Usted está aquí: miércoles 3 de diciembre de 2008 Sociedad y Justicia Es hora de reconocer derechos de la comunidad gay, dice director de Censida

■ No era posible que callara por miedo a la homofobia: Saavedra

Es hora de reconocer derechos de la comunidad gay, dice director de Censida

Ángeles Cruz Martínez

Ampliar la imagen Jorge Saavedra asumió públicamente su homosexualidad en agosto pasado Jorge Saavedra asumió públicamente su homosexualidad en agosto pasado Foto: Jesús Villaseca

La mayoría aprende a ocultarlo, durante años o toda la vida, por miedo a las burlas, la discriminación o a perder el empleo. Lo ven como algo “tan normal” que incluso se ríen con los chistes sobre homosexuales; sin embargo, ya es hora de que se reconozcan los derechos de la comunidad gay y se garantice el acceso, por ejemplo, a la seguridad social para las parejas del mismo sexo, afirma Jorge Saavedra, director del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida (Censida).

En agosto pasado, durante la Conferencia Internacional de Sida, que se realizó en la ciudad de México, Saavedra asumió públicamente su homosexualidad y dio a conocer que está casado con otro hombre, al amparo de la ley que así lo permite en Connecticut, Estados Unidos.

Ahora, en entrevista, explica los motivos que lo llevaron a informar sobre su orientación sexual: “Durante muchos años me callé, pero cuando llegaron los visitantes extranjeros, alabaron la campaña contra la homofobia y también el director de Naciones Unidas se pronunció en favor de estas estrategias, así que no era posible que, si yo he encabezado el programa nacional, por miedo a la homofobia siguiera oculto”.

Asegura que a causa de justificaciones absurdas se mantiene privadas de sus derechos a miles o tal vez millones de personas, quienes son excluidas de prácticamente todo. Sólo algunas, de manera excepcional, alcanzan sus objetivos, principalmente en su desarrollo profesional.

Saavedra, quien desde 2003 es el responsable de la aplicación del programa nacional para la prevención y control del VIH/sida, plantea que negar el ejercicio de derechos previstos en la Constitución es una aberración que sólo se compara con situaciones como las ocurridas en los años 60, cuando en Estados Unidos estaban prohibidos los matrimonios entre personas de razas diferentes, o en el siglo XIX, cuando existía la esclavitud.

Destaca que en diversos ámbitos ha habido avances significativos y el tema de los derechos sexuales y reproductivos no ha sido la excepción. Un ejemplo es el reconocimiento del derecho que tienen las parejas a decidir el número y espaciamiento de sus hijos, y el de las mujeres a decidir sobre su maternidad. Además, que estrategias como la promoción del uso del condón sean parte de una política nacional de salud dan cuenta de ello.

Más recientemente, la legalización de las sociedades de convivencia o pactos solidarios, a los que pueden acceder parejas del mismo sexo en el Distrito Federal y Coahuila, también representan avances, aunque insuficientes.

De acuerdo con Saavedra, la sociedad mexicana debe dar otros pasos hacia delante, garantizando plenamente los derechos ciudadanos de la comunidad gay, entre otros el del matrimonio y los beneficios que de manera “natural” tienen las parejas heterosexuales, como el acceso a la seguridad social y a créditos financieros, entre otros.

Carece de justificación que para los homosexuales se pretenda crear un estado de excepción ante la incapacidad de reconocerlos como iguales al resto de la población, sólo porque su orientación sexual es diferente a la heterosexual, dice.

Por eso, califica de acierto la iniciativa que se discute en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para modificar el Código Civil y reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Comenta que si el actual ordenamiento, que indica que entre los objetivos del matrimonio está la procreación, se aplicara cabalmente, tendrían que prohibirse los enlaces entre personas de la tercera edad, a mujeres que a causa de alguna enfermedad se les haya sido extraído el útero o a hombres estériles. Sería absurdo, además de ilegal, como lo es negar este derecho a los homosexuales.

Saavedra recuerda, por último, que iniciativas como ésta ya existen en algunas entidades de Estados Unidos, en Canadá, Bélgica, Holanda y Sudáfrica. De aprobarse el proyecto del Distrito Federal, México se colocaría a la vanguardia entre los países de América Latina, apunta.

 
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