Podrá colocar en órbita el satélite Satmex 7, que sustituirá al Solidaridad 2
El gobierno rescatará a Satmex con recursos y refinanciamiento de deuda
El gobierno mexicano aceptó “rescatar” a la empresa Satélites Mexicanos (Satmex), privatizada en 1998, mediante aportaciones de capital que aún no han sido cuantificadas.
El director general de la empresa de telecomunicaciones, Raúl Cisneros, al festejar 10 años de la empresa, informó que sus accionistas, “incluyendo al gobierno federal”, decidieron capitalizarla y refinanciar su deuda para estar en condiciones de colocar en órbita un nuevo satélite de telecomunicaciones hacia 2010.
Hasta donde se sabe, se busca que los accionistas de la empresa realicen una “inyección considerable de recursos nuevos”, aunados a un proceso de refinanciamiento de su deuda, “a efecto de no fondear en su totalidad la construcción y lanzamiento del nuevo Satmex 7, el cual sustituirá al Solidaridad 2”, maximizar el valor de la empresa y mejorar su posición en el mercado.
De esta forma, la “inyección considerable de recursos nuevos” podría calcularse en al menos 600 millones de dólares, considerando que la deuda de la empresa se sitúa en 380 millones y el diseño, construcción y lanzamiento de un nuevo satélite ronda los 220 millones de dólares (incluido el pago de los seguros).
Satmex es una empresa que fue privatizada en 1998 y cuya concesión fue asignada al empresario Sergio Autrey, en sociedad con la estadunidense Loral. El gobierno mexicano, producto de una operación de capitalización en el proceso de venta, mantuvo una participación de 20 por ciento. Sin embargo, en 2006 la empresa tuvo que recurrir al Capítulo 11 de la ley de Mercado de Valores de Estados Unidos y de la Ley de Concursos Mercantiles, de México (proceso de quiebra), ante la imposibilidad de responder al pago de principal e intereses de su deuda que ascendía a unos 560 millones de dólares, así como al financiamiento para colocar en órbita el Satmex 6.
A mediados del año pasado comenzó un proceso de restructura de sus adeudos que concluyó en junio de este año.
Producto de esa renegociación se logró que los acreedores redujeran la deuda a 380 millones de dólares. En esas condiciones empezó un proceso privado de venta, en el que el precio mínimo se estableció en 500 millones de dólares. Ninguno de los inversionistas interesados superó en su oferta esa cifra, por lo que el consejo de administración decidió suspender la venta y buscó evaluar otras opciones.