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Reducir la matrícula no debiera ser la función social de la institución, dice Fabián Bretón

El área infantil del Conservatorio Nacional está desatendida

No cuenta con plan de estudios, no se entregan documentos ni tienen garantizado el ingreso, subraya

Los instrumentos están en pésimas condiciones de mantenimiento, afirma el docente

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Piano deterioradoFoto Cortesía de Fabián Bretón
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Aspecto del piano deteriorado que el docente del Conservatorio Nacional de Música utiliza para estudiar con un coro de niñosFoto Cortesía de Fabián Bretón
 
Periódico La Jornada
Miércoles 14 de julio de 2010, p. 4

La sección infantil es una de las áreas más importantes del Conservatorio Nacional de Música (CNM), pero también la más desatendida, pues no cuenta con un plan de estudios. Apenas dos o tres por ciento de los alumnos pasan a estudios profesionales y a los niños no se les otorga ningún reconocimiento o certificación, afirma Fabián Bretón, director artístico y musical del Coro Infantil de Bellas Artes y profesor en aquella institución.

El también guitarrista relata que los pequeños que logran ingresar a una de las instituciones públicas de más prestigio en el país para estudiar música pasan hasta un lustro en clases y no se les entrega ningún documento ni boletas por año; a veces no saben qué materias aprobaron, no hay metodologías de evaluación y cuando concluyen sus estudios, aun siendo talentosos, no tienen asegurado su ingreso al área profesional del conservatorio para que continúen su formación, pues deben presentar el examen como cualquier aspirante.

Los donativos, ¿dónde están?

A propósito de la entrevista que en mayo ofreció a este diario el director del CNM, Ricardo Miranda, en la cual afirmó que existía un renacimiento de la institución luego de varios años de estar prácticamente en ruinas, el profesor Bretón, ex alumno conservatoriano, critica que la nueva administración permita la renta de los espacios culturales del recinto.

“El auditorio lo rentan para clausuras, hasta tres o cuatro actos por día durante los fines de semana. Los ingresos entran bajo el rubro de donativo, de lo contrario sería ilegal, pero ¿dónde están esos recursos?, ¿en qué rubros se aplican esos donativos? No se ve por ningún lado. Miranda dijo en la entrevista con La Jornada que se habían remozado los baños, con todo lujo, pero fue para servir a las finalidades de la renta de los auditorios.

“Es decir, no se invirtió en adecuar otros aspectos en beneficio de las actividades académicas. Por ejemplo, en los salones de arriba no puedo estudiar con el coro que dirijo porque el piano no tiene teclas, le faltan cuerdas.

Los instrumentos están en pésimas condiciones de mantenimiento. Los de aliento tienen 30 años descompuestos, hay fagots de incalculable valor que nadie puede usar. No hay ni siquiera una partida dedicada al cambio de cuerdas. Los profesores y los alumnos deben a veces poner de su bolsillo para repararlos.

Respecto a este punto y cuestionado por La Jornada, el director del CNM, Ricardo Miranda, señaló que el Instituto Nacional de Bellas Artes está facultado para subarrendar sus espacios, práctica que tiene mucho tiempo de realizarse y está reglamentada. Acerca del uso de los donativos apuntó que algunos maestros “tendrán sus criterios de lo que es urgente; nosotros los hemos asignados a la producción de la ópera Anita, que es un proyecto muy importante, y se cambió la alfombra del auditorio, entre otras cosas”.

Sobre la asociación de Amigos del Conservatorio, que se creó bajo la actual dirección, Fabián Bretón, con 22 años de servicio en la institución, señala que se han ofrecido banquetes a esos empresarios en las instalaciones de la escuela, con acceso restringido para alumnos y docentes: “desconocemos quiénes forman parte de esa elite, así como el monto y el destino de lo que aportan. No hay transparencia en el ingreso de ese dinero ni se toma en cuenta la opinión de los catedráticos que conocemos las necesidades de nuestras respectivas áreas.

Lo que sí sabemos es que son aportaciones que, salvo las reformas que se hicieron a la sala Revueltas, no se aplican en renovación de instrumentos ni en becas de estímulo a profesores o cursos de perfeccionamiento. Son bienvenidas las becas a los alumnos, pero se otorgan de manera muy autoritaria, además de que privilegian a quienes de algún modo deben hacer un trabajo, pues los chicos becados deben ofrecer conciertos en las empresas que aportan el capital.

Por impulsar el talento

Bretón también explica que no existe una sociedad de padres de familia en el CNM, por lo que los alumnos, muchos de ellos menores edad, no tienen representación, y si se quejan a título personal con los maestros o las autoridades sufren represalias. Antes había una sociedad de alumnos, hasta tenían una oficina que en esta administración ha sido retirada sin la menor protesta. No sabemos a qué clase de acuerdo llegó la dirección con la representación estudiantil.

El especialista apunta como una de las carencias del conservatorio que no se impartan materias pedagógicas para la carrera de guitarra, una de las que tienen mayor demanda, siendo que la principal fuente de trabajo de un guitarrista es la enseñanza. Nos hemos quedado esperándolas en cada revisión del plan de estudios.

Reitera que la funcion social del CNM no debiera ser la reducción de su matrícula, pues “la institución debe asumir su responsabilidad. Ahora se restringe el ingreso y se enorgullecen de que entran 13 alumnos a guitarra; es algo que no puedo entender. Con la gran demanda que hay para estudiar piano apenas entran 18 o 20 estudiantes, ¡es increíble! No sabemos cuáles son los criterios para determinar tan escasa matrícula.

“En guitarra hay compañeros maestros cuyo número de horas rebasa el de sus alumnos. Se nos dice que el cupo es para cinco y hasta 10 estudiantes, pero se podría incrementar a 40, 50 o más, incluyendo los de la sección infantil.

“Miranda cree que al reducir la matrícula va a haber más calidad y eso es erróneo. Parece que todavía se tiene el concepto de que la música es para una minoría, para una elite, y no es así. Desde hace muchos años la música puede ser estudiada por quienes no tienen un entorno financiero holgado. Incluso, 90 por ciento de nuestra matrícula viene de escuelas públicas y el conservatorio fue creado para serlo. Lo único que nos debe limitar para aceptar estudiantes es el gusto o deseo por estudiar música, el talento, no su extracción social ni cultural.

Se trata de una institución que sostiene la sociedad y no podemos formar una elite dentro, concluye el catedrático.