Usted está aquí: miércoles 12 de septiembre de 2007 Cultura Gala de teatro en movimiento y danza por los 25 años de Cuerpo Mutable

La coreógrafa Lidya Romero recibió la Medalla de Plata de Bellas Artes

Gala de teatro en movimiento y danza por los 25 años de Cuerpo Mutable

Arturo Jiménez

Ampliar la imagen Integrantes de Cuerpo Mutable, durante un ensayo en el Palacio de Bellas Artes, previo a su presentación por los 25 años de la compañía que dirige Lidya Romero Integrantes de Cuerpo Mutable, durante un ensayo en el Palacio de Bellas Artes, previo a su presentación por los 25 años de la compañía que dirige Lidya Romero Foto: Carlos Cisneros

Fue un flash back de un cuarto de siglo, una antología de la danza, una gala de teatro en movimiento, una selección de escenas, de imágenes, de nuevas versiones del pasado desde el presente, una recreación y homenaje al antes desde el ahora, un ejercicio de la memoria.

Fue la celebración, en el Palacio de Bellas Artes, del 25 aniversario de la compañía El Cuerpo Mutable, dirigida por la bailarina y coreógrafa Lidya Romero, quien recibió la Medalla de Plata de Bellas Artes de manos de la directora del instituto, Teresa Franco, por haber revitalizado la danza contemporánea mexicana.

La noche del pasado sábado las butacas de la sala principal del recinto fueron apenas suficientes. Amigos, seguidores y gente de la danza se reunió para celebrar con esta compañía que, a partir de 1982, con la obra El viaje y bajo el impulso de Romero, Eva Zapfe y Herminia Grootenboer, comenzó un trabajo sistemático de creación, experimentación, investigación, docencia y difusión.

Con un programa dedicado al recién fallecido director, actor y dramaturgo Juan José Gurrola, por el escenario de la retrospectiva se sucedieron escenas y fragmentos de las obras más representativas de estos cinco lustros, con el plus siempre agradecible del humor, el sarcasmo, la sátira y el esperpento:

El viaje (1982), Golpe de gracia (1985), Bajorrelieve (1989), Piensa en Marlon Brando… (1995), Especie en extinción (2000), Special Delivery (2004) y Papeles de guerra (2006).

Composición plástica

Ayudados por los recursos de la yuxtaposición, la disolvencia, los oscuros, los cortes directos o los telones, se sucedieron sobre todo escenas urbanas: coreografías del arrabal, casi siempre en vestidos de noche, charol y tacón, salseros, rumberas, historias fieles o reinventadas de la balada, a su vez recreada por nuevas voces.

Pero también escenas y personajes e historias a partir de –o con el fondo de– piezas del rock, el rap, el jazz, el blues, la música disco o de piezas comerciales o clásicas casi siempre apoyadas en el piano como instrumento omnipresente.

Algunas imágenes eran más que acertadas en su sola composición plástica: un solista bailando y medio telón rojo, intenso, a unos metros de su cabeza, o cajas de colores con muñecas humanas transportadas en diablitos, o un elegante quetzal-venado-ser urbano, vestido de traje negro y penacho, en un trance, como guiños a la danza del venado y a las coreografías mexicanistas.

Destacó también el manejo de recursos narrativos, como cuando en una vuelta de tuerca, una de las cinco muñequitas encerradas en sus cajas sale para bailar con su captor y termina encerrando a éste.

Dos bailarines (ella y él) chocan, con la historia roncarrolera de por qué se fue y por qué murió, por qué el señor me la quitó. Y en la siguiente yuxtaposición él, muerto ya, no se retira de escena y sigue un proceso de metamorfosis hacia otros personajes, o él mismo, pero en escenas diferentes.

Varias sorpresas visuales, como cuando una bai-laora maltrata y monta a su bailaor. O como cuando se extiende una alfombra roja y desfilan, en interminable círculo virtuoso, unas cinco bailarinas. Y justo al llegar la monotonía, un travesti de peluca rubia se cuela entre ellas.

Tan diversas como las obras y las imágenes fueron las músicas: desde Pink Floyd hasta Tlen Huicani, pasando por Tin Tan.

Además de Hiperboreal, Julieta Venegas, Ewan Mc Gregor, Café Tacuba, Al Dimeola, Alex Lora, José Alfredo Jiménez, Janis Joplin, Agustín Lara, Ana Blén, Ultrasónicas, Wim Mertens, Gloria Trevi.

Al final, antes de la caída del telón, todo el cuerpo de baile se despidió con el fondo de El rey.

Luego, la reina de la noche, Lidya Romero, oyó el discurso de Franco y recibió la Medalla de Plata de Bellas Artes.

En su turno, la coreógrafa sólo dio las gracias a todo el equipo técnico, creativo y artístico de El Cuerpo Mutable. Un buen festejo de 25 años.

 
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