Usted está aquí: domingo 1 de junio de 2008 Política El dúo Gordillo-Romero no puede ser más que delictivo, opinan líderes de la CNTE

■ Ambos se han dedicado a hacer de la política un buen negocio, dicen dirigentes históricos

El dúo Gordillo-Romero no puede ser más que delictivo, opinan líderes de la CNTE

■ Nunca representarán los verdaderos intereses de la clase trabajadora, señala Teodoro Palomino

Laura Poy Solano

Ampliar la imagen Apecto de la marcha de sindicatos independientes y profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación hacia la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el jueves pasado, para exigir la derogación de la ley del ISSSTE y repudiar la privatización de Pemex Apecto de la marcha de sindicatos independientes y profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación hacia la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el jueves pasado, para exigir la derogación de la ley del ISSSTE y repudiar la privatización de Pemex Foto: Francisco Olvera

La asociación entre Carlos Romero Deschamps, líder del sindicato petrolero, y Elba Esther Gordillo Morales, presidenta nacional del magisterio, no puede ser más que “delictuosa”, pues se han dedicado a hacer de la política un “buen negocio, y su sobrevivencia depende de su capacidad de llegar a acuerdos con los presidentes en turno”, afirmaron líderes históricos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Destacaron que, como en 1995, con su llamado a construir un pacto denominado Sindicalismo ante la Nación, “Elba Esther se dedica a recoger la basura del sindicalismo mexicano, porque sólo se puede reunir con los más corruptos, en una lógica evidente, asociarse para impulsar todas las reformas que atenten contra los derechos de los trabajadores”.

José González Figueroa, líder histórico de la CNTE, destacó que desde su llegada a la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en 1989, Elba Esther se ha dedicado a ser una “vendedora de promesas y discursos demagógicos. Lo hizo en 1992 con Carlos Salinas, al firmar el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica, que descentralizó las responsabilidades educativas, pero no los recursos, con un impacto devastador en la escuela pública”.

En 1995 pretendió “venderse como la gran líder democrática y aglutinadora del sindicalismo mexicano, con un nuevo pacto entre las centrales obreras, pero en los hechos aplicaba mano de hierro contra la disidencia magisterial, y de ahí continuó firmando promesas y discursos.

“En 2002, con Vicente Fox, suscribió el Compromiso Social por la Calidad de la Educación, otro pacto demagógico, hasta llegar, el pasado 15 de mayo, a la Alianza por la Calidad de la Educación, y ahora con un pacto con lo más corrupto del sindicato petrolero”.

Teodoro Palomino, fundador de la CNTE, afirmó que como “todos los líderes charros, Gordillo y Romero viven de prestado, es decir, del ejercicio del poder que les conceden los gobiernos en turno, y a los cuales deben servir si quieren continuar mandando desde las cúpulas sindicales, pero nunca van a representar los verdaderos intereses de la clase trabajadora”.

Los hechos, insistió, desmienten sus discursos “demagógicos, pues Gordillo se comprometió el pasado 15 de mayo para ir con todo con Calderón e imponer la flexibilidad de la jornada laboral del magisterio, es decir, el inicio de la reforma laboral calderonista, por eso este pacto sindical sólo responde a una coyuntura política, rumbo a las elecciones de 2009”.

José Manuel Cisneros, fundador del subsistema de telesecundaria en México y de la CNTE, afirmó que este acuerdo no es más que una “estrategia del gatopardismo –cambiar todo, para que todo siga igual– y fomentar una imagen falsa en la que los líderes más corruptos enarbolen causas que han combatido por todos los medios, incluso el asesinato, y ahí están las acusaciones contra Elba como autora intelectual del homicidio del profesor Misael Núñez Acosta”.

Ramón Couoh, integrante de la disidencia magisterial y fundador de la CNTE, destacó que “no podemos tener ninguna confianza en pactos suscritos por los peores personajes del sindicalismo, verdaderos responsables del empobrecimiento de la base trabajadora y de la grave crisis que enfrenta la sociedad mexicana, ante el ataque constante a sus derechos y conquistas sociales históricas”.

Es evidente, indicó, que el nuevo pacto sindical es una “alianza política para proteger sus feudos y garantizar su permanencia en ellos, por lo que también están en juego los acuerdos políticos y las candidaturas de personajes como Enrique Peña Nieto, gobernador mexiquense, con quien se han comprometido apoyar su aventura presidencial”.

 
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