Usted está aquí: lunes 27 de octubre de 2008 Política El PAN llegará a los comicios de 2009 con preferencias electorales a la baja

■ Contrasta el optimismo de Germán Martínez con la postura de legisladores panistas

El PAN llegará a los comicios de 2009 con preferencias electorales a la baja

■ Al desgaste por el ejercicio de gobierno se suman las crisis económica y de seguridad pública

Ciro Pérez Silva

Ampliar la imagen En imagen de archivo, integrantes de la fracción del PAN en la Cámara de Diputados, durante una de las votaciones En imagen de archivo, integrantes de la fracción del PAN en la Cámara de Diputados, durante una de las votaciones Foto: José Carlo González

Las elecciones intermedias para renovar la Cámara de Diputados en 2009 enfrentan, de una parte, la posición de la dirigencia nacional del PAN, la cual asegura que obtendrá la mitad más uno de los legisladores para tener el control en San Lázaro, con la de los actuales legisladores del blanquiazul, tanto en este último espacio como en el Senado, cuya opinión dista mucho de las cifras “optimistas” que desde hace un par de meses hizo públicas el presidente nacional panista, Germán Martínez.

Si bien los datos –a partir de la 57 Legislatura– dan cuenta de una tendencia favorable al PAN en la Cámara de Diputados, todos los procesos electorales en los estados, a partir de 2006, reflejan una clara caída en las preferencias ciudadanas respecto de los candidatos del blanquiazul en lo que se refiere a alcaldías, gubernaturas y congresos locales.

En la 57 Legislatura los panistas llegaron a tener 121 diputados federales, pasaron a 203 en la 58, en la 59 alcanzaron apenas 144 curules y en la actual cuentan con un bloque de 207, lo cual indica que en las últimas dos jornadas de elección presidencial obtuvieron el mayor número de legisladores en su historia, mientras en los comicios intermedios, como los que tendrán lugar el año próximo, reducen hasta en cerca de 50 por ciento su eficiencia política.

Esta tendencia es aún más clara si se comparan los resultados obtenidos por el PAN en algunas entidades. Por ejemplo: en la Legislatura 58, en el Distrito Federal lograron 27 curules, mientras en la siguiente elección obtuvieron apenas nueve.

Lo mismo sucedió en el estado de México, ya que mientras en la 58 Legislatura lograron 25 espacios, en la 59 bajaron a 16.

Este ejemplo resalta aún más en Jalisco, entidad gobernada por el PAN, toda vez que en la Legislatura 59 ganaron 20 diputaciones y en el proceso siguiente consiguieron sólo 10.

A esta ruta se suman las derrotas que el PAN ha sufrido en prácticamente todos los procesos en las diferentes entidades federativas, en las cuales incluso ha perdido capitales o ciudades relevantes, tanto por el número de habitantes como por la generación de riqueza de estados gobernados durante más de un sexenio por el blanquiazul, algo que los propios analistas del partido en el Congreso atribuyen al “desgaste natural del ejercicio de gobierno”.

A este efecto ahora se añaden ingredientes que no se habían dado en otros momentos políticos, como la creciente inseguridad pública, el incremento permanente al precio de los combustibles, la falta de crédito, de empleo y oportunidades de estudio para los jóvenes, además de la fragilidad de la microeconomía, variables que, admiten analistas del PAN, “habrán de tener en 2009 un efecto poco favorable para las aspiraciones del partido en el Congreso”.

Respecto de la caída en entidades del norte, donde tradicionalmente se ha expresado la fuerza electoral panista, un estudio reciente revela que en Coahuila, en abril de 2007 tenía 23.9 por ciento de las preferencias políticas; en septiembre de ese año llegó a 29.3 y en junio de 2007 a 30.7.

A partir de ese momento se deslizó la franja de preferencias, pues en febrero de 2008 su desplome fue claro, al colocarse en 21.7 por ciento, lo cual significó una caída de casi diez puntos. Hasta septiembre de este año los blanquiazules tenían apenas 16 por ciento de las preferencias.

Números y estrategias

Sin embargo, los mismos analistas señalan que al menos en dos entidades donde se llevarán a cabo procesos electorales en 2009 los números que tradicionalmente han acompañado al PAN en procesos intermedios podrían cambiar, más que por la estrategia blanquiazul por la aparente anuencia de gobernadores del PRI, “como sucedió en los comicios presidenciales con Roberto Madrazo”, mencionan en alusión al apoyo que mandatarios del tricolor brindaron al entonces candidato Felipe Calderón.

Destacan los comicios en Nuevo León, gobernado por el priísta Natividad González Parás, que se llevarán a cabo el domingo 5 de julio de 2009 , en los que se renovarán los siguientes cargos de elección popular: gobernador, 51 municipios y 42 diputados locales.

No es un secreto que quien encabeza las preferencias de la dirigencia del PAN es el senador Fernando Elizondo Barragán, aunque deberá vencer en el proceso interno al actual presidente municipal de Monterrey, Adalberto Madero Quiroga, a quien los propios panistas le han fincado acusaciones públicas de toda índole, sin que hasta el momento le haya sido probada una sola.

Otro de los “escenarios favorables” para los panistas es la elección del 5 de julio 2009 en la que se renovarán la gubernatura de Sonora y las alcaldías de 72 municipios.

De acuerdo con las expectativas del blanquiazul, Guillermo Padrés Elías, también senador, estaría en condiciones de pelear la gubernatura, actualmente en manos del priísta Eduardo Bours, quien como González Parás apoyó al candidato presidencial del PAN contra el aspirante de su propio partido.

 
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