■ Las semillas utilizadas no son aptas para el suelo de México, dice
Monsanto intenta deslindarse de la venta ilegal de maíz transgénico
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Desde el 19 de septiembre se detectaron 4 predios en Chihuahua en los que sembraron maíz genéticamente modificado
Foto: Roberto García Ortiz
Monsanto aseguró que no importó ni vendió a los agricultores del país semilla de maíz genéticamente modificada. “Nos oponemos a la siembra ilegal de dicho tipo de semillas; es lamentable que algunos agricultores de Chihuahua hayan actuado al margen de la ley de bioseguridad”, dijo David Carpintero, director de relaciones con la industria.
Es triste que algunos agricultores utilicen semillas de maíz genéticamente modificadas utilizadas en otros países, ya que en México no tendrán los rendimientos ni los resultados favorables debido a que no son aptas para el tipo de suelo y clima locales, dijo en breve entrevista.
“Ignoro el tipo de semilla que sembraron; lo cierto es que no es una variedad que responda a las características requeridas para México, ya que deben considerarse climas, tipos de suelo y plagas que se quieran combatir”, insistió.
El pasado 19 de septiembre, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) confirmó que había detectado cuatro predios en Valle de Cuauhtémoc, Chi- huahua, en donde se sembraron 70 hectáreas de maíz genéticamente modificado. Dirigentes del Frente Democrático Campesino de Chihuahua y El Barzón afirmaron que la superficie sembrada es mayor a la que reconoce Sagarpa.
AgroBio, organismo que agrupa a las principales empresas desarrolladoras de biotecnología agrícola, reprobó la siembra de dicho tipo de semillas sin los permisos correspondientes y pidió a la autoridad investigue el asunto bajo el contexto de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados.
Puso a disposición de la autoridad la experiencia y los recursos técnicos de la industria biotecnológica para el establecimiento de las medidas requeridas para que el uso legal de las semillas de maíz genéticamente modificadas se realice de manera confiable y segura.
En un comunicado, AgroBio afirmó que “ninguna de las empresas desarrolladoras de biotecnología agrícola con base en México y que forman parte de esta asociación, vendieron o pusieron al alcance de los agricultores presuntamente implicados en estos hechos, las semillas genéticamente modificadas”. Sostuvo que la liberación, importación o comercialización de este tipo de tecnologías requiere permisos específicos de las autoridades competentes.
David Carpintero dijo que Monsanto se opone a las siembras de semillas modificadas que están fuera de la ley. “Lamentamos que se esté dando este tipo de situación, la cual revela que hay inquietud de los productores para conocer los resultados con el uso de dichas semillas y por eso esperamos que la autoridad publique el régimen especial de protección al maíz para que el productor elija la biotecnología que más convenga”.
AgroBio puntualizó que las industrias de la agrupación actuarán apegadas al marco jurídico establecido por el gobierno, que consiste en una fase de experimentación, la piloto y la comercial. Asentó que esperan la publicación del citado contexto legal para el maíz, el cual tiene un rezago de 190 días, “tiempo que se suma a los 10 años de moratoria para la investigación de biotecnologías en México”.
Hoy, un grupo de activistas de Greenpeace demandará al titular de Sagarpa, Alberto Cárdenas Jiménez, informe detalladamente cuál es la superficie sembrada de maíz transgénico y resuelva, como lo marca la ley, dicha situación, de lo contrario que renuncie.