■ Calcula que las familias marginadas destinan 50% de sus ingresos a la compra de comida

Diconsa asegura tener una reserva estratégica de maíz de 350 mil toneladas

Matilde Pérez y Angélica Enciso

A casi un mes del anuncio de las acciones en apoyo a la economía familiar, Diconsa tiene 350 mil toneladas de maíz de la “reserva estratégica” para garantizar el abasto a las familias más pobres del país, con la meta de acumular 500 mil toneladas. “En un año típico” las adquisiciones son de 450 mil toneladas, asentó Salomón Chertorivski Woldenberg, director de la empresa paraestatal dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social.

Antes la paraestatal cerraba el año con una disponibilidad de 100 mil toneladas, ahora la instrucción es mantener en todo momento una reserva de 350 mil toneladas de maíz blanco nacional, del cual 70 por ciento se adquiere a productores nacionales organizados y el resto a comercializadoras, indicó.

En entrevista concedida en sus oficinas de Diconsa en el sur de la ciudad el funcionario explicó que a partir de la crisis de la tortilla de enero de 2007 la determinación fue “que no haya ningún problema de abasto con las familias que más necesitan” y nueve meses después inició la venta de la harina de maíz Mi Masa, fórmula que realizó el Instituto Nacional de Nutrición para disminuir la anemia en la población rural y urbana más pobre del país.

Ante el aumento de la venta de harina de maíz “enriquecida” de marca propia que Diconsa empezó a comercializar en octubre de 2007, las compras de maíz a granel por los consumidores disminuyeron entre 25 y 30 mil toneladas. El precio del grano se mantendrá en 3.50 pesos y el de Mi masa en 5 pesos lo que resta del año.

La elaboración de esta harina fue sometida a compulsa entre Minsa, Maseca y Agroinsa, “empezamos haciéndolo bimestralmente y ahora es para lo que resta del año”. Su consumo representa 30 por ciento de la venta de las harinas de maíz que se expenden en las 24 mil 450 tiendas de la paraestatal, dijo.

Este 2008 el programa de abasto rural de Diconsa cumple 29 años en las localidades más alejadas y de alta y muy alta marginación, cuyos habitantes pueden acceder a 150 productos, entre ellos los 21 que forman la canasta básica de Diconsa, como frijol, arroz, azúcar estándar, aceite vegetal comestible, sardina, leche en polvo, detergente en polvo, papel higiénico, café soluble, sal de mesa y harina de trigo.

Abasto de maíz para los pobres

–¿Cuántos kilógramos de maíz se venden en las tiendas?

–En 2007 vendimos alrededor de 120 mil toneladas de harina de maíz, para este año tenemos proyectadas 180 mil toneladas, de las cuales 30 por ciento son de Mi Masa y atendemos 22 millones de personas. Cuidamos en particular que llegue el mejor precio posible a las tiendas, sobre todo de maíz a granel y harina de maíz, de la cual vendemos alrededor de 600 mil toneladas, lo que representa entre 5 y 7 por ciento del consumo humano total en el país. Si nos vamos a las familias más necesitadas podemos hablar de que representa alrededor de 25 por ciento de su consumo.

–¿Cuál es el presupuesto que esta destinado para la reserva de maíz?

–Para mantener el precio de la harina de maíz en enero de 2007 recibimos 354 millones de pesos adicionales al presupuesto designado; para este año estaba contemplado un monto similar para sostener los precios en las tiendas, es decir, nos asignaron 2 mil 300 millones de pesos para el programa de abasto rural y de apoyo alimentario.

“Diconsa opera con sus propios recursos debido a las ventas en las tiendas, lo que el Estado otorga por medio del presupuesto es para cubrir la pérdida de precio y de operación. Porque el precio que tendría que venderse la harina de maíz es de 6.50 a 7.30 pesos el kilogramo; en el resto de los alimentos que se venden en las tiendas de Diconsa tienen una diferencia de 15 por ciento respecto a las tiendas de los mercados regionales.”

–¿Diconsa ha dejado de comprar volúmenes de frijol?

–Nosotros adquirimos lo que nos demandan, tenemos un listado de proveedores de diversas organizaciones y comercializadoras, y cuando necesitamos el producto hacemos la compulsa y les enviamos a cada uno de ellos las necesidades y requerimientos; tratamos de comprar al mejor precio porque nuestra misión es llevar al mejor precio posible.

“El consumo de frijol ha disminuido y ha habido una sustitución moderada con las sopas instantáneas; sí ha habido susti- tución, pero la variación ha sido mínima en los años recientes; inclusive se sustituye por otro tipo de proteínas, cárnicos, o lo que la gente tiene en los mercados regionales o locales. Al año se venden 28 mil toneladas de frijol y 20 mil toneladas de arroz.”

–¿Qué porcentaje del ingreso de esta población representa la canasta básica?

–Si hablamos de 20 por ciento de la población más pobre, ésta destina de 48 a 50 por cieno de sus ingresos a los alimentos que se venden en nuestras tiendas, porque nosotros distribuimos bienes no perecederos, y el consumo de legumbres y cárnicos se hace de manera local.

–¿La estrategia del programa alimentario (PAL) se repite con el programa alimentario para zonas marginadas?

–Estamos trabajando de la mano con la Subsecretaría de Desarrollo Social y Humano (de Sedeso) que encabeza el alimento para zonas marginadas y otro proyecto para ver la integralidad de otras acciones para esta materia. Diconsa entregará por medio del PAL 120 pesos adicionales de apoyo alimentarios a las 130 mil familias más necesitadas para que no pierdan su poder adquisitivo y sigan comprando los alimentos acostumbrados. En total serán 5.28 millones de familias las que contarán con el apoyo adicional que anunció el presidente el pasado 25 de mayo.