Usted está aquí: domingo 18 de mayo de 2008 Cultura Los tesoros del país, resguardados en recintos obsoletos y sin recursos

Día internacional de los museos

■ Reconoce el CNCA “serias deficiencias” materiales y en los discursos museísticos

Los tesoros del país, resguardados en recintos obsoletos y sin recursos

■ Poco mantenimiento, equipos atrasados, seguridad insuficiente y falta de actualización, entre las principales fallas

■ Deben formarse públicos desde las escuelas, señalan expertos

Mónica Mateos-Vega

Ampliar la imagen Aumentar la asistencia a los museos, entre los retos para las autoridades. La imagen, en el de Arte Moderno Aumentar la asistencia a los museos, entre los retos para las autoridades. La imagen, en el de Arte Moderno Foto: Cristina Rodríguez

Ampliar la imagen La formación de públicos debe comenzar desde la primaria, consideran expertos La formación de públicos debe comenzar desde la primaria, consideran expertos Foto: María Luisa Severiano

Ampliar la imagen El Museo de Antropología tuvo una buena labor de rehabilitamiento El Museo de Antropología tuvo una buena labor de rehabilitamiento Foto: María Luisa Severiano

De todas las necesidades que tienen los museos en México, dos son las principales: visitantes y recursos. Con esos deseos a cuestas llegan los mil 107 recintos que hay en el país a la celebración este domingo del Día Internacional de los Museos.

No obstante la diversidad y riqueza que albergan esos espacios, los años (y los propios hechos) dan fe de las deficientes políticas culturales en el manejo y operación de las instituciones que dependen tanto de la Federación como de los gobiernos estatales.

El propio Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), al presentar en diciembre pasado el Plan Nacional de Cultura 2007-2012 ofreció un diagnóstico poco alentador de los recintos que administra.

Por una parte, reportó “serias deficiencias” en la mayoría de los 18 museos y salas de exhibición que están al resguardo del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), 17 de ellos ubicados en la ciudad de México.

Entre otros aspectos, señaló que “en materia de infraestructura, los sistemas de iluminación son insuficientes, los equipos de control ambiental obsoletos, los inmuebles deteriorados y hay problemas severos de humedad y fugas de agua.

“Los sistemas eléctricos se encuentran seriamente dañados debido a la falta de mantenimiento y renovación y se han convertido en un severo riesgo pues, eventualmente, podrían ser causa de siniestros mayores.

“Los problemas más graves son, quizá, la falta de condiciones y equipos para el control de la humedad y la temperatura. Este hecho representa un peligro para las colecciones mismas, tanto las que se encuentran en exhibiciones temporales, como las que forman parte del patrimonio del INBA, e impiden a los recintos ser sujetos de préstamo y exhibición de colecciones internacionales.

“Con respecto a la seguridad, el diagnóstico reporta que las condiciones en todo el INBA resultan insuficientes y la estructura operativa encargada del rubro presenta carencias. Esta situación deriva en un sistema disperso, descoordinado y poco eficaz.

“Por otra parte, las posibilidades de desarrollo y programación de los museos dedicados a las artes en México han respondido principalmente a factores coyunturales, por lo que es preciso establecer sistemas de organización y operación planificados y redes de colaboración nacionales e internacionales.”

Con respecto a los museos a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) el panorama no es diferente: lo menos, fue reconocer que la mayoría no había actualizado sus discursos y diseños museográficos en años.

“El INAH –continúa el diagnóstico– se ha rezagado en la adquisición de tecnologías de punta que faciliten sus tareas de gestión patrimonial (...) La vasta red de museos del instituto está dividida por un criterio básicamente territorial y poblacional; así, se cuenta con cinco museos nacionales, 20 regionales, 44 locales, 40 de sitio, dos metropolitanos y tres centros comunitarios.

“Si bien esta separación por vocación territorial tiene ejemplos que se explican a sí mismos, como el Museo Nacional de Antropología, existen otros que, dada la naturaleza de su colección y las condiciones en que se encuentra su infraestructura, debieran tener otro perfil.”

Las remodelaciones del Palacio de Bellas Artes y el Museo Nacional de Antropología son las primeras acciones de la estrategia del gobierno federal que pretende llegar a las conmemoraciones nacionales de 2010 “con una infraestructura cultural renovada”, tal como anunció Sergio Vela, titular del CNCA, hace un año.

No obstante, los detalles de los trabajos que se realizarán en el máximo recinto cultural del país, y que como adelantó La Jornada iniciarían el segundo semestre del año, son manejados con sigilo por las autoridades del INBA, quienes rechazaron comentar el tema a pesar de la insistencia de este diario.

