Economía
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Se esperan cuatro grandes manifestaciones en contra del cónclave de las potencias

Costará 18 millones de dólares reforzar la seguridad en torno a la cumbre del G-20
 
Periódico La Jornada
Lunes 21 de septiembre de 2009, p. 27

Pittsburgh, 20 de septiembre. La ciudad de Pittsburgh, sede de la reunión del G-20, a realizarse el 24 y 25 de septiembre, ha reforzado su seguridad con la llegada de miles de agentes de policía, mientras los grupos altermundistas y pacifistas se preparan para marcar con su presencia el cónclave de las naciones más poderosas. Los manifestantes tienen previsto protestar contra la manera antidemocrática con la que el G-20 toma las decisiones que afectan a más de 6 mil millones de habitantes en el planeta.

Los líderes mundiales se reúnen en esta ciudad estadunidense, cuna de la industria del acero, y a pesar de que se espera que la mayoría de las protestas sean pacíficas, el alcalde, Luke Ravenstahl, no quiere correr riesgos.

Ravenstahl desea que Pittsburgh muestre su nueva cara, después de toda una operación para rehabilitar la ciudad, conocida por la contaminación de sus altos hornos, y transformarla en una sede de la economía ecológica llena de jóvenes profesionistas.

El temor de los residentes y las autoridades es que las manifestaciones degeneren en disturbios como los ocurridos en Seattle en 1999, durante la conferencia de la OMC.

Espero que logren tener a los manifestantes bajo control y que no se repita lo de Seattle, dijo la residente Nancy Provil.

Ravenstahl anunció que los grupos opuestos al G-20 podrán ejercer su derecho constitucional a la libertad de expresión y asamblea, pero sólo tendrán acceso a una zona estrictamente delimitada fuera del área en que se reunirán los gobernantes.

Ravenstahl ha reforzado con 4 mil agentes bien entrenados de la policía federal a las fuerzas de seguridad locales. Sabemos que algunos individuos tratarán de dañar nuestra ciudad, precisó el director de seguridad pública de Pittsburgh, Michael Huss. La factura del refuerzo de la seguridad será de unos 18 millones de dólares.

Mientras las autoridades preparan el recibimiento a los líderes del G-20, los grupos opuestos a la reunión hacen lo mismo. La semana pasada uno de estos contingentes organizó jornadas de preparación, llamadas mass action 101 (acción de masas 101), con estudiantes.

No se trata de llamar a realizar tal o cual cosa, sino de ver cómo se participa en la movilización, mencionó Patrick Young, del grupo anarquista POG. Hay preguntas sobre lo que uno quiere hacer y cómo quiere participar y qué preparativos hay que realizar antes de ir a una gran manifestación, añadió. Los grupos de activistas de los alrededores de Pittsburgh han tratado de organizarse para albergar a miles de manifestantes venidos de gran parte del mundo.

El Proyecto de Resistencia de Pittsburgh al G-20 (PGRP, por sus siglas en inglés) ha creado cuentas en la plataforma online Twitter y un portal de Internet donde los activistas pueden encontrar información tan dispar como direcciones para almorzar o datos sobre detenidos en las protestas.

Se han previsto al menos cuatro grandes manifestaciones en Pittsburgh antes y durante la cumbre. La primera es una marcha por el empleo el domingo. El miércoles, en la víspera de la cumbre, los movimientos de trabajadores y defensores del medio ambiente organizarán un concierto en el que se esperan 10 mil personas, según Young.

El día siguiente se espera que unas mil personas marchen hacia el lugar donde se celebrará la cumbre, en una protesta organizada por el PGRP. No hemos pedido permiso, comentó Young.

El viernes, coincidiendo con el cierre de la cumbre, se producirá el principal evento con una gran marcha. Es importante mostrar al mundo que el G-7 es un organismo que se ha autodesignado, insistió Edith Bell, miembro de la Liga Internacional de Mujeres para la Paz y la Libertad, quien a sus 85 años rompe todos los estereotipos sobre lo que podría ser una activista anti G-20.