Número 147 | Jueves 2 de octubre de 2008
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Director: Alejandro Brito Lemus
NotieSe


Insta Conapred a activistas católicos a detener su homofobia
Christian Rea Tizcareño El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación realizó en agosto pasado reuniones conciliatorias con el grupo católico Courage Latino en sus “retiros” y talleres enfocados a “curar” la homosexualidad.

A partir de los mensajes electrónicos publicados en el sitio web de Courage Latino —que calificaban a la homosexualidad como una enfermedad—, la organización Género, Ética y Salud Sexual (GESS) interpuso una queja ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) en diciembre de 2007.

GESS, apoyada por el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/sida (Censida) mediante el financiamiento de un proyecto para atacar la homofobia en México, interpuso la demanda contra Courage Latino, ministerio religioso que recomienda la “castidad” a quienes no desean ser atraídos erótica y afectivamente por personas de su mismo sexo, informó Mariaurora Mota, integrante de la organización quejosa.

Mota detalló en entrevista que el 20 de agosto pasado se efectuó una “junta de conciliación” entre Courage y GESS en el Conapred, en la cual el grupo religioso acordó modificar su sitio electrónico para rectificar que la homosexualidad no es una patología mental.

Según la activista de la asociación regiomontana, todos los dirigentes de Courage Latino recibirán, por parte del Conapred, un curso de sensibilización en materia de no discriminación. Asimismo, el grupo católico se comprometió a distribuir de forma impresa el texto del artículo primero constitucional, así como los artículos cuatro y nueve de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación en todos sus talleres y retiros.

A la reunión asistieron el sacerdote Buenaventura Wainwrigth, guía espiritual de Courage Latino México; Óscar Rivas, líder de esta agrupación, y la abogada Silvia Cali, quienes recalcaron que promueven la “castidad, a través de una vida espiritual profunda” como solución a la “homosexualidad egodistónica”, es decir, cuando las personas “sufren” por su atracción hacia el mismo sexo y no la desean, explicó Mota.

El clérigo Wainwrigth —poco conocedor de las leyes mexicanas— argumentó que considerar a la homosexualidad como una patología no incita al odio. El presbítero preguntaba “¿qué hago yo con todas las personas que llegan a decirme que se sienten enfermos?”, relató Mota.

Para la activista de GESS, es claro que los grupos católicos y de inspiración cristiana “tienen la libertad de vivir como quieran. Dicen que no se les va a quitar la atracción pero que su objetivo es vivir de acuerdo a las enseñanzas de la Iglesia Católica. Hay que respetarlos pero también acusarlos de que están desinformando al público y fomentan la discriminación”.

Mota invitó a los promotores de los derechos de la diversidad sexual a vigilar que este tipo de agrupaciones no califiquen a la homosexualidad como antinatural, perversión, adicción o enfermedad; de lo contrario, hay que ejercer el derecho a denunciar ante las instituciones mexicanas.

“Discriminados” por promover castidad
Óscar Rivas, representante de Courage, aseguró en entrevista que después de un “cordial diálogo” el Conapred reconoció que el trabajo de su grupo “en ningún momento discrimina o ataca a otra persona”. “No hacemos campaña antigay. Estamos en nuestro derecho porque el artículo primero constitucional que garantiza la no discriminación por orientación sexual también dice que una persona no puede ser discriminada por sus creencias religiosas”, subrayó.

Aseveró que el Conapred quedó “muy impresionado”, a tal grado que el organismo invitó a este grupo a participar en los eventos que lleva a cabo. Añadió que si el Consejo les hace llegar el material contra la discriminación, lo usarán en sus talleres, eventos y sesiones.

Por lo pronto, en el sitio web de Courage ya se incluye una “Aclaración sobre la labor pastoral de Courage Latino”, en la que insisten en su misión de dar “terapia” a gays y lesbianas que sufren con su preferencia sexual, aunque reculan en su intención de hablar de una patología: “En Courage Latino consideramos que la homosexualidad no es una enfermedad; en este sentido coincidimos con la Asociación Psiquiátrica Americana y la Organización Mundial de la Salud”.

Para David Barrios, ex presidente de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología, no es válido el concepto de “egodistonia”. El verdadero problema es la homofobia porque todo conflicto relacionado con la homosexualidad es “sociodistónico”. En otras palabras, la persona no está mal, es el entorno social discriminador el que le produce trastornos, concluyó el sexólogo.