Por su parte, la remodelación del museo de Antropología está encaminada no sólo a la modernización de uno de los espacios emblemáticos del país, sino a sumar puntos para que la Unesco declare el inmueble Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Labores pendientes

Falta mucho por hacer para convertir a todos los museos mexicanos en “agentes del cambio y el desarrollo”, tal como lo propone el Consejo Internación de Museos (Icom, por sus siglas en inglés), impulsor del día internacional dedicado a estos cofres de tesoros.

En opinión del director del Museo Rufino Tamayo, Ramiro Martínez Estrada, hay que enfocar esfuerzos para que en las escuelas se dé una mayor atención a la cultura.

En entrevista con La Jornada señala que la falta de visitantes a los museos “tiene que ver con la educación, con la creación de público infantil y adolescente. Las personas no vienen a los museos porque tienen la idea de que no van a entender lo que ven, y a nadie le gusta sentirse tonto. Esa sensación de ignorancia se debe abatir.

“Aquí peleamos por programas educativos encaminados a generar una conciencia crítica, a que el público sepa que no pasa nada si no le gusta lo que encuentra en un museo. Sea como sea, hay que vivir la experiencia del museo, buscarla.”

El funcionario agregó que existen planes a corto y mediano plazo para ir mejorando la infraestructura del museo Tamayo, un recinto que “ha envejecido bien”, aunque a 27 años de su creación requiere mantenimiento profundo: “vamos a cambiar el sistema de climatización, a cerrar las salas con puertas de vidrio para un mejor control de la temperatura, a adecuar bodegas.

“Muchos museos estamos trabajando en este aspecto, en la infraestructura. El negocio del museo ha cambiado los pasados 25 años: ha habido un boom en la construcción de espacios los recientes 15 años y se ha profesionalizado el medio a la par del desarrollo de la tecnología, la cual es muy importante para que las nuevas generaciones se interesen en un museo.”

–¿Cuál es el museo ideal de México?

–El ideal todavía no lo he visto, pero un proyecto muy importante fue la restauración integral del Museo Nacional de Arte en el año 2000. También estamos pendientes de la apertura del nuevo museo de arte de la Universidad Nacional Autónoma de México, ahí están centradas muchas expectativas; vi las bodegas, que están muy bien, es un edificio diseñado con base en los flujos de visitantes, es decir, se han mejorado las cosas.

“También el Museo Franz Mayer me parece un proyecto interesante basado en la colección que tiene y cómo se ha ido actualizando, es el único museo de artes aplicadas de la ciudad. Es decir, el éxito de un museo no sólo depende de su espacio o del inmueble donde se encuentre, sino de su programa de manejo de públicos, entre otros factores.

“Claro, también destaco la labor del museo Tamayo, que es ya emblemático en el bosque de Chapultepec. Para nosotros siempre es día de los museos pues tenemos varios programas dedicados a los niños, como el Jugando con Tamayo.”

Ramiro Martínez consideró que, a nivel mundial, los museos necesitan más recursos, “para mejorar, principalmente, sus servicios y la difusión, que aquí en México es un punto que nos falla. De lo que he visto, por ejemplo la página de Internet del Museo Nacional del Virreinato es muy buena... en el Tamayo todavía tenemos camino que recorrer”.

En cuanto a los recursos que requieren los recintos culturales, el funcionario consideró que debe ser una responsabilidad del Estado, compartida con la iniciativa privada: “de acuerdo con mi experiencia, así es como ha funcionado, por ese lado deberíamos buscarle”.

Recintos con problemas

De los mil 107 museos que existen en México, el Distrito Federal es el que cuenta con más: 139. Le siguen el estado de México con 74, Jalisco con 67, Yucatán con 53, Chiapas con 50 y Puebla con 49. Los estados que tienen menos museos son Aguascalientes (13), Quintana Roo (12), Baja California (9) y Campeche (5). En promedio, en el país han 93 mil 282 habitantes por museo.

Un vistazo por algunos recintos en el interior del país dan constancia del abandono que afronta el patrimonio cultural: en Hidalgo, los museos que mayores problemas presentan son los que administra el INAH, como el museo de sitio de la zona arqueológica de Tula, que presenta una museografía obsoleta.

Lo mismo ocurre con el museo de Arte Religioso ubicado en Actopan y el museo del ex convento de Tepeapulco, que están desatendidos. Pero los museos que administra el gobierno estatal, mediante el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, no se quedan atrás: está en peligro de desaparecer para dar paso a un centro comercial el museo de sitio El Ferrocarril, ubicado en Pachuca, el terreno fue vendido por Ferrocarriles Nacionales de México a la inmobiliaria Joma, que pretende establecer una plaza comercial.

