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Con cubetas, botes y escobas lucharon durante horas para desalojar el agua de sus casas

Angustia, desesperación e impotencia, lo que dejaron las inundaciones entre los vecinos

Los bomberos no nos auxiliaron; sólo vinieron a montar guardia por si volvía a pasar algo

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Resultaron en vano los esfuerzos de los vecinos por salvar sus pertenencias tras la inundación ocurrida desde la noche del domingo en varias colonias de las delegaciones Venustiano Carranza y Gustavo A, MaderoFoto Jesús Villaseca
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El agua propició que algunas personas tuvieran que hacer acrobacias para entrar o salir de su casaFoto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Martes 8 de septiembre de 2009, p. 36

Con cubetas, botes y escobas decenas de vecinos afectados por las fuertes lluvias ocurridas el lunes trataban de desalojar ayer las aguas negras que no sólo afectaron sus viviendas, sino que en muchos de los casos acabaron con su patrimonio: ropa, muebles y automóviles.

La angustia, desesperación e impotencia hicieron mella en rostros de hombres y mujeres que esperaron en vano la llegada de personal del gobierno capitalino o del delegacional, para evitar que el agua saliera de las coladeras ubicadas en la vía pública e inundara sus casas; ello los obligó a levantar lo más que se pudiera y no se echara a perder.

La colocación de ladrillos debajo de la mesa del comedor, los sillones de la sala o la cama no sirvió de nada porque la lluvia no paró. Durante seis horas nos dedicamos a sacar el agua con escobas, jaladores, botes y cubetas, en medio de la oscuridad, pues los transformadores tronaron, comentaron algunos vecinos de las colonias Moctezuma, Ampliación Casas Alemán, Federal y Pensador Mexicano, de las delegaciones Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero.

Algunos, como Ernesto Torres, Ricardo Gutiérrez y Marisela López, comentaron que no durmieron, con la esperanza de que el agua bajara para salvar algunas de sus pertenencias, pero nada pudimos hacer. Ni siquiera meter el carro que quedó afuera y hoy ni siquiera arrancó, porque el agua se le metió por todos lados y tuvimos que sacarla con botes, lo cual fue una imagen recurrente en varias calles.

En Norte 170, de la colonia Pensador Mexicano, a un costado del Metro Oceanía, los habitantes abrieron puertas y ventanas para que se secaran y orearan sus casas, pues el agua alcanzó 80 centímetros de altura.

Desvelados, sin la intervención de las autoridades, los vecinos se dedicaron a sacar de sus hogares las aguas negras que la noche del domingo salieron de las coladeras. De no haber sido por unos costales de arena que usarían para una construcción y que sirvieron de barrera contra el agua, la familia Rodríguez Colin no hubiera rescatado parte de sus cosas.

Juan Manuel Rodríguez relató que él y las 18 personas que viven en su casa esperaron toda la noche a que llegara la ayuda de Protección Civil, de la policía o de la delegación Venustiano Carranza, pero no fue hasta las 8 de la mañana del lunes cuando arribó una camioneta de bomberos, pero no para auxiliarlos a ellos y sus vecinos, sino para montar guardia por si volvía a pasar algo.

El único servicio que llegó fue el camión de la basura, que a las 13:30 horas se llevó muebles, electrodomésticos y comida que se echaron a perder en sus hogares, además de los desechos que, con sus propios medios, sacaron al desazolvar las alcantarillas.

La acumulación de agua provocó además que algunos tramos de vialidades importantes como Gran Canal, Tlacos, Congreso de la Unión y Consulado fueran cerradas a la circulación desde temprana hora, con los consecuentes problemas de tráfico en la búsqueda de alguna alternativa vial para que los automovilistas y operadores del transporte público llegaran a su destino.