Usted está aquí: viernes 14 de marzo de 2008 Cultura Inquietante regresión al racismo y la violencia, alerta Benaïsa

■ El escritor y dramaturgo argelino participa en el encuentro Rostros de la Francofonía

Inquietante regresión al racismo y la violencia, alerta Benaïsa

■ Necesitamos mantener el discurso antibelicista en Medio Oriente, entre Irak y Estados Unidos

■ Los árabes musulmanes debemos superar la visión religiosa de odio y guerrerismo, advierte

Ericka Montaño Garfias

Ampliar la imagen Slimane Benaïsa, anteayer, en Ciudad Universitaria, durante la entrevista con La Jornada Slimane Benaïsa, anteayer, en Ciudad Universitaria, durante la entrevista con La Jornada Foto: Cristina Rodríguez

El destino principal de los creadores es tener el lenguaje de la paz como verdadero. El problema de la paz no es construirla, todos queremos hacerlo, lo más difícil es salir de la guerra.

Esa es la reflexión del escritor y dramaturgo argelino Slimane Benaïsa, quien desde 1993 abandonó su país tras recibir amenazas de muerte de grupos integristas y desde entonces radica en Francia, donde sus obras de teatro tienen por lo menos 300 funciones.

Benaïsa, cuya obra transcurre entre el árabe y el francés, está en México para asistir al encuentro Rostros de la Francofonía.

Ayer participó en el coloquio Francofonía, hispanofonía, lusofonía: migración, mestizaje y creación, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En la mesa redonda en la cual participó se abordó El imaginario y la realidad del retorno.

La complicidad en el teatro

A lo largo de su carrera, Slimane Benaïsa ha escrito 20 obras de teatro, cuatro novelas y artículos. Tiene formación como físico matemático y estudios superiores en literatura árabe.

Dos materias diferentes cuya razón de estudio es familiar: “Mi padre era analfabeto y deseaba que hiciéramos estudios superiores, tenía la idea de que la formación científica y técnica era lo mejor. Puedo decir que la formación científica es la parte de mi padre y el teatro la de mi madre, porque si los hombres creamos obras es a partir de nuestro espacio femenino”.

–Pero pocos lo reconocen.

–Vamos a decir que soy uno de los que lo reconocen –dijo entre risas.

–¿Qué representa escribir en francés, fuera de su país?

–Ésa es la pregunta central para mí. Pongamos un ejemplo: ser un ingeniero exiliado implica utilizar el lenguaje técnico, que es universal, y se puede trabajar sin problemas en Francia, China o Rusia.

“Pero ser un hombre de teatro exiliado implica muchas cosas: el asunto de la lengua, de la forma teatral, la relación con el público, y algo muy importante, cómo producir una obra teatral.

“En Argelia tenía mis métodos de producción, cuando llegué a Francia no conocía a los actores. No porque hable francés conozco la sociedad francesa, quienes hablan español no conocen México necesariamente.

“Tenía que conocer primero la sociedad francesa, porque el teatro tiene la necesidad de la complicidad: con los actores, con el escenógrafo, con la música, con todo mundo para poder crear una obra teatral.

“Una pieza teatral es lo mismo que una sociedad y la representación de ésta.

“Lo que me salvó en Francia es que entre ese país y Argelia hay una historia común. En ese espacio compartido encontré legitimidad para hablar con la sociedad francesa.”

–¿De qué les habla?

–De mí, a quien conocen mal, eso es muy importante. Cuando escribo en árabe me hablo a mí mismo. En Francia y Europa le hablo de mí al otro. En Argelia hablo de mí para mí mismo.

Mi abuelo fue colonizado por Francia, mi padre fue un libertador de mi país, los que seguimos estamos encargados de hacer la paz, aunque eso sea muy difícil. Es nuestro camino histórico: construir la paz.

“En Argelia, como argelinos, tenemos que volver a revisar las cosas.

“Los franceses también deben reflexionar y cuando estemos al mismo nivel los dos pueblos podremos hablar correctamente de paz.

“El problema de la paz, no es construirla, todos queremos hacerlo, pero lo más difícil para todos es salir de la guerra.”

Retroceso de la humanidad

–Entramos en la discusión del papel de los intelectuales.

–Creo que nuestro destino principal es tener el lenguaje de la paz como verdadero. Entre más evolucionamos hay más guerras. Hay que mantener ese discurso de paz en Medio Oriente, entre Irak y Estados Unidos, y en todos estos puntos calientes.

“También estamos los árabes musulmanes como otra parte del problema. Necesitamos llevar al pueblo árabe a la modernidad con su religión, y salir de esta visión religiosa de odio y guerra, tenemos todo este trabajo por hacer.

“Otro sector de trabajo está en Europa, sobre los valores humanos como el respeto a la mujer, la igualdad entre los hombres, no ser racistas, estar contra la esclavitud; sin embargo, podemos constatar que hay jóvenes que regresan al racismo, a la violencia contra las mujeres, y eso es algo inquietante.

“Los valores están ahí, pero no trabajamos para probarlo sino para entender por qué no se aplican, y eso es válido en Occidente y en todo el mundo. Son temáticas que regresan a la superficie, son preocupantes y hay que trabajar al respecto.”

–¿Cuál es la razón de este retroceso?

–Cuando el mundo estaba dividido entre el comunismo y el liberalismo la lucha mundial era sobre los valores, la guerra fría reposaba sobre ellos. ¿Es que el mundo liberal tiene los mejores valores, o el comunista? Después de la caída del Muro de Berlín y con la globalización el único valor que prevalece es el económico, y cuando anteponemos éste a los valores sociales, los otros se vuelven secundarios y llega la catástrofe.

“No podemos basar una sociedad únicamente en el aspecto económico, aunque sea muy importante. Vemos por ejemplo los países emergentes que lo hacen sólo desde el punto de vista económico, y con ello aparece también la criminalidad, la violencia, todo viene junto. ¿Por qué no podemos desarrollarnos en la paz? Esa es nuestra labor y es enorme.”

El autoexilio

–¿Qué provocó que lo amenazaran de muerte en Argelia?

–Las causas son tan absurdas como las amenazas. Fue porque yo hago teatro para hacer evolucionar la sociedad a la modernidad. Tengo una visión de la religión muy moderna, estoy contra las cosas que perjudican a la mujer. Pero, ¿qué es el terrorismo de Argelia? En mi país se tomaron tres decisiones que hicieron emerger ese flagelo: la primera, que el Islam es la religión del Estado; dos, liberación de la mujer en el contexto del Islam, y tres, que somos parte de la nación árabe.

“En mis obras planteo que el Islam es la religión del pueblo, no del Estado; que la mujer tiene que ser libre por decisión, y que somos una nación argelina, punto. Es por lo que luché durante 30 años.

–¿Ha cambiado la situación en Argelia?

–No, hubo un retroceso total en lo que concierne a la mujer y las libertades, es algo terrible. Es más factible la evolución económica con el petróleo, el gas, se construyen rascacielos. Con eso podríamos decir que el país evolucionó, pero mentalmente retrocedió.

En los pasados 25 años, Slimane Benaïsa ha regresado a Argelia “de vez en cuando, pero no me quedo mucho tiempo. Cuando sé que muchos saben que estoy ahí, me regreso a París”.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.