Usted está aquí: jueves 11 de octubre de 2007 Cultura Vinculan “textos sabios con la modernidad”

Llevan al teatro los guiones radiofónicos sobre cuentos sufís de Ximena Escalante

Vinculan “textos sabios con la modernidad”

Carlos Paul

Basada en narraciones sufís –las cuales por la universalidad en sus contenidos han sido utilizadas desde la Antigüedad como portadoras de conocimiento, y han inspirado a autores como Shakespeare, Lope de Vega, Calderón de la Barca y Racine–, se escenifica Derviche, cuentos sufís para incomodar a los convencionales, con dirección de Carlos Corona.

Originalmente adaptados como guiones radiofónicos por la dramaturga Ximena Escalante, ahora la autora y Corona los llevan al teatro, “para tratar de traer algunos de esos cuentos a la modernidad”.

Dichos relatos –define el director– son una especie de “textos sabios”, pues, más que tener una temática específica, “tratan de todo, desde la naturaleza más irreductible del ser humano hasta la verdad intrínseca de todas las cosas”.

Sin embargo, si se tuviera que destacar alguna, sería la de “confiar en la vida y en que uno construye su destino”; sin embargo, matiza Corona, “cuando en el exterior todo está en orden, es muy fácil confiar; lo difícil es cuando a uno le va mal en la vida, entonces si uno confía es por algo, todo es por algo”. Esto es quizá lo que transita por las narraciones: “nada es castigo y nada es premio, todo es enseñanza”.

A partir del encuentro de ciertos personajes en un elevador, la dramaturga imaginó las posibles historias que han tenido en otros momentos de su existencia. “No se trata de reflejar un tiempo histórico, sino de diversas historias que pueden estar ocurriendo en cualquier parte del mundo, en cualquier época”.

“Nuestro propósito –continúa el director del montaje– es vincular los textos míticos o clásicos con nuestro presente contemporáneo, como lo ha venido haciendo Ximena, con obras como Fedra y otras griegas y Andrómaca Real.”

En este caso, “cuando las circunstancias afuera están tan difíciles, cuando, por ejemplo, no puedes confiar en la clase política de izquierda o de derecha o cuando hasta la vida personal se complica por un divorcio o la falta de empleo, las respuestas están dentro de uno”. Afuera, comenta Corona, “como dice Tom Waits, ‘la confusión es clarísima’”.

Escenografía e iluminación se basan en la convención de que todo ocurre en un edificio con un elevador el cual, conforme transcurren las historias, evoca desde un palacio y un barco hasta un mercado y una playa, explicó Jorge Ballina.

“La escenografía es básicamente un piso y 40 lamparitas que suben y bajan para ser manipuladas por los personajes”.

Como pretexto para darle un toque de modernidad, se propuso la idea del elevador, agrega Corona. En qué lugar, además del Metro, “uno está tan cerquita y tan lejos del otro; pues precisamente en un elevador, espacio donde se cruzan las vidas”.

La princesa descarriada, Fátima, la hilandera, Mojud y La hormiga y la libélula son los cuentos sufís “adaptados a la modernidad”.

Con las actuaciones de Talía Marcela, responsable también de la producción artística; Miguel Flores, Erika de la Llave, Miguel Conde y Héctor Holten, quienes “encarnan a 40 personajes”; vestuario de Jerildy Bosch y musicalización de Joaquín López, Chas, Derviche, cuentos sufís... se presenta en la sala Xavier Villaurrutia, del Centro Cultural del Bosque, atrás del Auditorio Nacional. Funciones: viernes, 20 horas, sábados 19 y domingos 18 horas.

 
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