Caso especial es el del Museo Regional de Hidalgo, que anteriormente controlaba el INAH y que mantuvo cerrado durante 10 años, hasta que lo rescató el gobierno, para convertirlo en el Cuartel del Arte, utilizado para exposiciones temporales. 

En Chetumal, Quintana Roo, a 15 años de su apertura, el Museo de la Cultura Maya exhibe un enorme grado de abandono en todas sus instalaciones, incluida su sala permanente que cuenta con ocho secciones, las cuales carecen de aire acondicionado y cuyos pisos no han sido pulidos al menos en cinco años.

La museografía no ha sido actualizada desde que fue abierto al público y sólo son exhibidas réplicas de piezas mayas, no obstante la visita anual promedio de 45 mil visitantes, sobre todo, turistas europeos.

El abandono tuvo originalmente tintes políticos, ya que el museo fue inaugurado por el gobernador cozumeleño Miguel Borge Martín (87-93), cuyo sucesor, Mario Villanueva Madrid, dio escasa atención al legado cultural de su adversario político emanado de su mismo partido, el PRI.

En Tlaxcala operan 11 espacios a los que se les denominan museos, aunque en realidad sólo el de Artes de Tlaxcala cuenta con la infraestructura y condiciones técnicas para ser catalogado así.

El resto, entre los que se encuentran los museos de sitio y regional del INAH y los espacios que dispone el Instituto Tlaxcalteca de Cultura para la exposición de obras artísticas, no cuentan siquiera con los recursos humanos suficientes para operar como tales.

Además, la mayoría de ellos no tiene área de servicios educativos, que es considerada por especialistas como una de las acciones más importantes que debe realizar un museo ante la sociedad.

Pese que son pocos los museos en Tlaxcala, es notoria la falta de coordinación entre sus responsables, pues es común que organicen exposiciones y actividades el mismo día y a la misma hora.

Un dato a considerar es el que dio a conocer el presidente de la Confederación Nacional Turística, Miguel Torruco Marques, en el sentido de que la afluencia de visitantes a museos en Tlaxcala bajó de 142 mil 160 en el año 2000 a 27 mil 956 en 2006.

Según el diagnóstico del CNCA, el mejor equipamiento en materia de museos, corresponde a un menor número de habitantes por recinto, como es el caso de Zacatecas, entidad que ocupa el primer lugar, en donde hay 39 mil 77 personas por museo.

En ese estado es el museo Rafael Coronel uno de los más importantes. Ubicado en el antiguo Convento de San Francisco, exhibe colecciones de arte popular mexicano, encabezadas por la denominada El rostro de México, integrada por más de cinco mil máscaras mexicanas donadas por el pintor zacatecano que da nombre al museo.

En contraste, en el puerto de Mazatlán existen sólo dos museos. El principal es el de Arte, que pertenece al gobierno del estado y que recientemente recibió dos millones 460 mil pesos para rehabilitación y equipamiento.

Durante 2007 realizó 250 actividades, a las que asistieron unas 30 mil personas, la mitad de las cuales corresponden al programa de visitas de niños de primarias y secundarias, provenientes de los cinco municipios del sur de Sinaloa. En ese estado existen un total de 25 museos comunitarios que exhiben piezas arqueológicas.

Mientras, en Baja California, el estado que tiene menos museos en el país, los habitantes reconocen como su recinto más importante el de la Universidad Autónoma de Baja California que alberga al Centro de Investigaciones Culturales y cuenta con colecciones arqueológicas. Otros museos de sitio de la zona rural de la entidad son el de la comunidad rusa en Ensenada, o el de la gesta de 1937, conocida como “asalto a las tierras”, ubicado en el ejido Michoacán de Ocampo, entre otros. Ahí están, pero, ¿cuántas personas los conocen?

Esa es la realidad museística mexicana que, de manera oficial, se suma con apenas una decena de recintos (Antiguo Colegio de San Ildefonso, Museo Nacional de San Carlos, Museo de la Luz, Museo Anahuacalli, Museo Arocena, Fundación Hérdez y Centro Cultural González Gallo, entre otros) al Día Internacional de los Museos convocado por el Icom.

Con información de Irene Sánchez, Carlos Camacho, Javier Chávez, Gerardo Flores, Antonio Heras y La Jornada de Oriente/Tlaxcala

 
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