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Opel pasará a manos de grupo canadiense

Aprueba Alemania venta de Opel a Magna

Merkel: Obama ayudó a concretar el acuerdo

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Traslado de automóviles Opel en la planta ensambladora de Amberes, BélgicaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Domingo 31 de mayo de 2009, p. 20

Berlín, 30 de mayo. El gobierno alemán alcanzó la madrugada de este sábado un importante acuerdo con el Tesoro estadunidense y con General Motors para la adquisición del fabricante de automóviles Opel, propiedad de GM, por el grupo canadiense Magna, respaldado por capitales rusos.

Tras varios días de tensas negociaciones y ante la inminente bancarrota de su matriz estadunidense, Opel pasará a manos del fabricante de autopartes Magna, respaldado por la automotriz rusa GAZ y el banco Sberbank, también de capital proveniente de Rusia.

El acuerdo, sellado tras seis horas de conversaciones en la oficina de la canciller Ángela Merkel, aún requiere una aprobación final, pero por lo pronto servirá para proteger a Opel y sus 50 mil empleados en Europa de una solicitud de protección por quiebra ampliamente esperada para el lunes.

Los trabajadores de Opel estuvieron a favor de Magna por sobre su postor rival Fiat, incluso pese a que Magna recortará 11 mil puestos de trabajo en Europa, un cuarto en Alemania. Las plantas en Bélgica y Gran Bretaña podrían no sobrevivir.

No hubo información sobre el destino de las plantas fuera de Alemania, incluyendo las dos que se encuentran en Gran Bretaña, donde los sindicatos han acusado al gobierno de ser menos enérgico a la hora de rescatar empleos.

Merkel comentó que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama –que visitará Alemania la próxima semana– ayudó el viernes a lograr el acuerdo con un llamado telefónico, lo que cooperó en despejar los obstáculos de financiación que amenazaron con desbaratar toda la operación.

La canciller alemana afrontará elecciones en septiembre y es posible que sufra las consecuencias de las numerosas pérdidas de empleos.

El ministro de Finanzas alemán, Peer Steinbrueck, informó que el pacto incluye financiamiento para Opel por 2 mil 100 millones de dólares y un modelo de fideicomiso para la automotriz alemana.

Siegfried Wolf, copresidente ejecutivo de Magna, advirtió dentro de cinco semanas se firmaría formalmente el contrato.

El primer ministro del estado de Hesse, Roland Koch, dijo que las asambleas de los estados de Hesse y Renania del Norte-Westfalia –dos de los cuatro estados con plantas de Opel– aún deben respaldar el acuerdo. Añadió que esperaba que pudiese estar listo el domingo.

El banco estatal ruso Sberbank, que está ayudando a financiar el acuerdo y que recibirá una participación de 35 por ciento de Opel, celebró el acuerdo tomándolo como una manera de reestructurar la industria automotriz rusa.

Magna planea usar a Opel para entrar en el mercado ruso, el de mayor crecimiento en Europa antes de la llegada de la crisis económica.

La automotriz italiana Fiat, el principal rival de Magna en la batalla por Opel, finalmente se retiró de las negociaciones, dejándole a la canadiense la puerta abierta.

Desconfianza en Fiat

Fiat, que acaba de firmar una alianza con Chrysler apoyada por Washington, generó desconfianza en Berlín, perdiendo así la posibilidad de hacerse con el control de Opel.

La empresa italiana sufrió además la hostilidad inmediata de los sindicatos alemanes, a los que no presentó directamente su oferta en la que se preveía la supresión de 18 mil empleos y el cierre de 10 fábricas.

Además los alemanes no escondieron su escepticismo respecto a una alianza entre dos constructores con un perfil bastante similar. Ambos están presentes en los mismos mercados de Europa del Oeste y los dos fabrican autos pequeños.

Por el contrario, Magna no presentaba los mismos inconvenientes. No es un constructor, tiene el respaldo de socios rusos y propone a GM una participación del 35 por ciento en la nueva firma.

El grupo es canadiense, pero fue fundado por el inmigrante austriaco Frank Stronach, quien inició con un taller mecánico de Toronto hace casi medio siglo.

Stronach emigró a Canadá en 1954 con 200 dólares en el bolsillo pero logró convertir un taller común y corriente de pintura y fabricación de piezas en uno de los más grandes proveedores de equipamiento para automóviles del mundo.

Ironías de la historia, GM estuvo en el origen de la fortuna de Stronach, que en 1960 firmó su primer contrato con ella para suministrar parasoles de automóviles, lo que permitió el despegue de su pequeña empresa, creada tres años antes.