DIRECTORA GENERAL: CARMEN LIRA SAADE
DIRECTOR FUNDADOR: CARLOS PAYAN VELVER
SUPLEMENTO MENSUAL  DIRECTOR: IVAN RESTREPO  
EDICIÓN: LAURA ANGULO   LUNES 29 DE OCTUBRE 2007 
NUMERO ESPECIAL


Portada

Presentación

Los ecosistemas vegetales marinos del Golfo de California
Rafael Riosmena Rodríguez, Litzia Paul Chávez, Gustavo Hernández Carmona, José Luis León de la Luz y Reymundo Domínguez Cadena

Mantos de rodolitos
Rafael Riosmena Rodríguez y Gustavo Hinojosa-Arango

Bosques de Sargassum
Litzia Paul Chávez, Rafael Riosmena Rodríguez y Gustavo Hernández Carmona

Los manglares en la península de Baja California
Reymundo Domínguez Cadena, José Luis León de la Luz y Rafael Riosmena Rodríguez

Praderas de fanerógamas
Rafael Riosmena Rodríguez y Paola Rodríguez Salinas


Correo electrónico:

[email protected]

  

Los ecosistemas vegetales marinos del Golfo de California

Rafael Riosmena Rodríguez
Programa de Investigación en Botánica Marina
Departamento de Biología Marina UABCS
Correo electrónico: [email protected]

Litzia Paul Chávez
Programa de Investigación en Botánica Marina
Departamento de Biología Marina UABCS
Correo electrónico: [email protected]

Gustavo Hernández Carmona
Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas del Instituto Politécnico Nacional
Correo electrónico: [email protected]

José Luis León de la Luz
Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste
Correo electrónico: [email protected]

Reymundo Domínguez Cadena
Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste
Correo electrónico: rcadena@cibnor04

Visión general

En las últimas décadas se ha registrado con mayor frecuencia la pérdida y el deterioro de la biodiversidad y del paisaje en muchos de los ambientes terrestres y marinos. Por ello, han surgido elementos que actualmente favorecen el manejo y la protección de los ecosistemas basados en nuevos conceptos de ordenamiento territorial y de política ambiental.

Es fundamental el conocimiento de la dinámica biológica, ya que nos permite entender cómo los ecosistemas responden a cualquier perturbación natural o antropogénica, y definir qué acciones deben emprenderse con base en este conocimiento.

El Golfo de California es una de las regiones del país que se ha mantenido en una condición de conservación relativamente buena, debido a que las presiones ambientales han sido muy recientes. Esto ha favorecido la protección de sus recursos naturales y ha mantenido una riqueza paisajística peculiar.

Estas características lo convierten en un sitio ideal para buscar armonizar el desarrollo y la conservación, ya que la mayor parte del territorio mantiene sus características fisiogeográficas.

Se ha considerado que sus ecosistemas no presentan modificaciones severas, que existe una gran biodiversidad, además de su aislamiento geográfico y la baja densidad de población humana.

Durante los últimos 10 años, tanto agencias federales (como la Comisión Nacional para la Biodiversidad , Conabio, y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Conacyt) así como organizaciones no gubernamentales (FMCN, TNC, Niparaja, etc.) han dedicado esfuerzos importantes para evaluar la biodiversidad de México. El interés de estas agencias es establecer una estrategia nacional sobre biodiversidad.

En el ámbito marino la Conabio ha designado 15 regiones como prioritarias para la conservación dentro del Golfo de California (www.conabio.gob.mx).

Estas zonas fueron seleccionadas bajo diversos criterios, pero principalmente se encuentran aledañas a zonas terrestres que también se consideran prioritarias para su conservación o por alguna especie en particular que se busca proteger.

Este tipo de criterios posiblemente sean adecuados para los grupos de organismos que sean taxonómicamente bien definidos y que su distribución espacial (geográfica o vertical) sea bien conocida para el área que se está tratando; pero representa una forma errónea de conservación para especies con taxonomía no clara o que no se conoce apropiadamente su distribución.

El Golfo de California representa una larga cuenca orientada en sentido noroeste a sureste, de unos mil 400 km de longitud (paralelo 32º hasta el 23º) y de 100 a 200 km de ancho; al norte termina en la desembocadura del Río Colorado y en el extremo sur se comunica con el océano Pacífico, en Cabo San Lucas, Baja California Sur.

