Usted está aquí: domingo 9 de diciembre de 2007 Cultura Presentan muestra flotante en el embarcadero de Xochimilco

Promueven en trajineras al Museo de Arte Popular

Presentan muestra flotante en el embarcadero de Xochimilco

Ángel Vargas

Lo mismo el mariachi con el Son de la negra que el trío de jarochos con el Colás, el mediodía es de plena fiesta y bulla entre los canales de Xochimilco.

En algunas trajineras se continúa la parranda de anoche, en otras se empieza la del día o también se cura la cruda. Hay asimismo familias que aprovechan lo soleado para pasearse y convivir a bordo de estas singulares y coloridas embarcaciones.

Olor a memelas y garnachas, o a elotes y esquites se desprende de algunas chalupas de los vendedores, entre los que se encuentran también los que ofrecen a los paseantes refrescos y frías cervezas o fragantes y atractivas flores.

Quizá sería un día más de fin de semana, común, en el embarcadero de Zacapa y sus canales, ubicados en Nativitas, si no fuera porque este sábado fue inaugurado allí un museo flotante, con una breve ceremonia protocolaria que incluyó un paseo por los canales, con la presencia de funcionarios locales y los tres primeros lugares del concurso de la Flor más bella del ejido, ante el azoro de los turistas.

Singular y atractiva propuesta temporal organizada por el Museo de Arte Popular (MAP), el recinto flotante implica a 15 trajineras en las cuales se recuperó la tradición de ornamentar las portadas de esas embarcaciones con flores naturales.

Además, dos de ellas fueron acondicionadas como salas de exhibición móviles en las que se puede apreciar una selección de una decena de piezas artesanales provenientes de varias entidades de la República: alfarería de Jalisco, barro negro de Oaxaca, juguetes del estado de México, cestería de los tarahumaras y guajes de Guerrero, entre otros.

En cada una de esas trajineras se instalaron, asimismo, cédulas informativas, ya sea de las piezas exhibidas y sobre el propio MAP o bien de aspectos específicos de la delegación Xochimilco, como su historia y leyendas, flora y fauna, tradiciones y personajes célebres o históricos.

Uno de los fines de este sui generis recinto flotante, el cual estará navegando por los canales de dicho embarcadero durante los próximos siete días, consiste en dar una noción general de lo que es el Museo de Arte Popular y los objetivos que éste persigue.

La visita o, mejor dicho, el abordaje, es gratis, aunque cabe aclarar que sólo en las dos trajineras que funcionan como salas de exposición, porque las 13 restantes lo hacen de manera regular, para renta pública, pero con el plus de que cuentan con portadas de flores naturales y cédulas informativas.

Este museo flotante forma parte de un programa que el MAP emprendió este año y se extenderá al próximo el cual, de cierta forma, tiene como fuente de inspiración el añejo refrán de “Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña”.

Es decir, explica el director de la instancia, Walter Boesterly, “sacar el museo a las calles y sitios públicos de la ciudad de México. Esto es con el ánimo de promover y difundir las expresiones del arte popular, así como contribuir a la revaloración del trabajo creador de los artesanos y artistas de esta capital entre los habitantes de la misma.

“Somos un museo popular, no tenemos entonces que estar limitados a cuatro paredes, sino que debemos salir a la gente. Lo consideramos algo obligatorio, más aún a sabiendas de la gran avidez por actividades populares en la calle, como lo demuestran las 6 mil personas que asistieron al desfile nocturno de alebrijes que realizamos hace unos días en Coyoacán.”

El funcionario niega que este programa tenga la finalidad de recuperar o reactivar las tradiciones de las diferentes puntos de la ciudad de México. “Eso como museo no nos corresponde, nos meteríamos en camisa de 11 varas simplemente por logística y presupuesto”, agrega.

“Lo que tenemos que hacer como parte obligatoria del museo es cumplir nuestro objetivo de relacionar la biodiversidad con la artesanía, que es una liga muy importante y la gente no está muy consciente de ello. En el trabajo con las delegaciones estamos fomentando mucho ese punto, al mismo tiempo que la gente mantenga sus tradiciones, oficios y que vea que hay posibilidades de trabajar.”

Denominado  El MAP en el DF 2007-2008, este programa incluye la compra de acervo a artesanos de las 16 delegaciones de la urbe y el montaje de exposiciones.

 
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