Usted está aquí: viernes 4 de abril de 2008 Espectáculos El circo ruso es una cultura, al nivel del ballet o la ópera, dice Sasha Vosk

■ El Moscow Kidz Theather Show inicia hoy una gira por 21 ciudades de todo el país

El circo ruso es una cultura, al nivel del ballet o la ópera, dice Sasha Vosk

Arturo Cruz Bárcenas

Ampliar la imagen Las contorsionistas Katinka y Yulia Las contorsionistas Katinka y Yulia Foto: Cortesía OCESA

Niños y jóvenes rusos sorprenderán al público mexicano con sus acrobacias y contorsiones; “esto se los garantizo”, expresó en entrevista Sasha Vosk, director artístico del Moscow Kidz Theather Show, que hoy iniciará una gira por 21 ciudades del país. “Los muchachos son preparados por el Circo de Moscú, que es una escuela en su ramo del más alto nivel”, precisó.

Hoy y mañana llegará la magia del circo ruso al Foro Scotiabank de Polanco. Vosk añadió que “el Circo de Moscú tiene una tradición envidiable, desde que se fundó, en la época del reinado de Catalina la Grande (1729-1796), pero fue en el siglo XIX cuando se hizo popular entre el pueblo, ya que era la principal atracción.

“Moscow Kidz Theather Show se caracteriza por la creatividad, la habilidad y la originalidad que los artistas ofrecen en cada uno de sus actos; por años ha sido aclamado por la crítica debido a la exposición de las tradiciones regionales. En Rusia el circo es parte de la cultura. Por su calidad y precisión se le considera en el mismo nivel que el ballet y la ópera. Por ello, los artistas rusos, desde que son pequeños, inician sus estudios en la escuela especial para el ámbito circense. Horas y horas de ensayo y entrenamiento garantizan un espectáculo de la más alta calidad y una agradable velada para el espectador.”

El director agregó que su trayectoria circense empezó a los 9 años. “Esto me da una ventaja porque al dirigir tengo la óptica del artista y sé cómo trabajar con la compañía, aprovechando las capacidades de cada niño, puliéndolo desde sus inicios. El espectáculo que traemos a México está a cargo de personal que va de los 9 a los 19 años, con cualidades corporales óptimas.

“Un niño cirquero ruso es igual, en tanto que niño, que cualquier otro del mundo. Es normal, como el de México, Estados Unidos y Europa. Claro que tiene una disciplina más marcada, un método, un orden para hacer las cosas”, añadió.

A Sasha, su trabajo le gusta más que cualquier otra cosa. “Esto es una fortuna, algo que vale en la vida, pues se entretiene a la gente mediante la sorpresa. Obtengo respuestas de inmediato. No hay barreras con el público, que se conecta.”

Tradición y modernidad

Consideró que el circo en la sociedad moderna es importante, “como punto de tradición y modernidad. En el mismo Circo de Moscú hay varias compañías que viajan por todo el mundo y no son diferentes entre ellas. El circo es una cultura”. Sasha subrayó la importancia de que un cirquero se mantenga sano, con salud. “Para esto requiere seguir una disciplina.”

El es maestro de la pantomima, un clown. Poco sabe del circo mexicano, “salvo que tienen unos artistas muy capaces en el ballet aéreo y en caminar sobre cable. No he visto, realmente, circo mexicano”. Sobre el Circo del Sol, opinó que es importante saber que esta propuesta no surgió de la nada. “Hay antecedentes, una historia previa. Si analizamos qué era el Cirque du Soleil hace 125 años, las tres cuartas partes del personal o del talento era gente del Circo de Moscú.

“En mis producciones trato de aprovechar al máximo toda la cultura de Rusia, expresarla en todo su potencial, fuerza y belleza. Por muchas razones, nuestras historias son más simples. Esto lo tienen que comprobar. Lo de ellos es más abstracto y simbólico; lo de nosotros refleja la cultura rusa.”.

 
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