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Durante el nazismo desde ese edificio se organizó el genocidio de millones de personas

Se inauguró en Berlín el centro de documentación Topografía del Terror

Hay una abierta disposición para aclarar y expiar esos crímenes, dijo el presidente alemán

Reconocemos nuestra culpabilidad, expresó a La Jornada el alcalde Klaus Wowereit

Foto
Vista parcial del edificio donde se torturó y eliminó a millones de personas durante el régimen naziFoto Cortesía del centro de documentación Topografía del Terror
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Sábado 8 de mayo de 2010, p. 5

Berlín, 7 de mayo. Un pedazo del Muro de Berlín sigue todavía en pie a lo largo de la calle que hasta 1951 se llamó Prinz Albrecht Strasse, donde se instaló el aparato represor del Tercer Reich desde que Hitler ascendió al poder en 1933.

Los palaciegos salones que habían albergado hasta entonces a una escuela de arte, se convirtieron en la central de operaciones del hombre más poderoso del régimen nazi después de Hitler, el genocida, jefe del las SS, Heinrich Himmler, y su no menos temido lugarteniente, el frío y calculador Reinhard Heydrich.

Desde el Prinz Albrecht Palais y los edificios aledaños, un área de 4.5 hectáreas, se organizó con burocracia meticulosa el genocidio sistemático de millones de personas.

En esa calle tuvieron su central de operaciones los criminales nazis más temidos. Fue sede de la Oficina Central de Seguridad del Reich, la Gestapo y la policía criminal, que hasta la capitulación alemana, el 8 de mayo de 1945, actuaron como brazos ejecutores de la represión, persecución, deportación y exterminio de millones de personas en Alemania y en los países ocupados.

Calabozos del horror

En los calabozos subterráneos de la Gestapo, que ahora pueden verse a simple vista, se interrogaba, torturaba y eliminaba a los disidentes del nazismo.

Al levantar la vista se ve un pedazo del Muro de Berlín, que ha sobrevivido aunque con grandes agujeros. Detrás se levanta el edificio de arquitectura nazi de la fuerza aérea, la Luftwaffe, que ahora es ocupado por el Ministerio de Finanzas.

El lugar tiene aspecto de herida abierta. A un lado un edificio plano y bajo se confunde con el cielo lluvioso y gris. Es el nuevo centro de documentación Topografía del Terror, que fue inaugurado este jueves por el presidente alemán Horst Köhler, después de un largo proceso de más de dos décadas y un costo de 26 millones de euros.

El nuevo edificio es una muestra del largo camino que hemos necesitado los alemanes para trabajar nuestro pasado. Hoy día hay una clara y abierta disposición a aclarar y expiar los crímenes nazis, manifestó Köhler en su discurso.

La muestra da cuenta del aparato que dirigió Himmler como jefe supremo de 3 millones de policías y comandante de más de 600 mil hombres de las Waffen-SS, y documenta el modus operandi de la policía secreta.

El alcalde de la capital alemana, Klaus Wowereit, recordó en conversación con La Jornada, la dramática historia de Berlín que vivió tiempos de oro en los años 20 del siglo pasado, cuando era un centro cultural y de la ciencia y la tecnología, donde surgieron premios Nobel y fue cuna de numerosas patentes.

Después llegó el nazismo que trajo miseria a toda Europa. Reconocemos nuestra culpabilidad ante las víctimas, pero también ante las futuras generaciones que deben saber que la democracia no es un bien consabido, hay que practicarla y defenderla cada día.

Wowereit subrayó que una ciudad sólo tiene futuro si trabaja su pasado.

La central de la Gestapo fue demolida en los años 50 del siglo pasado, entonces no se hablaba sobre el horror nazi. Los escombros fueron retirados.

En los años 70 nos dimos cuenta de que en este lugar, que era utilizado como autódromo, se encontraban los fundamentos del palacio Prinz Albrecht, y que ahí debían estar los calabozos donde se interrogaba y torturaba a las personas, afirmó Christa Klinke, ciudadana berlinesa que fue parte de la iniciativa ciudadana que desde antes de que cayera el muro proponía que se rescataran los lugares clave de decisión y operación del Tercer Reich.

Entre ellos figuraba la mansión en la que tuvo lugar la conferencia de Wansee, donde fue acordada lo que los nazis llamaron la solución final de la cuestión judía, es decir, el Holocausto, que hasta entonces era utilizada sin mayor alusión a su pasado.

Liberación de Alemania

Históricamente se ha comprobado que el objetivo más importante de Hitler era el exterminio judío; eso lo sabe el que ha entendido la historia, aseveró la periodista alemana Lea Rosh, iniciadora del proyecto Memorial del Holocausto, que estos días cumple su primer lustro y que se encuentra, al igual que el Museo Judío, a corta distancia del nuevo centro Topografía del Terror.

El fin de la guerra no fue el colapso ni la capitulación como lo llamaron los nazis, sino la liberación de Alemania. Tenemos que recordar a los millones de rusos que cayeron en la guerra, a los estadunidenses, británicos y canadienses. Hay que ir al cementerio de Normandía para ver que tenían 20, 22 años. No nos liberamos solos, nos liberaron ellos.