Debido a la inseguridad y al temor de la gente a brindar datos personales en el Censo de Población y Vivienda 2010 realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), porque esta información pudiera ser vendida posteriormente, un sinnúmero de domicilios quedaron sin ser censados.

De acuerdo con informes proporcionados por personal de la coordinación del Distrito Federal en una reunión con sus similares de entidades como Sinaloa, Tamaulipas y Chihuahua, en promedio sólo 35 por ciento de los entrevistados proporcionaron la totalidad de los informes requeridos por el instituto.

Ante esta situación, el Inegi se ha propuesto cubrir todos estos pendientes en las siguientes dos semanas, reportaron coordinadores de entrevistadores a este diario, por lo cual nuevamente se visitarán los hogares en que no se encontró a nadie, hubo negativa a dar datos o no se logró censar por el clima de inseguridad y violencia.

Incluso, mencionaron que a esas entidades se prevé enviar encuestadores que trabajaron en otros estados, y añadieron que incluso en el Distrito Federal hay problemas, como los casos de las delegaciones Xochimilco, con mil 300 pendientes, y Benito Juárez, donde habría 13 mil hogares sin censar, debido a las medidas de seguridad con que cuentan los edificios, lo que hace en algunos prácticamente imposible que dejen entrar.

También derivado de estas circunstancias se ocasionó un problema laboral, pues a los encuestadores (contratados para el censo) se les comienza a presionar a cumplir los pendientes, en condiciones de trabajo menos ventajosas que en las que efectuaron el conteo desde el 31 de mayo al 25 de junio pasado.

La mañana de ayer, durante la citada junta con las coordinaciones municipales 1, 3, y 4, Manuel Espinosa, Yolanda Coca y Aurora Mérida, supervisores de entrevistadores, indicaron que para cubrir los pendientes el Inegi no estaba dispuesto a entregar a los entrevistadores gastos de campo, es decir, el dinero que requieren para efectuar sus traslados. Además se les pedía realizar en promedio 35 entrevistas domiciliarias al día, cuando las que efectuaban eran 25 y con horario abierto (de 7 de la mañana a 11 o medianoche).

Finalmente la coordinación estatal accedió al pago de gastos de campo, pero en otros aspectos, como enviar a encuestadores que trabajaron en una delegación a otra, no modificó su postura.

Coincidieron en que, pese a que en algunas delegaciones del Distrito Federal la situación de pendientes es importante, nosotros podemos decir que estamos en la gloria en comparación con algunos estados, particularmente en los que hay mayores niveles de inseguridad; ahí hay un caos terrible, pues muchos hogares quedaron sin cubrir, porque la gente simplemente no quiso responder, mostró apatía o puso como argumento para no dar informes que no existe garantía de que sus datos no puedan ser vendidos, afirmaron.