Usted está aquí: miércoles 5 de diciembre de 2007 Cultura Isocronías

Isocronías

Ricardo Yáñez

Fotones

¿Qué puede la poesía contra el poder, qué, contra la poesía, el poder puede?

La poesía no sabe de palabras, no se hace de palabras, hace palabras (signos, símbolos), que hacen (transmiten) sentido.

¿Sentir el sentido es el sentido de la poesía?

La poesía, que dice sentido, es menos exposición o recepción de sentido que sentido –tacto– tocado.

Y el poder, ¿es falta de sentido? No lo sé, pero tiende a perderlo fácilmente –o a dejarlo fuera de (si se puede, toda) consideración.

La energía que efluye del poema es, aunque frágil, en más de un modo indestructible. Evasiva, atina.

No es el desorden lo que hace a la poesía, pero sí el cuestionamiento del orden (establecido), cuestionamiento que nacería no de la voluntad de romper algo, sino de la necesidad profunda de no romper con algo, mejor que trascendente, en verdad cierto.

Las palabras saben siempre lo que dicen, aun cuando quien las dice no lo sepa. De esa verdad se valen los sicólogos, pero más los poetas.

Palabras en busca de sentido, palabras en busca de su sinsentido, es casi lo mismo.

Todo lo que no es poesía sobra; por eso nada sobra, pero nada hace falta, en la poesía.

La percepción del sentido, siendo.

La sutileza, la brusquedad de la poesía, una y la misma.

La felicidad consiste en estar el mayor tiempo posible no con uno mismo sino con el uno mismo que está, siempre, de una manera u otra, con los demás.

La voz de la poesía sabe del tiempo, que en nuestra voz no solemos oír.

Hablar como si escucháramos a nuestra voz, o mejor, escuchando lo que nuestra voz, diciendo, nos dice, es lo que hacemos escribiendo.

La rosa se abre a su profundidad. Así la voz que sabe a voz que sabe.

Vacío de voz, de la propia, pleno de los oíres que la atienden, intenta no, no hablar, decir como en silencio la pureza que en sí, más que de sí, brota.

Me consta que la felicidad existe, no la he perdido. No me consta que no la perderé. Me consta, sí, que (aunque pueda extraviarse) no se pierde.

Todo lo que nos hace, hecho está, pero debemos continuarlo, terminarlo, darle acabado… para que siga haciendo lo que hace.

Cuando sólo seamos erráticos fotones, ¿estaremos aún siendo?

 
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