Fort Hood, 10 de noviembre. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su esposa Michelle presidieron hoy una ceremonia en honor de las 13 víctimas fatales del tiroteo del pasado jueves en la base militar estadunidense de Fort Hood, en Texas, la mayor instalación de este tipo en el mundo.

El homenaje, al que asistieron unas 15 mil personas, se desarrolló en momentos en que aumentan las preguntas sobre qué tanto sabían las autoridades militares sobre el agresor, el sargento Nidal Malik Hasan, quien también hirió a otras 42 personas.

El director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), Robert Mueller, ordenó a sus subalternos una investigación interna sobre la información que recibió esa dependencia acerca del también siquiatra antes del ataque.

El soldado, de origen palestino, ya había sido investigado antes, hace alrededor de un año y medio, por su relación con el imán Anwar Al Aulaqi, un sospechoso de terrorismo radicado en Yemen, quien escribe en un blog en que regularmente denuncia las acciones miitares de Estados Unidos contra el mundo musulmán, pero se determinó que Nidal Malik Hasan, quien entonces todavía hacía su residencia en el hospital Walter Reed en Washington, no era una amenaza.

Fue por esa época que Hasan, ahora de 39 años de edad, dio una conferencia, cuya transcripción obtuvo el diario The Washington Post, en que habló del dilema que enfrentan los musulmanes que se encuentran enlistados en las fuerzas armadas estadunidenses cuando se ven obligados a luchar contra otros musulmanes.

Es cada vez más difícil justificar moralmente estar en un ejército que está constantemente enfrentado con otros musulmanes, señaló entonces, según el periódico The Independent.

El presidente Obama dijo este martes que ninguna religión puede justificar una matanza como la de Fort Hood, la peor ocurrida en una base militar en la historia de esta nación, durante una emotiva ceremonia en homenaje a las víctimas del tiroteo perpetrado por el militar musulmán.

Puede ser difícil comprender la lógica perversa que condujo a esta tragedia. Pero sabemos lo siguiente: ninguna creencia religiosa justifica estos actos asesinos y cobardes. Ningún Dios justo y amado los considera favorablemente, dijo el mandatario estadunidense ante miles de soldados con uniforme de camuflaje.

En su primera ceremonia fúnebre después de una tragedia nacional, aseveró que el responsable de la matanza pagará por sus crímenes, y recordó a los estadunidenses que están pasando tiempos difíciles con las guerras en Irak y Afganistán, al insistir en que no puede haber justificación para lo que caracterizó como una tragedia incomprensible.

Es tiempo de guerra, dijo el presidente, que debido a esta ceremonia postergó un día el inicio de su gira por Asia. Pero estos estadunidenses no murieron en un campo de guerra extranjero. Murieron aquí, en suelo estadunidense... Y esto es un hecho que hace aún más dolorosa esta tragedia y más incomprensible, agregó el mandatario, quien al igual que su esposa vistió de negro.

Nosotros sabemos que el asesino deberá responsabilizarse por sus actos, en este mundo y en el próximo, agregó.

Entre las víctimas había una soldada de 21 años embarazada, militares que iban a ser enviados a Afganistán, incluida una joven de 29 años y un padre de familia de 23, un asistente médico de 55, que iba a partir de misión a Irak, y un comandante del ejército de 52 años, inmigrante mexicano convertido en doctor en sicología.

Las víctimas fueron honradas con 21 disparos de salva. Obama se reunió además con algunos de los 43 heridos y sus allegados.

Por lo pronto, los insurgentes talibanes advirtieron al gobierno de Estados Unidos de nuevas matanzas similares a la de la base Fort Hood si no pone fin a su política en Afganistán y en Irak.

Si la política de ocupación de los dirigentes estadunidenses prosigue (...) es normal que los incidentes y ataques similares a Texas se extiendan al Pentágono y a los otros centros militares norteamericanos, sentenciaron en un comunicado publicado en Internet, en el que calificaron a Nidal Malik Hasan como un héroe.

Asesino solitario

Según las primeras conclusiones de la investigación, el sospechoso parece haber actuado solitariamente en Fort Hood, pero la policía no descarta la posibilidad de que haya querido perpetrar un atentado suicida.

La FBI asegura ahora que no hay indicios de que el siquiatra haya tenido cómplices o haya sido parte de una conspiración terrorista, al contrario de lo que se informó el jueves cuando medios de prensa hablaron de tres tiradores.

Hasan será enjuiciado por un tribunal militar por su responsabilidad en el tiroteo de Fort Hood, según una decisión tomada por el Pentágono y el Departamento de Justicia en Washington.

Fort Hood se cuenta entre las mayores bases militares del mundo y el ejército de Estados Unidos tiene estacionados allí a unos 45 mil soldados y sus familiares.

En este contexto, una mujer que trabajaba en un laboratorio en Oregon murió hoy luego que un hombre abrió fuego antes de suicidarse, en el tercer tiroteo en menos de una semana en Estados Unidos. El pasado sábado, en Orlando, Florida, un sujeto disparó dentro de un edificio de oficinas y mató a dos personas.