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Asumir en forma absolutista el positivismo llevará a decir un día que robar no es delito, dice

Sandoval Íñiguez exhorta al Estado a acatar la ley natural
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 7 de febrero de 2010, p. 28

Guadalajara, Jal., 6 de febrero. El Estado debe acatar la ley natural por que de continuar así un día se aprobará, por mayoría, que robar no es crimen ni pecado, que es lícito fornicar y cometer adulterio, señala el cardenal Juan Sandoval Íñiguez en Semanario, la publicación de la arquidiócesis de Guadalajara que será distribuida este domingo entre los feligreses.

En el texto titulado Derecho natural y mandato divino, Sandoval Íñiguez asegura que Iglesia y Estado son compatibles dentro de la ley natural. Creo que es el único terreno donde podemos entendernos; esa ley que está inscrita en las cosas mismas, dice.

Desgraciadamente, en estos tiempos modernos, por influencia sobre todo de los filósofos ingleses, se ha alentado el positivismo y sus consecuencias, que llevan a afirmar que las leyes deben aplicarse mediante un consenso de la mayoría, sin reflexionar que muchas veces esa mayoría puede estar equivocada, comenta.

La máxima jerarquía del clero en Jalisco critica a quienes han querido excluir a la Iglesia aduciendo que no tiene derecho en temas como la familia, la defensa de la vida, el aborto, el divorcio y la unión de personas del mismo sexo.

Sabemos que todo lo creado lleva en su estructura una finalidad, un para qué; y así como las branquias de los peces son para respirar bajo el agua, los pulmones del ser humano lo son para respirar en el aire, de la misma manera que las diferentes estructuras anatómicas del hombre y de la mujer están hechas para cumplir funciones específicas, asegura.

Si las naciones asumen en forna absolutista el positivismo, puede conducirse a hechos lamentables que implican “romper cualquier freno impuesto por la ley natural. Así, un buen día, por ejemplo, los ciudadanos pueden ponerse de acuerdo en que hay que matar a los ancianos por ser una carga social improductiva y como esto es fruto del consenso de una mayoría, pues hay que aplicarla y se les extermina.

“También puede aprobarse, por mayoría en el país que calumniar al prójimo, incluso en los medios, como decretaron los legisladores capitalinos, no constituye delito alguno. De seguir así, un día se aprobará, por mayoría, que robar no es crimen ni pecado; que es lícito fornicar y cometer adulterio.

Si Estado o Iglesia niegan la ley natural seguirán las disputas y ataques entre lo que se considera la irreductible separación entre el Estado laico y la Iglesia, a la cual se le quiere impedir el ejercicio de la libertad de expresión pues algunos consideran que se inmiscuye en asuntos de Estado, cuando lo que la Iglesia defiende es la familia constituida y fundada en el amor de una pareja: hombre y mujer.