Espectáculos
Ver día anteriorJueves 18 de febrero de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

Se presentará en el teatro Metropólitan

El poder de Yamato regresa con Matsuri
Foto
La compañía japonesa dará muestra del poder de su sonido y armonía
 
Periódico La Jornada
Jueves 18 de febrero de 2010, p. a10

La compañía de tambores japonesa Yamato regresa por cuarta ocasión a México; esta vez se presentará del 21 al 28 de febrero en el teatro Metropólitan, donde ofrecerá el espectáculo Matsuri, que alude al festival tradicional japonés y tiene origen en el término matsuro, que significa orar a los espíritus más elevados.

En conferencia de prensa realizada en el Metropólitan, ofrecieron una muestra de lo que será Matsuri. Sobre el escenario seis artistas golpearon tambores tradicionales, llamados wadaikos, elaborados con madera de árboles ancestrales y piel de animales. Por momentos el sonido era estruendoso e hizo estremecer a los presentes, pues las ondas de choque se sentían en los cuerpos, en los corazones. Tal es el poder del sonido con armonía y melodía.

Yamato fue fundada en 1993 por Masa Ogawa. Tiene su base de operaciones en el poblado de Asuka, famoso en la tradición nipona por sus monumentos históricos y por ser el llamado lugar de nacimiento de su cultura. Sin embargo, al inicio no tenían intenciones de consolidarse como agrupación, de hecho Ogawa había compuesto una pieza para percusiones llamada Hyuga, misma que presentó en un festival japonés, pero lo hizo como algo especial. Cuenta que entonces un periodista le preguntó el nombre de su conjunto, y al no tener uno, se le ocurrió la palabra Yamato.

Un reflejo de rituales ancestrales

Aquella presentación resultó muy importante. Varios promotores culturales de todo el mundo lo empezaron a llamar para que llevara su acto a diversos festivales, y de ahí surgió formalmente la compañía. Actualmente se han convertido en un conjunto que tiene en promedio 200 presentaciones al año; como grupo crecieron de cuatro a 17 personas y sus audiencias se transformaron de cientos a miles y de ahí a decenas de miles en lugares como China.

Lo que ahora se verá en México consiste en reflejar los rituales propios de los festivales, desde dar gracias por cosechas abundantes hasta rezos personales por salud y paz.

En la rueda de prensa, explicaron que Matsuri es una celebración de Dios, cualquiera que sea. Dios es entendido como el creador. Agregaron que luego de su estadía en México regresarán a Japón para descansar. Sobre las vestimentas que usarán, precisaron que aunque son tradicionales, ellos les aportan toques de modernidad; esto es, dar creatividad con la cultura propia.

Bromearon en torno a que hacen ejercicio utilizando los tambores, de 10 kilos, como si fueran pesas. Eso los mantiene fuertes, afirmaron.

Disciplina y espíritu de grupo

Comentaron que no es tan complicado entrar a la compañía; es decir, no se requiere ser músico o haber tocado los tambores antes. Uno dijo que lo invitaron a formar parte de la empresa y él se sinceró al exponer que nunca había tocado un tambor. Le contestaron que lo importante era tener espíritu de grupo y echarle muchas ganas. Lo verdaderamente importante es la disciplina y la capacidad de integración. Para mí esto último no fue difícil, señaló uno de los tamborileros más alegres, quien en el conjunto figura por ser el menos parsimonioso.

Sobre espectáculos de compañías de otras nacionalidades, pero que usan tambos, cubetas y otros objetos de uso cotidiano para percutir, dijeron: Nos gusta escucharlos porque muestran otros estilos y posibilidades acústicas.

Como artistas, indicaron que en el futuro se ven haciendo lo mismo: tocando tambores, transmitiendo su cultura, divirtiendo al público. “Por eso, con Matsuri invitaremos a todos a participar en una fiesta.”

Mencionaron que aunque hay ritos, tradiciones milenarias y profundos simbolismos, tratan de transmitir por medio de los tambores emociones, sentimientos e intuiciones conjuntadas a lo largo de los siglos. Así, lo complejo se hace sencillo.

“Cuando tocamos los tambores y creamos música no conceptualizamos, sino tan sólo sentimos el sonido. Matsuri es emoción.”