Política
Ver día anteriorMiércoles 16 de diciembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Que el Ejecutivo espere a febrero para que la evaluemos con calma, señala Navarrete

Senadores: la reforma de Calderón, fuera de tiempo; omite adecuar el sistema presidencial

Hay errores gravísimos; pretende convertir al Presidente en legislador, asegura Pablo Gómez

 
Periódico La Jornada
Miércoles 16 de diciembre de 2009, p. 5

En el último día del periodo ordinario de sesiones, el Senado turnó a comisiones la iniciativa de reforma constitucional en materia política del presidente Felipe Calderón, entre críticas y cuestionamientos de legisladores de PRI, PRD y Convergencia, quienes consideraron tardía e incompleta esa propuesta.

De entrada, el presidente del Senado, el perredista Carlos Navarrete, señaló que si Calderón no tuvo tiempo de hacer llegar en otro momento su reforma, que espere a febrero para que la evaluemos con calma.

El coordinador priísta, Manlio Fabio Beltrones, indicó que es importante que aunque sea en el cuarto año de su gobierno, el Ejecutivo presente esa iniciativa que pretende modernizar al Congreso, pero lamentó que no incluya también los cambios necesarios para adecuar el sistema presidencial.

El coordinador de Convergencia, Dante Delgado, advirtió que Calderón debió presentar esa reforma política al inicio de su gestión, no tres años después, cuando anticipa la derrota del PAN en 2012.

En igual sentido, el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, el priísta Pedro Joaquín Coldwell, expresó que no hay nada nuevo en la reforma presidencial, ya que muchos de los cambios que propone están en iniciativas concretas presentadas ya en el Senado, algunas hasta dictaminadas.

Este golpe de timón se da ante los resultados adversos y precarios en materia de economía y de seguridad con que llega el Ejecutivo federal en la segunda mitad de su gobierno, advirtió Joaquín Coldwell.

De todas formas, dijo, hacía falta que el Presidente incluyera en su agenda pública ese tema, porque durante todo el tiempo que duró la reforma del Estado en el Congreso no hubo un solo pronunciamiento de Calderón.

Respecto de las propuestas de la reforma –que llegó ayer al mediodía al Senado–, Joaquín Coldwell dijo que no están todas las que son ni son todas las que están, y enumeró tres omisiones, que el PRI va a poner sobre la mesa de debates.

Una primera gran omisión, puntualizó, es que no plantea modificaciones de fondo para modernizar la institución presidencial. La única propuesta en ese sentido es la de la segunda vuelta electoral, pero es muy discutible e insuficiente.

El PRI, dijo, insistirá en que se discuta dentro de esa reforma la facultad del Senado para ratificar a los integrantes del gabinete presidencial, con el propósito de evitar clubes de Tobi, así como mecanismos para la sustitución del Ejecutivo federal en caso de falta absoluta.

“Tampoco –añadió– vemos en la iniciativa de Calderón la creación de una fiscalía autónoma que permita despolitizar la procuración de justicia y evitar la impunidad.”

El priísta recalcó que además al Ejecutivo le faltó información, ya que incluyó en su reforma la iniciativa preferente, que ya fue aprobada por el Senado, como parte de las propuestas de la reforma del Estado.

Al respecto, el perredista Pablo Gómez resaltó que hay errores gravísimos en la iniciativa de Calderón, entre ellos la reconducción presupuestal y la afirmativa ficta de las iniciativas del Ejecutivo, ya que se pretende convertir al presidente en legislador.

El pleno del Senado envió originalmente la reforma de Calderón a las comisiones de Puntos Constitucionales, Justicia y Estudios Legislativos Segunda, pero el PRI, a través del senador Francisco Arroyo, protestó y finalmente se cambió el turno, con la finalidad de que sean Puntos Constitucionales, Reforma del Estado y Estudios Legislativos las que dictaminen, a partir de febrero, cuando se vuelve a sesionar el Senado.

Al Presidente le gusta hacer las cosas al último y mandar sus iniciativas en la orilla de los tiempos. Que entienda entonces que el Congreso tiene sus tiempos para evaluar, insistió el perredista Navarrete.