Usted está aquí: domingo 12 de octubre de 2008 Economía Solución común para países de Europa y elevar déficit público, plantea Stiglitz

■ Un problema, centrarse en la inflación y no en el crecimiento

Solución común para países de Europa y elevar déficit público, plantea Stiglitz

Afp

Ampliar la imagen El premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz El premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz Foto: Ap

París, 11 de octubre. El premio Nobel de Economía de 2001, el estadunidense Joseph Stiglitz, estima necesaria una “solución común para todos los países de Europa” y la autorización inmediata de un déficit público superior al 3 por ciento del PIB para hacer frente a la crisis financiera.

“Para resolver la crisis en Europa, se requieren soluciones europeas”, afirma Stiglitz en una entrevista publicada el sábado por el diario francés Le Monde.”Proponer una garantía de depósito en un país y no en otro, por ejemplo, sólo distorsiona la competencia entre bancos: es tan fácil cambiar de establecimiento en el seno de la Unión”, destaca el economista.

Según Stiglitz, “inmediatamente” hay que “autorizar un déficit público superior al 3 por cirento del PIB”, el límite autorizado por el Tratado de Maastricht. “El estatuto del Banco Central Europeo, que está centrado en la inflación y no en el crecimiento, también es un problema”, juzga.

Interrogado sobre la desconfianza que se ha instalado entre los bancos, el Premio Nobel destaca que “los banqueros se han portado muy mal” y que hay “que revisar toda la regulación del sistema”.

“Hay un agujero en el barco y la urgencia es repararlo, como dice Ben Bernanke”, presidente de la Reserva Federal estadounidense, afirma. “Pero también se debe cambiar de capitán. El barco está conducido por un alcohólico, que nos sigue llevando directos contra las rocas”, agrega. Para Stiglitz, la crisis financiera actual es más comparable a la de Indonesia en 1997-1998 que a la de 1929. “Hace diez años, esta crisis financiera se transformó en gran depresión”, recuerda.

“Los remedios aportados hasta ahora sólo resuelven una parte del problema”. Critica en particular el plan Paulson, al juzgar que el Estado estadounidense, comprando los productos tóxicos de los bancos, “transformará las pérdidas anticipadas en pérdidas reales”.

“El plan consiste en hacer una transfusión sanguínea a un enfermo que sufre una hemorragia interna”, afirma. Para este experto, el plan de rescate británico, que consiste en inyectar capital a los bancos, es “la mejor opción”.

 
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