Usted está aquí: viernes 23 de noviembre de 2007 Sociedad y Justicia Denuncian cacería de brujas en el Instituto Nacional de Neurología

Despidos y acoso laboral contra médicos disidentes

Denuncian cacería de brujas en el Instituto Nacional de Neurología

Ángeles Cruz Martínez

Por supuestas “necesidades del servicio”, el horario de consulta del neurólogo Carlos Márquez Caraveo se modificó y a él le avisaron el mismo día en que debía producirse tal cambio, el 23 de mayo pasado, lo que le impide, desde entonces, visitar a los pacientes hospitalizados y participar en las sesiones de programación de cirugías del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) Manuel Velasco Suárez.

Aunque el director médico del instituto, Miguel Ángel Celis, rechazó que exista hostigamiento laboral contra el personal médico, en particular contra quienes participaron en la movilización a principios de 2007 en protesta por el mecanismo de selección de la actual directora del instituto, Teresa Corona, “la realidad”, dicen trabajadores, es que “hay una verdadera cacería de brujas”.

De otra manera resulta inexplicable que ocurran situaciones como el levantamiento del acta administrativa y eventual cese del neurocirujano Edgar Nathal Vera, con 15 años de antigüedad en el INNN, y experto en la realización de cirugías endovasculares, con las cuales se alivian las enfermedades causantes de embolias o derrames cerebrales, señalaron.

Los empleados recordaron que la protesta en la que participaron alrededor de 500 personas –Márquez y Nathal entre ellos–, llegó a los más altos niveles de la Secretaría de Salud (Ssa) e incluso algunos de los inconformes, médicos, enfermeras y personal administrativo, se entrevistaron con el secretario José Angel Córdova Villalobos, quien les aseguró que no habría ningún tipo de represalia contra los trabajadores.

A Márquez Caraveo no lo han despedido, pero está bajo constante presión porque además de lo mencionado, le programan consultas cada 15 minutos, a pesar de que trata a personas con alguna afección cerebral, que de ninguna manera, dicen los médicos, se pueden atender en ese limitado tiempo. En algunos casos se requiere de una hora o más.

Hace unas semanas el director médico le llamó la atención porque sus tiempos de consulta están muy retrasados. Le recordó que el plazo máximo que deben esperar los pacientes es de 30 minutos.

Además, a Márquez Caraveo le niegan permisos para asistir a actos académicos, a uno de los cuales se fue tomando algunos días a cuenta de sus vacaciones. En ese encuentro, efectuado en Tampico, Tamaulipas, hace un par de meses, el especialista fue electo vicepresidente de la Asociación de Médicos Neurólogos del INNN.

Otro hecho ocurrió el 8 de septiembre, cuando le notificaron que “por orden superior” no podría participar en el examen semestral del curso de posgrado en neurología. Lo anterior a pesar de que Márquez es profesor de la especialidad desde hace 21 años.

Más recientemente, el nombre del doctor Márquez fue señalado por el propio director médico, Miguel Ángel Celis, como presunto responsable de la negligencia médica cometida con el paciente Alejandro Reyes Camacho, a quien en 2006, en el INNN se le diagnosticó cisticercosis cuando en realidad tenía un tumor cerebral.

Márquez nunca vio al paciente, pero su nombre apareció en una nota del expediente clínico, que rompe con el orden cronológico de la atención médica que recibió el afectado (La Jornada 12/11/07). La nota, firmada por Celis, quien entonces era jefe del servicio de Radioneurocirugía, asegura que por consejo de Carlos Márquez, se atendió a Alejandro Reyes de una cisticercosis.

Por esa causa, el neurólogo ha tenido que acudir ante el Ministerio Público federal, donde se lleva a cabo la investigación.

 
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