Capital
Ver día anteriorMartes 3 de noviembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Un total de 760 mil personas acudieron a los cementerios, según cálculos de Seguridad Pública

Aunque muy concurrida, celebración austera en panteones el Día de Muertos

La crisis llevó a adecuar los festejos; el cempasúchil fue sustituido por nube o pata de león

Foto
Velación el 2 de noviembre en un camposanto de la ciudad de MéxicoFoto José Carlo González
 
Periódico La Jornada
Martes 3 de noviembre de 2009, p. 33

Desde temprana hora, miles de personas acudieron a alguno de los 112 cementerios de la ciudad de México a visitar a sus difuntos, con cubetas, escobas, jabón y fibra para dejar reluciente su morada, durante los festejos por el Día de Muertos, en los que, de acuerdo con la policía capitalina, no se registró ningún incidente.

Autoridades delegacionales reportaron que la afluencia de visitantes fue mayor a la de otros años, e incluso hubo aglomeraciones en camposantos como el de San Lorenzo, pero, a diferencia de ocasiones anteriores, la celebración fue más austera, pues la crisis económica afectó el bolsillo de la gente.

En un recorrido, se pudo observar que las comilonas con carnitas, barbacoa y chicharrón fueron sustituidas por emparedados de jamón o tostadas de tinga; la cerveza y el refresco, por agua de sabor; las flores de cempasúchil, por nube o pata de león; mientras la música grabada remplazó a los grupos norteños, los tríos o el mariachi.

La verdad nos venimos con unos cuantos pesos, suficientes para trasladarnos y comprarle unas nubecitas a mis papás, porque mi esposo se quedó sin trabajo y, como tiene más de 40 años, nadie lo contrata, y los gastos de la escuela son fuertes, explicó Marisol, luego de lavar los dos floreros resquebrajados de una tumba.

Los 30 pesos por canción o mil 500 pesos que cobran en promedio los mariachis, tríos y norteños por una hora, obligaron a muchas familias a sustituirlos por cidís, de 10 pesos, adquiridos en el comercio informal.

La situación no está para gastar, cuando tenemos tantas deudas y corremos el riesgo hasta de perder nuestras alhajas empeñadas en el Monte, porque la fábrica donde trabajábamos mi esposo y yo desde hace 20 años cerró y ni nos liquidaron, señaló María Teresa.

Sin embargo, el ánimo no decayó. Así que desde que abrieron sus puertas, cementerios como el de Dolores fueron abarrotados por familias completas que se trasladaron en Metro, automóvil o los autobuses de la red de transporte de pasajeros, que ofreció horario especial en sus 17 rutas; mientras afuera decenas de niños, disfrazados de Chucky, Merlina, Freddy Crugger, vampiros, brujas, fantasmas o diablos con una calabaza o muerte de plástico aprovecharon para pedir su calaverita.

Hasta la colecta de dinero y dulces estuvo muerta. El año pasado en dos horas juntamos 50 pesos cada uno y un montón de dulces, pero ahora solamente nos dieron 15 pesos a los dos y pocos caramelos, aunque nos lucimos con nuestros disfraces, comentaron José y Elías Torres, quienes junto con sus padres y hermanos fueron a visitar a sus abuelitos, como han hecho desde hace cinco años.

Los panteones más visitados fueron los ubicados en Iztapalpa, Miguel Hidalgo, Azcapotzalco y Alvaro Obregón, a los que, se calcula, llegaron 220 mil personas. En el panteón de Mixquic, en Tláhuac, se calcula una asistencia de por lo menos 200 mil personas hasta el martes 3 de noviembre.

En total, según estimaciones de la SSP-DF, hubo 760 mil visitantes en los panteones de la capital del país.

En Álvaro Obregón, las autoridades inclusive se vieron obligadas a montar un operativo de seguridad para agilizar el tránsito en los alrededores de los nueve panteones ubicados en la demarcación.

En toda la ciudad, la policía capitalina desplegó 7 mil 906 policías, mil 571 vehículos y dos helicópteros.