La amplitud promedio de marea se incrementa desde un metro en la boca del golfo hasta siete metros cerca de la desembocadura del Río Colorado.

Su clima es más continental que oceánico y sus temperaturas difieren significativamente de aquellas de la costa del océano Pacífico.

Las temperaturas superficiales del agua varían de 14 a 21 °C en febrero y de 28 a 31 °C en agosto.

La precipitación pluvial es mayor en la costa oriental (300- 1500 mm) que en la occidental (200 mm ; INEGI).

De noviembre a mayo prevalecen los vientos del noroeste que favorecen la presencia de surgencias en la costa oriental, mientras que durante el resto del año los vientos provienen del sureste, favoreciendo la formación de surgencias en la costa occidental.

Adicionalmente, cerca de la costa prevalece un sistema de brisas con cambios diarios usualmente mayores que los anuales.

En contraste con los ambientes terrestres, la zona marina del Golfo de California cuenta con una enorme variedad de ambientes y hábitats: bahías, lagunas costeras, más de 100 islas, arrecifes rocosos/coralinos, manglares, mantos de algas calcáreas (rodolitos), praderas de pastos marinos, bosques de sargazo, zonas neríticas y oceánicas, etcétera.

Así como en los ambientes terrestres, esta región se considera como transitoria (o subtropical) entre la zona templada y tropical, siendo estos argumentos importantes para fomentar la conservación de sus ecosistemas.

El Golfo de California, también conocido como Mar de Cortés, es una región de gran interés por una gran productividad biológica y por la presencia de valores estéticos-paisajísticos que lo hacen atractivo para el desarrollo de actividades económicas como el turismo, la pesca y la acuacultura.

Todo ello ha estimulado el crecimiento acelerado de la zona costera tanto en la construcción de hoteles, condominios, marinas, como toda la infraestructura que esto requiere.

Desde el punto de vista biológico, esta región es reconocida por la gran variedad de especies y ambientes presentes; es reconocida su riqueza pesquera junto con su enorme desarrollo en la acuacultura. Esta combinación de intereses ha hecho del Golfo de California una región de alta prioridad en la agenda conservacionista del país y también ha propiciado que sea declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El rápido crecimiento demográfico e industrial en la mayoría de las ciudades costeras del Golfo de California amenaza las condiciones naturales de estuarios, lagunas costeras y bahías, así como también la supervivencia de muchas especies marinas que habitan estos ecosistemas.

El mantenimiento de la biodiversidad y los sistemas naturales ha llevado los últimos 20 años a un creciente interés por el desarrollo de las prácticas de conservación y planeación para las zonas costeras.

Dentro de las preocupaciones para la conservación de esta región del país se encuentra la preservación de especies únicas (conocidas como endémicas), los hábitats y ecosistemas, en apego a la Ley General de la Vida Silvestre , pero además se busca el mantenimiento de los procesos biológicos que ahí suceden.

Desde hace 30 años hasta la actualidad, la conservación de los humedales ha sido un tema de importancia cosmopolita ya que, a partir de la Convención de Ramsar de 1975 (la cual México firmó en 1986), se ha acordado a nivel internacional la preservación y aprovechamiento sustentable de estos ecosistemas.

Aunque su definición no es fácil debido a la gran variedad de tipos de humedales que existen, desde esa reunión se entiende por humedales a las “extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”.

Dentro de esta definición se encuentran los ecosistemas de macroalgas (tanto mantos de sargazo como de rodolitos), manglares, marismas y pastos marinos que comúnmente se localizan en lagunas costeras, esteros o deltas, todos bien representados en México.

Debido a que los humedales se localizan en la zona costera, donde se lleva a cabo gran parte de la actividad humana, es que se han visto directamente afectados. Estos sitios han sido reconocidos por su función como hábitat de varios estadios de vida de diferentes especies de peces y moluscos de importancia comercial. Por tal motivo se han instrumentado proyectos de restauración de tales ecosistemas, lo que ayuda a reparar su funcionamiento, cuando se ha modificado, a partir de la intervención activa del hombre.

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