Usted está aquí: lunes 15 de septiembre de 2008 Política Prioritario, combatir la desigualdad para restaurar la seguridad: Morales Orozco

■ Ese factor se vuelve “caldo de cultivo” para la delincuencia, advierte el rector de la Uia

Prioritario, combatir la desigualdad para restaurar la seguridad: Morales Orozco

■ Cuando no hay empleos bien remunerados, se impone la necesidad de ganar dinero fácil, señala

Emir Olivares Alonso

El rector de la Universidad Iberoamericana (Uia), José Morales Orozco, consideró que las instituciones de educación superior deben jugar un papel fundamental en la solución de los problemas de inseguridad y violencia que sufre México.

Subrayó que para poder enfrentarlos, las autoridades deben entender que es prioritario resolver el problema de la desigualdad social, pues “es el caldo de cultivo” de la delincuencia.

Indicó que es obligación del Estado garantizar a la ciudadanía seguridad y justicia, pero cuando “éste no puede o no quiere, la sociedad civil, la academia y los sectores empresariales no sólo tienen la obligación, sino el derecho a exigir que cumpla su cometido”.

La próxima semana la Uia celebrará un foro sobre seguridad, violencia y derechos humanos, en el cual participarán especialistas, académicos y defensores de garantías fundamentales. En este contexto, el rector planteó en entrevista que todos los actores de la sociedad son corresponsables de que la violencia y la inseguridad se hayan enraizado en el país, razón por la cual “todos debemos colaborar en la solución”.

Para Morales Orozco el Estado debe confiar en la educación para resolver esta problemática, ya que es una palanca de desarrollo social, económico y cultural.

“En el fondo, mientras no se corrijan la gran desigualdad e injusticia que vivimos en México, la violencia continuará. Se puede depurar los cuerpos policiacos, pero si no cambiamos las estructuras (sociales) es muy probable que volvamos a caer en ella. Cuando no hay empleos bien remunerados, la tentación de obtener dinero fácil por medio de la delincuencia, en acciones aisladas u organizadas, es lo más factible. Esto es muy grave porque afecta el estado de derecho. Tenemos que estar atentos no sólo a las causas más inmediatas (corrupción, impunidad y presupuestos), sino que se debe analizar la base: falta de empleo y oportunidades”.

Subrayó que para resolver el fenómeno no basta con incrementar los fondos en materia de seguridad y justicia, como propuso el Ejecutivo federal en su proyecto de presupuesto para el ejercicio fiscal 2009. “Si bien es necesario, no es lo más importante. Se deben atender las desigualdades. ¿De qué te sirve tener más cuerpos de represión si los recursos y las estrategias del crimen organizado son superiores?”, preguntó.

Ante ello, indicó que se debe poner énfasis en las causas sociales, así como crear una cultura que rechace la corrupción y la impunidad.

Informó que la Uia, junto con la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma Metropolitana, El Colegio de México y el Tecnológico de Monterrey, conformaron una comisión que dará seguimiento a las acciones que se comprometieron a cumplir sociedad, sector empresarial y medios de comunicación en el marco de la Alianza por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, recientemente firmada.

Morales Orozco consideró que la ciudadanía tiene que jugar un papel más activo en la solución del fenómeno, ya que “no basta con decir ya basta. No se vale la protesta por la protesta. Estamos convencidos de que las causas inmediatas de la problemática son la corrupción y la impunidad, y la cultura general que vivimos es la de la corrupción, que se manifiesta en la mordida o se expresa en el proverbio ‘el que no transa no avanza’; es una cultura que va totalmente en contra de los valores que cimientan un estado de derecho y la hemos heredado desde hace mucho tiempo”.

La impunidad es la forma de corrupción al interior de las mismas autoridades, los cuerpos policiacos y el Poder Judicial, situación que sólo beneficia a los delincuentes.

Subrayó que casos de impunidad como Atenco, Aguas Blancas, Acteal, Oaxaca y los crímenes del pasado, “son un aliciente para que se presente la violencia.

“Esta cadena de hechos que quedan impunes, en los cuales no se castiga a los culpables, son como una bola de nieve que va creciendo y que va alimentando la violencia y la inseguridad. A mayor impunidad habrá mayor delincuencia. No importa quién sea el responsable del delito; no es posible que hoy en el país sólo se resuelvan uno o dos delitos por cada cien. Un ejemplo es el caso de los periodistas: México es el país que tiene el récord de más comunicadores muertos en diez años y, a la fecha, no se ha resuelto ningun caso. Entonces, las posibilidades de que capturen y condenen a un delincuente son muy bajas”.

Para contrarrestar las causas inmediatas de esa situación, expuso que es necesaria la formación académica en todos los niveles educativos, ya que de ese modo se puede inculcar a los jóvenes un “sentido de responsabilidad y apropiación de valores que son los que fundamentan un estado de derecho como la verdad, la justicia, la transparencia, y no ceder ante corrupción e impunidad”.

 
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