Teherán, 2 de marzo. El renombrado director de cine iraní Jafar Panahi, ganador en 2000 del León de Oro del festival de Venecia por su película El círculo, y partidario del líder opositor Mir Hossein Mousavi, fue detenido la noche del lunes, según informaron hoy páginas web de la oposición, citando al hijo del cineasta.

Un total de 18 personas, entre ellas Panahi, su esposa y su hija, fueron arrestadas durante una reunión privada en la casa del cineasta y llevadas a un lugar desconocido, aseguró el hijo de Panahi. Añadió que los agentes confiscaron objetos personales y computadoras.

El hijo de Panahi señaló que la mayoría de los detenidos en casa de su padre trabajaban también en la industria del cine y comentó que aún no se explican las razones de los arrestos.

El cineasta detenido y otros directores de cine iraníes apoyaron el movimiento verde liderado por Mir Hossein Mussavi antes y después de las elecciones presidenciales del 12 de junio de 2009.

Panahi, alineado con la oposición, acusó al gobierno de fraude electoral y no reconoció la relección del presidente Mahmoud Ahmadinejad.

Endurecen restricciones

Cineastas iraníes se quejan de que desde la llegada de Ahmadinejad a la presidencia, en 2005, han aumentado las restricciones a artistas en general y en particular a directores, por lo que las condiciones de trabajo se han vuelto especialmente duras para los cineastas críticos.

El realizador, de 49 años, había sido invitado como huésped de honor al pasado Festival de Cine de Berlín, pero no le dieron permiso para viajar a la capital alemana.

Panahi es considerado uno de los más destacados cineastas independientes de Irán. En 2006 había ganado un Oso de Plata en la Berlinale por su película Offside.

El fiscal de Teherán, Abbas Jafari Dolatabadi, confirmó el arresto, pero dijo que la detención no estaba relacionada con la política ni con su profesión.

Jafar Panahi es sospechoso de haber cometido algunos crímenes y fue arrestado por orden del juez del caso junto a otra persona, y la investigación sobre esta conexión continúa, explicó el fiscal, sin dar otros detalles.

La oposición reformista iraní sostiene que la votación de junio fue arreglada para asegurar la reelección del presidente de línea dura Mahmoud Ahmadinejad.

Las autoridades niegan la acusación de fraude electoral y calificaron las protestas opositoras que comenzaron tras la elección de un intento, apoyado por otros países, por socavar a la dirigencia clerical que controla Irán.

Miles de opositores fueron detenidos tras la elección. La mayoría han sido liberados desde entonces, pero más de 80 personas fueron condenados a penas hasta de 15 años de prisión, y dos, juzgadas luego de la elección, fueron ejecutadas.