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Por cada 100 adultos en esa condición, la padecen 170 menores

La mayoría de los nuevos pobres de AL son mujeres y niños, alerta Cepal
 
Periódico La Jornada
Lunes 23 de noviembre de 2009, p. 23

La mayoría de los 9 millones de personas que ingresaron a la pobreza este año en América Latina a causa de la crisis económica fueron mujeres y niños, informó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

El organismo precisó que por cada 100 adultos que cayeron en esa condición, 170 niños ingresaron a las filas de la pobreza, mientras que por cada 100 hombres, 115 mujeres se encuentran en esa situación.

En su informe Panorama social de América Latina 2009, la Cepal precisó que la exposición de las mujeres a la pobreza es más alta que la de los hombres en todos los países de la región, y que en 13 de 18 naciones esta pauta se ha agravado entre 2002 y 2008.

Agregó que lo anterior es notoriamente más patente en Panamá, Costa Rica, República Dominicana, Chile y Uruguay.

En todos los países de la región, a excepción de El Salvador, se ha agravado la brecha de pobreza entre niños y adultos en los últimos seis años, especialmente en Argentina, Brasil, Panamá, Uruguay y Venezuela, aunque con grandes variaciones, señaló el organismo.

Durante la presentación del informe, la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, llamó a la región a transitar por la ruta del largo aliento.

Urge aplicar políticas de largo plazo dirigidas a los niños y jóvenes, quienes son los futuros motores productivos de la sociedad, y facilitar la inserción laboral de las mujeres para que no se siga perpetuando el círculo de la pobreza, destacó Bárcena.

El estudio señala que factores como el trabajo no remunerado y el cuidado de terceros dificultan la inserción laboral de las mujeres, lo que redunda en mayor pobreza para ellas y sus hijos.

En ese sentido señala que la brecha de pobreza por edad y género exige políticas de largo plazo que fomenten la inserción laboral de las mujeres, la redistribución de las cargas de trabajo no remunerado en los hogares, y la ampliación de la cobertura escolar de los menores.

Las mujeres destinan un promedio diario de entre cinco horas en Uruguay a un poco más de siete en Guatemala en trabajo no remunerado. En el caso de los hombres, con la excepción de Guatemala, nunca se superan las dos horas, destaca.

Al respecto indica que la carga de trabajo no remunerado aumenta en proporción a la necesidad de cuidado de hijos pequeños o adultos mayores dependientes, y en directa relación con el nivel de ingresos en el hogar.

Mientras mayor sea la carga de trabajo no remunerado, menores son las posibilidades de las mujeres pobres de acceder al mercado laboral, señala.

Por otra parte, indicó que la participación laboral de las mujeres sigue siendo extremadamente estratificada, debido a que las mujeres pobres tienen muchas mayores dificultades que las de estratos altos.

Con objeto de hacer frente a esta problemática el organismo recomendó ampliar la matrícula y cobertura escolar de los niños menores de cinco años, extender las jornadas escolares y crear servicios colectivos de cuidado del adulto mayor.

También, dijo, es necesario invertir más en salud preventiva, castigar la discriminación de las mujeres en el mercado laboral y redistribuir la carga de trabajo no remunerado en el hogar.