DIRECTORA GENERAL: CARMEN LIRA SAADE
DIRECTOR FUNDADOR: CARLOS PAYAN VELVER
SUPLEMENTO MENSUAL  DIRECTOR: IVAN RESTREPO  
EDICIÓN: LAURA ANGULO   LUNES 29 DE OCTUBRE 2007 
NUMERO ESPECIAL


Portada

Presentación

Los ecosistemas vegetales marinos del Golfo de California
Rafael Riosmena Rodríguez, Litzia Paul Chávez, Gustavo Hernández Carmona, José Luis León de la Luz y Reymundo Domínguez Cadena

Mantos de rodolitos
Rafael Riosmena Rodríguez y Gustavo Hinojosa-Arango

Bosques de Sargassum
Litzia Paul Chávez, Rafael Riosmena Rodríguez y Gustavo Hernández Carmona

Los manglares en la península de Baja California
Reymundo Domínguez Cadena, José Luis León de la Luz y Rafael Riosmena Rodríguez

Praderas de fanerógamas
Rafael Riosmena Rodríguez y Paola Rodríguez Salinas


Correo electrónico:

[email protected]

  

Los manglares en la península de
Baja California

Reymundo Domínguez Cadena
José Luis León de la Luz
Rafael Riosmena Rodríguez

El manglar es un ecosistema caracterizado por la presencia de vegetales leñosos: los árboles de mangle, que son vegetales hidrófilos (dependientes de hidratación) y halófitos (resistentes a las altas concentraciones de sal en el sedimento).

El manglar es un ecosistema que caracteriza los estuarios, deltas de ríos, lagunas costeras y fondo de las bahías en las zonas intermareales de las regiones tropicales del planeta, aunque marginalmente pueden ocupar regiones extratropicales.

Se considera que Brasil, Indonesia y Australia son los países con mayor superficie de comunidades de manglar.

México ocupa el sexto lugar por la extensión de sus manglares. En el continente americano, sólo Brasil presenta una extensión superior a México (para el año 2000 se estimaron de 4 mil a 4 mil 800 km2), seguidos de Cuba, Panamá y Venezuela y las islas caribeñas.

El concepto manglar engloba a un grupo de vegetales leñosos como dominantes fisonómicos que ha desarrollado formas para persistir bajo condiciones ambientales drásticas y limitativas.

Las especies así consideradas, unas 50, pertenecen taxonómicamente a distintas familias de plantas con flores.

Si bien los árboles son dominantes en el paisaje, en el manglar se asocian otras especies menos conspicuas, particularmente herbáceas emergentes e, incluso, algunas plantas sumergidas.

Se considera que este ecosistema es muy antiguo, representando alguna de las primeras comunidades propiamente terrestres que pudieron haber existido.

Su origen evolutivo se ubica en la cuenca del océano Indico, en donde hoy en día se concentra la mayor cantidad de especies conocidas.

Opuestamente, es en el continente americano donde se presenta la menor diversidad de especies de este tipo de comunidad, apenas siete especies, sólo una exclusiva.

Los manglares son ecosistemas altamente productivos que proveen una importante variedad de recursos a la pesca ribereña, y constituyen refugio para la fauna marina en general (vertebrada e invertebrada).

Conforman también áreas de apareamiento, desove, crianza y protección de estadios juveniles de numerosas especies marinas, muchas de ellas importantes económicamente, como algunas especies de peces comerciales y camarón.

Otro importante servicio ambiental es que protege a la costa de la abrasión marina y fluvial. A últimas fechas se valorizan también como “sumideros” de bióxido de carbono.

Para afrontar su limitativo ambiente (básicamente condiciones anóxicas del suelo y exceso de sales en suelo y agua), los árboles de mangle han desarrollado adaptativamente (la forma de responder los individuos al ambiente) y de manera convergente una variedad de características morfo-funcionales.

Por ejemplo, algunos poseen raíces como “zancos” que soportan al vegetal sobre la línea de la marea alta. Otras poseen estructuras aéreas en sus raíces para intercambiar gases (pneumatóforos). Y otros son capaces de excretar NaCl a través de glándulas en las hojas.

En términos generales, al ser propios del ambiente tropical, el manglar se asienta en ambientes donde la temperatura del aire del mes más frío es superior a 20 °C y la variación del promedio estacional es inferior a 5 °C . También donde el aporte de agua por la precipitación pluvial es “alta”, generalmente superior a 1000 mm anuales, además del aporte continuo de agua dulce de ríos.

Otras condicionantes importantes lo representan: la baja energía cinética de la corriente de agua donde se establece, que generalmente no excede los 15 km/h (la excepción lo constituyen las tormentas y huracanes), el ubicarse en litorales someros (pocos metros de profundidad), y el contar con una franja intermareal amplia con aporte de sustrato fino donde se encuentran nutrientes (generalmente por vía fluvial).

La comunidad biótica del manglar se considera un “sumidero de carbono”, esto es, un sitio donde se acumula, genera y recicla biomasa en cantidades importantes. En otras palabras, son sitios de elevada productividad de materia orgánica.

En el manglar se presenta también el reciclaje de nutrientes, gracias a una gran diversidad de organismos, particularmente microorganismos que son el punto de partida de cadenas alimenticias.

