Falta de apetito sexual, depresión y pérdida de energía física son algunos de los síntomas de la andropausia, definida por los científicos como una baja acelerada en la producción de testosterona –hormona responsable del control de las funciones sexuales y la fertilidad masculinas–, la cual puede afectar a cualquier hombre después de los 40 años.

Eusebio Rubio, andrólogo y director general de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual, destacó que en México los pacientes que sufren andropausia llegan al consultorio médico por problemas vinculados con la disfunción eréctil, que a partir de los 60 años afecta entre un 40 a 50 por ciento de la población, o por síntomas como la depresión, pero desconocen que puede ser el inicio de un proceso andropáusico.

Al participar en el taller convocado por el Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional sobre farmacología de la reproducción masculina, indicó que en nuestro país prevalece una visión machista de la masculinidad que obliga a miles de hombres a vivir su envejecimiento en silencio con una enorme pérdida de su calidad de vida.

De acuerdo con cifras a nivel internacional, afirmó Rubio, la eyaculación precoz, que afecta a 30 por ciento de los varones adultos, la esterilidad o la disfunción eréctil son temas poco abordados por los varones, a pesar de su incidencia, y mucho menos la andropausia, aunque los síntomas como baja libido, cansancio crónico, pérdida de masa muscular, y por tanto de fuerza física, tienen un impacto directo en su día a día.

Alonso Fernández-Guasti, catedrático del departamento de farmacología del Cinvestav, agregó que con el declive en la producción de testosterona se generan diversos síntomas que de forma paulatina generan un cuadro de andropausia que puede iniciar entre los 40 y 50 años de vida. Puede generar depresión, ansiedad, dolor de espalda y fatiga, entre otros síntomas que tienen un impacto muy dramáticos en la salud del paciente.

Reconoció que aún existen pocas alternativas para disminuir los efectos de este proceso de deterioro, pues es un fenómeno que se reconoce muy poco en nuestras sociedades, falta divulgar más información y se cuenta con pocos especialistas.

Rubio reiteró que pese a ser un factor de vida en todos los hombres, la conciencia de su llegada es muy baja. No hemos logrado generar una aceptación. La mayoría de los varones sufren su envejecimiento, en lugar de acudir con expertos en salud sexual, urólogos especializados y andrólogos.

Desde hace varios años, agregó, se cuenta con alternativas farmacológicas para sustituir la testosterona que pierde el organismo, aunque se trata de protocolos que deben seguir una vigilancia médica.

Sin embargo, destacó que tenemos al alcance mecanismos que pueden paliar ciertos síntomas y no vivir la vejez como un proceso doloroso en el que se pierden capacidades físicas y sexuales, pero también con un profundo desgaste emocional.

Alertó que la población de mayor riesgo son aquellos hombre con un proceso andropáusico prematuro que inicia cumplidos los 40 años, porque acuden con menos frecuencia al médico y no reciben un tratamiento adecuado, pues la pérdida de testosterona también tiene un impacto en la acumulación de colesterol y la hipertensión, que a la larga pueden causar la muerte si no hay un estricto control médico.