Presenta la grabación del repertorio completo del mexicano para este instrumento

Ponce, tan importante para la guitarra como Beethoven para el piano: Zambrano

Invita a otros intérpretes a revisar la obra guitarrística desde varias escuelas

Ángel Vargas

De acuerdo con el guitarrista Raúl Zambrano, el lugar que ese instrumento ocupa hoy día en el ámbito de la música de concierto sería impensable sin la participación del compositor Manuel M. Ponce.

“Ponce le dio dignidad a la guitarra, la misma que Beethoven le confirió al piano”, sostiene el intérprete, quien reafirma al músico zacatecano como figura paradigmática del repertorio guitarrístico a escala internacional, tanto por la cantidad como por la calidad de su producción.

De allí que uno de los sueños más acariciados de toda su vida fuera grabar de manera integral ese repertorio, lo cual finalmente culminó el año pasado, después de un lustro de trabajo, en el que tuvo como cómplice a la ingeniera de audio Valeria Palomino.

El material salió a la luz también en 2006, con el auspicio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y consta de una caja de cinco discos compactos, en los que se recogen cerca de 80 piezas, entre homenajes, sonatas y variaciones.

De esta información ya dio puntual cuenta La Jornada, en su edición del 30 de diciembre de 2006; sin embargo, cobra nueva vigencia luego de que el miércoles pasado esa obra fonográfica fue presentada de manera pública.

El acto tuvo lugar en el Aula Magna del Centro Nacional de las Artes y consistió en una mesa de comentarios, con la participación de los musicólogos Ricardo Miranda y Eduardo Contreras Soto, autores de la notas del material discográfico, además de Zambrano, quien ejecutó una pieza.

Último al habla, el guitarrista aclaró que si bien el guitarrístico acaso no es el repertorio más importante de Ponce, sí es un importante y fiel espejo del resto de su producción.

Precisó que al emprender este trabajo “no buscó lograr la grabación integral, con mayúscula, de la música de guitarra de Ponce”, sino cumplir con dos objetivos esenciales.

El primero, explicó, que “sirviera como puerta de entrada para que la gente se adentre a escuchar la música” del compositor, no sólo la de guitarra, sino en general todo su catálogo.

Del segundo, explicó su deseo de que esta grabación sirva de punto de partida para que otros guitarristas se atrevan a abordar este repertorio, sobre todo desde otra perspectiva, otra lectura y diferente escuela.

En ese sentido, coincidió con los musicólogos ya mencionados al subrayar que la obra del autor de Estrellita está por encima del propio instrumento y del intérprete: “No importa si se trata de la escuela de Andrés Segovia o de Manuel López Ramos; es una música que aguanta cualquier lectura, cualquier escuela”.

Al respecto, Miranda enfatizó que, con el paso del tiempo, “la historia de la música de Ponce para guitarra habrá de complicarse”, luego de que en la época en que fue escrita pocos se cuestionaban la forma en que era interpretaba, por ejemplo, por Andrés Segovia.

“Hoy se ha vuelto una reflexión imprescindible”, indicó el también director del Conservatorio Nacional de Música, quien agregó que conocer y analizar la obra general del compositor mexicano será un requisito indispensable para la nueva generación de guitarristas que deseen abordar este repertorio y ofrecer una interpretación renovada.

Contreras Soto, por su parte, resaltó que la de Ponce es la música para guitarra más grabada en el mundo, aunque aclaró que por equis o ye circunstancias no se había realizado la grabación de forma completa.

De la colección realizada por Zambrano, destacó que en ella se registra la ejecución de 11 guitarristas de una misma escuela, encabezada por el fallecido maestro Manuel López Ramos, lo cual dota de un sonido y característica singular a esta propuesta. Sin embargo, consideró deseable que intérpretes de otras escuelas emprendan una iniciativa similar.