mismo día que comenzó la Revolución Mexicana, el 20 de noviembre de 1910, descansan bajo un simple montículo cubierto de hierba sin placa alusiva y sin cruz, como dispuso quien también fue un rico terrateniente que se enfrentó a la jerarquía de la Iglesia ortodoxa rusa y con ello se ganó la excomunión.

En Yásnaya Poliana, Tolstói escribió –eso sí, en habitaciones distintas porque reubicó su despacho en incontables ocasiones, según los estados de ánimo del conde– casi todas sus obras.

En este escenario tolstoiano por excelencia se acaba de celebrar el segundo seminario internacional de traductores de Tolstói.

Convocados por Selma Ancira, la reconocida estudiosa mexicana de la literatura rusa que tiene en Yásnaya Poliana una extensión afectiva de su casa barcelonesa, y Galina Alekseyeva, investigadora rusa a cargo de los actos académicos en la casa-museo, se dieron cita algunos de los mejores traductores de Tolstói al español, francés, italiano, alemán, chino, griego, turco y otros idiomas.

Durante tres días, y aunque por impedimentos de último momento no hubo en esta ocasión representantes de la escuela inglesa de traducción, los especialistas tuvieron la oportunidad de intercambiar experiencias y conocer lo que hacen sus colegas en otros países.

Con rigor académico y sin perder la complicidad que da sentir la misma pasión por el autor de Anna Karenina, los participantes hicieron gala de oficio al explicar, cada cual desde su entorno y perspectiva, el arte de verter a otras lenguas la letra y el espíritu de Tolstói.

Mención aparte merece la conferencia magistral que, por espacio de tres horas y media, ofreció Michel Aucouturier –profesor emérito de la Sorbona de París y autor de varios libros sobre Tolstói, entre ellos la biografía ya clásica publicada hace 11 años por Editions du Seuil–, acerca de las dificultades que se presentan al trasladar al francés el relato La mañana de un hacendado.

Cada noche, en un ambiente distendido, la poesía de Marina Tsvetayeva, Anna Ajmatova, Boris Pasternak, Iosif Brodsky y Bulat Okudzhava, por mencionar sólo una mínima parte del repertorio, llenaba la sala de descanso del último piso del hotel, en la voz y en la guitarra de Yelena Frolova, figura emergente en el horizonte actual de cantautores rusos.

En diciembre, el cuarto volumen

Satisfecha por el alto nivel de las ponencias presentadas en este seminario, y como coordinadora del mismo, ya con una tercera edición en mente para el siguiente verano, Selma Ancira adelanta a La Jornada que el próximo 9 de diciembre, en Bellas Artes, será presentado Correspondencia II 1880-1910, el último volumen de la tetralogía con que, bajo el sello de Ediciones Era, quiso acercar al lector de habla hispana al ser humano que había detrás del literato, por medio de una cuidada selección de los diarios y cartas de Tolstói.

El acto tendrá un invitado de excepción: el director y alma de Yásnaya Poliana, Vladimir Ilich Tolstói, tataranieto del escritor. De 45 años de edad, periodista de profesión, en los años 90 del siglo XX dejó todo en Moscú y se hizo cargo de la casa-museo.

“Espero con ansiedad el momento de conocer México, país que para mí siempre ha tenido mucho de mágico. Asistir a la presentación del segundo tomo de correspondencia de Tolstói, en versión al español de Selma Ancira, es una gran alegría y un verdadero honor”, se incorpora a la plática Vladimir Tolstói.

Añade: “La labor que realiza Selma es extraordinariamente importante porque los diarios y las cartas de Tolstói son una suerte de laboratorio de su creación literaria”.

Sueña con que algún día todo Tolstói sea traducido –sus obras abarcan 100 gruesos volúmenes– a las lenguas más importantes.

 
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