Sociedad y Justicia
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Muchos compradores recurren a las promociones con descuentos o meses sin intereses

Por la crisis económica, caen ventas de obsequios para celebrar el 10 de mayo

Grandes almacenes y joyerías del Centro Histórico, con menos gente que en años anteriores

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En un tianguis del norte de la ciudad, previo al Día de las Madres, haciendo compras de última hora Francisco OlveraFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Domingo 10 de mayo de 2009, p. 37

A la hora de comprar el regalo del Día de las Madres, este año a los capitalinos les asustó más el precio de las mercancías que el virus de influenza humana. Si bien la tarde de ayer salieron a realizar sus compras, aseguraron que la crisis económica se está notando tanto en el alza de los precios como en el poder adquisitivo de los mexicanos. Por ello, gran parte de la ciudadanía coincidió en afirmar que como la mamá es la mamá hay que hacer el esfuerzo de adquirir un presente, pero eso sí: mejor, comemos en la casa.

No a todos los sectores comerciales les afectó igual la crisis en este día. Los grandes almacenes no se veían vacíos pero, según sus dependientes, en otros 10 de mayo estaban abarrotados.

En años anteriores, en esta fecha, a las 10 de la mañana ya estaba lleno y hoy... ve, está vacío, dice una dependiente de perfumes de una cadena de almacenes, cuya tienda se encuentra frente al Palacio de Bellas Artes. En el Día de las Madres tenía clientas que se llevaban hasta cuatro perfumes, y hoy apenas compran uno, precisó.

Todas las tiendas tienen descuentos para la mamá: quincena de corsetería, 30 por ciento; damas, 20 por ciento, bolsas de dama, 30 por ciento o resalta el brillo de mamá con 20 por ciento en toda nuestra joyería; sin embargo, de todas las promociones, la más atractiva es la de paga en 18 mensualidades sin intereses.

Alhajas o bisutería

Las tradicionales joyerías de la calle Francisco I. Madero, en el corazón de la ciudad, son de las más dañadas por la recesión. En el número 15 de esa calle, una joven empleada dice que el año pasado, a mediodía, ya había vendido mil pesos, y ayer apenas los completó en todo el día. Lo que vendí fue haciendo rebaja. Vienen los clientes y miran. Pero cuando veo que se van, les digo que les rebajo 20 por ciento y regresan.

En ese mismo número del centro joyero, la señora Cristina Salgado, quien se dedica a ese negocio desde hace 28 años, dice que antes los comerciantes vivían muy bien de la venta de alhajas; sin embargo, ahora que ha subido la renta, la luz, el teléfono y el oro, el local lo atiende la familia porque ya no pueden tener empleados.

Ahora la gente compra cosas delgaditas, ligeras y económicas; a esas nosotros le ganamos muy poco. Las charolas antes se caían del peso, ahora dan pena.

Su hijo dice que en ese pasaje comercial, en los tres años recientes han cerrado 40 por ciento de los locales, pero que no pueden bajar más los precios porque el costo del oro es muy alto.

En este negocio las temporadas fuertes siempre fueron el 14 de febrero, 10 de mayo y diciembre, pero como hace tres años todo empezó a ir en picada, ahora ya estamos metiendo bisutería.

No estamos para gastar

En otra tienda de una destacada cadena de almacenes, una señora compra chocolates. Es lo que puedo comprar porque no sé si la crisis vaya a ser peor. Además mi mamá me dijo que le comprara algo barato, porque no estamos para gastar.

Las perfumerías tienen gente, pero son más los que miran que los que compran. Tres jóvenes universitarias observan los precios y lamentan no encontrar los descuentos que querrían.

Aún no hemos comprado nada, sólo estamos mirando. Nuestro presupuesto es bajo porque en la universidad subieron las copias y todo el material escolar. Mejor compramos un perfume pirata.

Los floristas de avenida Álvaro Obregón, en la colonia Roma, dicen que este año han comprado menos producto porque está muy caro, la gente se queja de su precio y es una mercancía que si no la vendes, la pierdes.

Las tiendas de electrodomésticos se ven un poco más pobladas que en jornadas no festivas porque en esta fecha no falta el maridito moderno que al pensar en su esposa recuerda que hay que renovar la lavadora o la aspiradora y aprovecha este día para comprar con descuento.