Sociedad y Justicia
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La posibilidad de no garantizar la calidad educativa, entre inquietudes de los académicos

Genera oposición la propuesta de reglamento en el Politécnico

Necesario un proceso más democrático, plantean ex alumnos y administrativos

 
Periódico La Jornada
Lunes 5 de julio de 2010, p. 36

Profesores, investigadores y trabajadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) reconocieron que aún no hay consenso para aprobar un nuevo Reglamento general de estudios (RGE). La propuesta, presentada en mayo pasado por autoridades del instituto, generó protestas de un sector de estudiantes y docentes, pero recibió el apoyo de académicos e investigadores, quienes la consideran positiva.

Docentes, ex alumnos y empleados administrativos afirmaron que sin un proceso más inclusivo y democrático para la elaboración de un nuevo RGE, existen condiciones para que se genere un posible conflicto en el IPN si se cae en la tentación de imponerlo.

Salvador Álvarez, catedrático y ex director de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (Esime)-Zacatenco, enfatizó que “no hay oposición para renovar el actual reglamento, pero sí preocupa que con la propuesta de la actual administración –que encabeza Yoloxóchitl Bustamante Díez desde diciembre pasado– no se garantice la calidad educativa ni se establezca qué metas buscamos con el nuevo modelo educativo”.

En la propuesta de RGE, explicó, se incluye en el artículo 41 que los alumnos de nivel medio y superior “podrán cursar hasta 40 por ciento de los créditos curriculares en instituciones educativas, públicas y privadas, distintas al IPN con las que se tengan convenios de colaboración.

Si bien es importante favorecer la movilidad académica, se debe reconsiderar si es pertinente que nuestros ingenieros, a los que consideramos los mejores del país, obtengan la mitad de su formación en otras casas de estudios. Entre los sectores académicos y de investigadores, indicó, hay preocupación, porque no vemos reflejada en la propuesta del RGE la consolidación de la calidad educativa.

Propuesta positiva

Esperanza Lozoya, catedrática del Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales del IPN, destacó que es una propuesta positiva, que retoma muchos de los retos que plantea la aplicación de un nuevo modelo educativo, pues permite consolidar un aprendizaje más flexible e innovador.

Enfatizó que la posibilidad de estudiar 40 por ciento de los créditos en una institución distinta al Poli es voluntaria, y sólo la aplicarán aquellos alumnos regulares que así lo deseen, por lo que no pone en riesgo nuestro modelo educativo.

Sin embargo, Mauro Enciso Barrón, profesor de la Esime, con más de 30 años de servicio, e integrante de la Organización Nacional Politécnica, indicó que en algunos sectores académicos hay inconformidad, pues con el nuevo RGE se corre el riesgo de que baje la calidad educativa del Politécnico al permitir que sus alumnos cursen materias en instituciones de nivel académico inferior, en particular cuando se trata de ingenierías.

Por ello, destacó, diversas organizaciones de ex alumnos difundimos una carta abierta a la comunidad en la que señalamos la notoria urgencia de las autoridades del instituto para aprobar este reglamento, cuya propuesta se dio a conocer pocas semanas antes del fin de cursos y sin generar las condiciones para un verdadero debate entre la comunidad.

Ricardo Muñoz Zavala, investigador del Centro de Formación e Innovación Educativa del IPN, consideró un ejercicio inédito el proceso de consulta para construir un producto (reglamento) de la propia comunidad politécnica. La iniciativa busca consolidar el rediseño del modelo de enseñanza y académico que comenzó desde el año 2000, ante un entorno social y educativo mucho más dinámico, el cual demanda una gestión más eficiente.

Integrante de la comisión de académicos que colaboró en el diseño de la propuesta para el RGE, enfatizó que esta iniciativa tiene que ver con la posibilidad de que los alumnos puedan construir su propia trayectoria académica, que tomen decisiones y establezcan su ritmo e intensidad de estudio, por lo que consideró que las críticas al documento se deben a su desconocimiento, a que no se lee ni se analiza.

En tanto, trabajadores de apoyo a la educación, quienes solicitaron permanecer en el anonimato, señalaron que la propuesta se distribuyó poco antes de que concluya el periodo de actividades y sin propiciar mayor discusión por escuelas o centros de investigación, aunque la mayoría de administrativos desconocemos la iniciativa, lo que ha generado desconfianza y desinterés.