Sao Paulo, 19 de octubre. Jenson Button festejó la noche más grandiosa de su carrera solo en una habitación de un hotel de Sao Paulo, tendido en la cama con una sonrisa y la marca de un pellizco en el brazo para probar que no era un sueño su campeonato en la F-1. El piloto, de 29 años, había prometido el domingo, tras confirmar el título mundial en el Gran Premio de Brasil –cuando aún falta una carrera–, que disfrutaría del esperado momento como no lo imaginan. Asimismo, aquí se rindió homenaje a Ross Brawn como hacedor de campeones, ya que fue el cerebro de las siete victorias de Michael Schumacher, y ahora de Button. Desde Berlín, el piloto alemán lo felicitó en su página web: Lo que ha logrado merece todos los honores. En tanto, la prensa británica celebró la coronación, señalando que más que del auto, la victoria fue de él.