Además de numerosas especies residentes de invertebrados (entre los más conspicuos cangrejos, gusanos anélidos y almejas), el manglar es asiento de una lista muy amplia de invertebrados marinos, que acuden a las relativas tranquilas y someras aguas para alimentarse y reproducirse, y que a su vez son alimento de especies mayores, como peces.

En el extremo de las cadenas tróficas se encuentran las aves, tanto residentes como migratorias, que también representan una lista amplia.

Entre las especies de mangle más importantes en México se encuentran el mangle rojo (Rhizophora mangle). Es la especie más acuática de los mangles, esto es, se desarrolla en el interior de los cuerpos de agua.

Cohabitando con él, se encuentra el mangle blanco (Laguncularia racemosa), mientras que el mangle negro o salado (Avicenia nitida) se halla en contacto con suelo saturado, y sólo temporalmente es alcanzado por el agua, durante las mareas altas.

El mangle botoncillo (Conocarpus erecta) presenta una zonación semejante al último.

Asociados con los manglares, se encuentran áreas inundables temporalmente con suelos altamente salinos, que son el asiento de comunidades denominadas salitrales o saladares, dominados por plantas halófitas.

Entre los rasgos que distinguen al mangle rojo se encuentra el desarrollo de elevadas raíces de sostén, que soportan propiamente al vegetal, durante la marea alta.

Por otro lado, el mangle salado (Avicenia germinans), en contacto con suelo salobre y alcalino, presenta típicamente numerosas estructuras que le permiten realizar intercambio gaseoso (los pneumatóforos).

El mangle rojo también posee adaptaciones morfológicas en las semillas o propágulos: son “vivíparos”, es decir son individuos que se desprenden del árbol madre ya con hojuelas y raíces.

El suelo alrededor del manglar es relativamente fangoso, esto significa que al caer los propágulos en la bajamar deben fijarse y establecerse en el corto plazo sobre dicho sustrato, ya sea en las inmediaciones o a cierta distancia de su sitio de origen.

En el noroeste de México se localiza la distribución más septentrional de los manglares en la costa del Pacífico de Norteamérica, específicamente en el Golfo de California (Bahía de Los Ángeles) y en la costa del Pacífico (hacia el sur del desierto del Vizcaíno).

En la península de Baja California se estima que existen unos 120 km2 de manglar. Una publicación señala que en los manglares del Golfo de California es posible encontrar poco más de 200 especies de invertebrados marinos, pero existen aún decenas de especies más por describir.

Los manglares extratropicales que se distribuyen en la península de Baja California presentan una fisonomía de tipo arbustivo. Si bien la extensión de éstos no es comparable con los existentes en el trópico húmedo, su importancia y servicio ecológico no disminuye.

La altura de su dosel es de apenas unos pocos metros, pero no obstante llama la atención el paisaje que ofrecen en su colindancia con el matorral desértico, propio de la región.

Un estudio reciente de los autores señala particularidades de los manglares de la costa del Golfo de California, así el manglar es dominado con un 67 por ciento de frecuencia por Laguncularia racemosa, en los canales y la zona fangosa del interior Rhizophora mangle con 54 por ciento . Mientras que Avicennia germinans es dominante en el sector temporalmente inundable con el 94 por ciento de la frecuencia.

De acuerdo a esos datos, aunque con un área basal del tronco relativamente pequeña y una altura promedio no mayor a cuatro metros, los manglares peninsulares protegen a la costa del embate de los eventuales huracanes.

Ambientalmente, el clima regional es regido por la evaporación, superior en un orden de magnitud a la efímera precipitación anual (1200 mm vs 150 mm , respectivamente).

Precisamente la escasez de lluvia, que mantiene en un nivel de estrés hídrico, puede ser la causa que explique el porte arbustivo de estos manglares. Otros factores ambientales pueden contribuir a este rasgo.

A pesar del papel inestimable jugado por el manglar, este ecosistema se encuentra sumamente amenazado tanto en México como en el mundo, debido a su subvaloración.

Se estima que México cuenta actualmente con unos 4 mil km2 de manglar. Un cálculo conservador señala que el país pudo haber perdido casi un 25 por ciento de la superficie original de manglares durante el siglo XX, principalmente por deforestación, por la instalación de infraestructura portuaria, el aprovechamiento de su leño, y para la construcción de granjas camaronícolas.

Sobre estas últimas se ha considerado erróneamente que el litoral convertido en granjas de camarón presenta mayor productividad que las capturas en el océano. Sin embargo, poco se toma en cuenta el aporte de insumos y la inestabilidad resultante de tales unidades productivas.

Es importante señalar que las aguas del Golfo de California son un área relevante de captura de camarón que permite el ingreso de cantidades importantes de divisas para el país.

El manglar provee refugio para estadios juveniles de camarones comerciales. Después de que los huevecillos eclosionan en el océano, los organismos de estadio larval migran hacia el manglar para pasar allí una etapa de su desarrollo alimentándose. Posteriormente regresan al océano para completar su ciclo de vida, donde son capturados.

La importancia ecológica, social y económica que el mangle ofrece es invaluable; por consiguiente, los programas de restauración de manglares cada vez toman más importancia. Estos programas deben ir de la mano con la investigación científica.

Uno de los aspectos a considerar es indagar sobre los factores que permiten el establecimiento y desarrollo de los propágulos de los árboles de mangle.

Ir al inicio