Sociedad y Justicia
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En un proceso que abarca varios meses, cada año se fabrican 900 millones de dosis

Prevé OMS una normal distribución de vacunas contra la influenza estacional
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Tzotziles en un módulo de detección del virus de influenza A/H1N1 en San Cristóbal de las CasasFoto Moysés Zúñiga Santiago
 
Periódico La Jornada
Sábado 1º de agosto de 2009, p. 33

Al año se fabrican 900 millones de dosis de vacunas contra la influenza estacional.

El proceso comienza aproximadamente en mayo, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) informa sobre el tipo de cepas circulantes, mismas que deben incluirse en los biológicos que se administran a partir de octubre.

Para la nueva vacuna contra el virus A/H1N1, las estimaciones del organismo internacional indican que aunque ya existen algunos productos, todavía falta confirmar si son eficaces y seguros, para lo que se requieren estudios clínicos en personas, los cuales pueden durar varios meses.

Por ello, aunque es probable que antes de octubre ya esté disponible el inmunologizante, no lo habrá todavía en cantidades suficientes a nivel mundial, sino que en todos los países se recibirá progresivamente a lo largo de 2010.

Margaret Chan, directora de la OMS, también ha planteado algunas incógnitas que todavía existen en torno de la nueva vacuna, como la cantidad de antígeno necesario para combatir al virus o si se requerirá la aplicación de dos dosis para garantizar la inmunización.

Otra consideración que parece positiva es que la vacuna contra la influenza estacional protege contra tres diferentes tipos de virus, mientras que la que se fabricará para combatir el A/H1N1 sería monovalente.

Lo anterior significaría que los laboratorios podrían triplicar su capacidad de fabricación, dijo Chan a principios de julio pasado, durante la reunión de alto nivel sobre influenza A/H1N1, que tuvo lugar en Cancún.

Hasta ahora, los laboratorios Novartis y Baxter han anunciado sus avances en la fabricación de la vacuna, inmersos en una carrera donde participan al menos una decena de empresas, las cuales se ubican principalmente en Europa, Estados Unidos y Canadá.

No obstante, como también ha reconocido la OMS, el gran reto que presenta la primera pandemia del siglo XXI es la disponibilidad de la vacuna. En el mejor escenario, en algún momento estarían a disposición de los países dos mil 700 millones de dosis.

Sin embargo, si al término de las investigaciones científicas y clínicas se determinara que se deben aplicar dos dosis, esto significaría que se podría proteger a mil 350 millones de personas, menos de una cuarta parte de la población mundial.

A este panorama se debe agregar el hecho de que los países industrializados europeos y Estados Unidos –donde se encuentran los laboratorios farmacéuticos que elaboran la nueva vacuna– ya han asegurado para sus habitantes la compra de 80 por ciento de la producción.

En tanto, México posee un convenio con la empresa francesa Sanofi-Aventis –a la que le compra la vacuna de influenza estacional–, lo que le ha permitido asegurar 20 millones de dosis de la nueva vacuna. Un volumen similar es la que adquiere del biológico para la gripe de invierno.

En parte, ello explica la decisión de la Secretaría de Salud en concordancia con las recomendaciones de la OMS, en el sentido de establecer prioridades sobre los sectores de la población que recibirían la protección contra el virus A/H1N1: trabajadores de la salud, embarazadas y personas con enfermedades asociadas, como diabetes, cáncer, hipertensión, entre otros males crónicos.

En personas de estos grupos que han contraído la enfermedad se han dado las complicaciones respiratorias más graves, que incluso han terminado en decesos.