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Será inaugurado a finales de mes; analizar el virus de la influenza, uno de los objetivos

Nuevo laboratorio podrá atender emergencias como la del A/H1N1

Las instalaciones, entre las mejores de México, afirmó José Tapia Ramírez, del Cinvestav

El Instituto de Ciencia del DF aportó la mitad de la inversión total, que fue de $13 millones

 
Periódico La Jornada
Miércoles 13 de enero de 2010, p. 2

Con capacidad para realizar diagnóstico, tipificación, secuenciación, detección de mutantes y resistencias a drogas antivirales en diversos patógenos, científicos del Centro de Investigaciones y de Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional, inaugurarán a finales de este mes un laboratorio de nivel II de bioseguridad, que tendrá entre sus principales metas el análisis del virus de la influenza A/H1N1.

José Tapia Ramírez, especialista del departamento de genética y coordinador de servicios experimentales del centro, detalló que con el apoyo del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal (ICyTDF) se invirtieron 13 millones de pesos en infraestructura y equipamiento, con el propósito de tener uno de los laboratorios más avanzados del país y atender cualquier emergencia de detección y diagnóstico de nuevos patógenos en la zona metropolitana del valle de México.

En entrevista con La Jornada, afirmó que las instalaciones “estarán entre las mejores de México, pues se cuenta con ocho unidades externas de apoyo, donde se podrán realizar estudios de microscopía electrónica y confocal –que permite construir imágenes tridimensionales–, citometría de flujo, análisis de genómica y proteónica, entre otras disciplinas, que lo hacen único en el país”.

Destacó que el Cinvestav cuenta con un equipo de virólogos, biólogos moleculares, genetistas, infectólogos y epidemiólogos que podrán realizar investigaciones multidisciplinarias en las que se estudiará la influenza y su resistencia a los fármacos, así como la posible detección de nuevas mutaciones en la enfermedad. Además se estudiarán otros virus, como polio o dengue.

Las instalaciones ubicadas en la sede del Cinvestav en Zacatenco, al norte de la capital del país, contarán con equipo e instalaciones de alta seguridad, pues se prevé que este año se escale al nivel III de bioseguridad, a fin de sumarse a la red de laboratorios mexicanos con capacidad para diseñar y probar vacunas.

Tapia Ramírez enfatizó que el ICyTDF aportó poco más de 6.5 millones de pesos para el proyecto, pues se busca fortalecer la red de diagnóstico en el área metropolitana, aunque el especialista reconoció que la emergencia sanitaria de abril pasado, luego de detectarse los primeros casos de influenza A/H1N1, nos rebasó completamente, porque no teníamos la capacidad de procesar un volumen de muestras tan grande ni contábamos con sistemas de diagnóstico molecular desarrollados para detectar variantes.

La influenza llegó para quedarse

Juan Ludert León, profesor-investigador del departamento de Infectómica del Cinvestav, afirmó que al igual que otras enfermedades emergentes, la influenza A/H1N1 llegó para quedarse, pues conforme aumenta el número de personas contagiadas o que ya fueron vacunadas es factible que se presente un descenso en el número de casos para después reaparecer como una influenza estacional.

Agregó que en los pasados 30 años creció el número de nuevos virus o agentes patógenos, tanto por el incremento de la población mundial y los cambios en hábitos que implican la invasión de hábitats hasta hoy ajenos a la presencia humana, como selvas, zonas pantanosas o costeras, e incluso debido a un creciente proceso de hacinamiento en viviendas y transporte.

Especialista en el estudio del virus del dengue, afirmó que la influenza A/H1N1 es un ejemplo de que aún hay mucho por aprender de estos patógenos, como sus mecanismos de contagio, prevalencia o mitigación, pues los virus son organismos sumamente adaptables que hacen muy difícil su erradicación en el ser humano.

A pesar de que, indicó, son más simples que los parásitos en cuanto al número de genes y proteínas que producen, al mismo tiempo la relativa simplicidad del patógeno lo hace altamente adaptable al nuevo organismo invadido y resistente a vacunas y medicamentos.

Tapia Ramírez señaló que entre los retos para 2010 destaca el estudio de los mecanismos de contagio del virus y su capacidad de recombinación con otros patógenos, pues afirmó que como ocurre en otras enfermedades, es previsible que se genere resistencia a los antivirales.

Por ello, destacó la importancia de que en México se impulse el desarrollo de una plataforma propia para el diseño de vacunas, pues alertó que entre el surgimiento de un agente infeccioso y una vacuna pasa mucho tiempo, a pesar de que se requiere proteger a toda la población, no sólo a sectores vulnerables.