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Respaldó al líder opositor Mousavi; investigadora teme escalada del gobierno para intimidar

Muere connotado científico iraní en atentado con bomba frente a su hogar

Teherán acusa a Washington o Tel Aviv del ataque; es absurdo, dice el Departamento de Estado

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En imagen tomada de un video, el momento en que es colocado en una camilla un cuerpo, al parecer el del doctor Massoud Ali Mohammadi, quien murió por el estallido de una bomba activada a control remoto. La agencia oficial de noticias Irna dijo que todavía no está claro cuántas personas murieron en la explosiónFoto Reuters
The Independent
Periódico La Jornada
Miércoles 13 de enero de 2010, p. 24

Teherán, 12 de enero. Un importante físico iraní fue asesinado este martes con una bomba detonada fuera de su casa, en esta capital. De inmediato, Irán acusó a Israel o Estados Unidos del atentado, que tendría el supuesto fin de sabotear el programa nuclear de la República islámica.

Sin embargo, esta noche la muerte del doctor Massoud Ali Mohammadi a manos de las agencias de inteligencia de las potencias arrogantes, que es como Irán llama a sus enemigos occidentales, no tenía visos de convertirse pronto en caso cerrado, pese a lo que divulgaron los medios y el gobierno.

En un principio se describió a Mohammadi como un revolucionario devoto muerto como mártir a manos de los enemigos extranjeros de Irán. Más tarde trascendió que el científico apoyó la campaña del líder de la oposición, Mirhossein Mousavi, tras las elecciones de junio pasado, y denunció públicamente el trato que las autoridades dieron a estudiantes en los movimientos de protesta. La revelación alimentó especulaciones de que el asesinato fue cometido por alguien del sistema, para intimidar a críticos del gobierno.

La declaración oficial de Teherán aseguró que el atentado se perpetró con una motocicleta bomba que estalló fuera de la casa de Mohammadi, en un suburbio de esta capital, cuando el científico salía a su trabajo, y que fue obra de agentes de espionaje e inteligencia estadunidenses, aseveración que el Departamento de Estado tachó de absurda.

Mohammadi no era especialista en física nuclear: era profesor de física de partículas elementales, por lo cual es improbable que haya participado de manera extraoficial en el controvertido programa atómico de su país. Su página en el sitio web de la Universidad de Teherán incluye una lista de sus publicaciones en inglés en diversos medios especializados internacionales sobre temas como la gravedad bidimensional y los agujeros negros, y también estudios complejos de matemáticas analíticas.

Funcionarios de la Universidad de Teherán dijeron que tampoco estaba involucrado en política. Pero el misterio se volvió más oscuro cuando la página de Internet del movimiento opositor Jaras denunció que el profesor de 50 años figuraba en una lista de cientos de académicos que respaldaron a Mousavi, el político que desafió al presidente Mahmud Ahmadinejad en las disputadas elecciones que dieron origen al actual movimiento verde.

Los grupos reformistas han ganado inmensa simpatía popular y desafían a las autoridades pese a feroces medidas represivas. El ala dura gubernamental ha exigido la ejecución de líderes de oposición, pero analistas han dicho que un acto así sólo agudizaría la crisis interna.

Si fue un acto de violencia perpetrado por el régimen o sus seguidores, su intención sería intimidar a otros académicos que han apoyado a la oposición, señaló la doctora Suzanne Maloney, investigadora emérita del Centro Saban, unidad de estudios sobre política en Medio Oriente del Instituto Brookings, en Washington.

Desde luego existe en Irán una pauta de tratar de asustar a los académicos que menos temor tienen de expresarse, y en semanas recientes hemos observado una condena pública de intelectuales por el trato que se da a estudiantes detenidos. No es típico que Irán recurra a la violencia en forma tan agresiva; cuando de académicos se trata, más bien se les obliga a dejar su empleo, y si son estudiantes, se les niega la matrícula. Si este atentado está vinculado a la situación actual, estamos ante una dramática escalada, agregó.

Maloney sugirió la posibilidad de que los responsables hayan sido grupos armados con nexos con los servicios de seguridad iraníes, aunque no controlados por éstos, y que el ataque haya sido un intento de apuntalar al fustigado régimen. Existe un precedente de principios de los 90, última vez en que un movimiento de reforma gozaba de tanto apoyo.

Existe un paralelismo con el asesinato de escritores, activistas políticos y otros disidentes en los 90. Fue una campaña para demostrar que cualquier actividad opositora tenía un precio, sostuvo Maloney. Pero el gran temor ahora de muchos en la oposición es que cualquier apariencia de ley y orden en Irán se desmorone y que vuelvan tiempos semejantes a los de la guerra civil, con campañas masivas de bombazos como las que marcaron los primeros años de la revolución.

Numerosos opositores y detenidos han muerto desde las elecciones de junio, según Amnistía Internacional. Sin embargo, siguen siendo poco comunes los atentados con bomba en la capital.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca