Opinión
Ver día anteriorMartes 25 de agosto de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Batalla contra la corrupción en la PGJDF

A

unque todo indica que la batalla en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal tiene que ver con una buena cantidad de factores ajenos a ella, bueno será, de eso no cabe duda, que antes que nada se gane la guerra que el mismo procurador declaró en contra de la corrupción interna que tiene a esa dependencia sumida en el caos.

Y es que hasta ahora las riendas de la policía judicial, principalmente, están cuando menos, sueltas. El asunto es grave porque si se combina ese desorden con la intención política de las autoridades de seguridad federales, por despretigiar el trabajo del procurador Miguel Ángel Mancera, se tiene el marco contextual perfecto para sumir a la PJ, y con ella al procurador, en un inmenso descrédito, que obra directamente sobre la seguridad de los habitantes de la capital del país.

Si bien es cierto que hasta ahora la ciudad de México no ha sufrido los horrores que el llamado combate contra la delincuencia ha dejado en otras partes del país, también es verdad que cuando menos la policía judicial se halla infiltrada por las bandas delincuenciales que operan en la capital, y que esos mandos y elementos judiciales tejen complicidades con los criminales protegidos por la autonomía, si así podemos llamarle, que les han brindado el caos y la impunidad reinantes dentro de la dependencia.

Antes de su desafortunada muerte, Samuel del Villar logró, aún como procurador, trazar un mapa de la corrupción en la PGJDF, con cada una de sus coordenadas, pero entonces, comentaba que no sabía que era peor, la medicina o el mal.

No hubo tiempo para que Del Villar lograra echar a andar sus planes para combatir el mal, pero de una cosa estaba seguro, así nos lo comentó: no es posible frenar el avance de la delincuencia con el sistema de operación que se tiene, y que sólo apunta hacia un mayor grado de corrupción.

Y si a eso se agrega lo que se ha hecho obvio: la venganza de las autoridades federales por la detención de La Lore, implicada y señalada por cuando menos un testigo en el caso el secuestro y asesinato del hijo del empresario Martí, la situación se ha vuelto complicada para el procurador Mancera, que ya echó mano a los cambios en el reglamento que rige a la corporación para limpiar toda la basura que impide que la policía judicial de la ciudad esté a la altura que merece su ciudadanía.

Los cambios y los ceses que ya se han anunciado no serán los únicos. El desazolve de los conductos de mando en la dependencia irán a fondo; la limpieza tendrá que ser total, porque cualquier agente infectado por la corrupción que pueda sobrevivir a las medidas que ahora se emprenden contaminará a todos cuantos lleguen con visiones diefentes del trabajo.

El costo de esta batalla contra la corrupción, y por retomar el mando perdido hace ya algunos ayeres, no se sabe con exactitud, pero está claro que habrá resistencias peligrosas de un cuerpo que hasta hoy goza de cabal impunidad. Por el bien de la ciudad estos cambios, que se empezaron a realizar impulsados por las evidentes fallas en la operación de la policía judicial, más vale que sean exitosos; de lo contrario se aplicará aquella frase tan socorrida de que lo que no mata fortalece, y la justicia quedará, entonces sí, en manos de la delincuencia. Dice Miguel Ángel Mancera que antes de que termine este sexenio, en la capital, habrá resultados. Es muy probable que con el apoyo del gobierno central el procurador logre, en el tiempo que se ha propuesto, la limpia y el tan ansiado control de la policía judicial. Lo que día con día será un dolor de muelas es la batalla política en la que Marcelo Ebrad tendrá que estar muy pendiente para no caer en las continuas trampas que desde el otro lado, y con la ayuda de los de siempre, deberá librar el procurador Mancera. Ya veremos.

De Pasadita

Para mucha gente la propuesta de crear la delegación 17 en el DF, que se ubicaría en el centro de la ciudad, por más que se quiera, no es novedosa.

Allá por los años en los que Manuel Camacho gobernaba el Distrito Federal, un grupo de personas, vecinos de las colonias Roma y Condesa, encabezados por Brenda Mendoza, se acercaron al entonces regente para hacerle una propuesta muy parecida a la que hoy se puso en juego.

Se trataba de crear la delegación López Velarde, que abarcaría las colonias del Centro Histórico, más la Roma y La Condesa. Camacho, siempre muy camachista, seguramente la desecho porque no era su idea, pero la aspiración desde aquel tiempo quedó registrada. Ojalá y ahora se tenga mucho mejor suerte.