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Investigan vínculos de su esposa con la mujer más rica de Francia, Liliane Bettencourt

Someten al ministro de Trabajo a interrogatorio por donaciones ilegales a campaña presidencial de Sarkozy
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Jean Yves Leborgne, abogado del secretario de Estado, asegura en un tribunal de París que las acusaciones son sólo mentiras y fantasmasFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 30 de julio de 2010, p. 27

París, 29 de julio. El ministro francés del Trabajo, Eric Woerth, fue sometido hoy a un interrogatorio de ocho horas en calidad de testigo en el contexto de las investigaciones sobre supuestas donaciones ilegales a la campaña proselitista del presidente Nicolas Sarkozy en 2007, de parte de Liliane Bettencourt, la principal accionista de la fabricante de cosméticos L’Oreal.

Las autoridades no revelaron los temas tratados con Woerth, ex tesorero de la campaña de Sarkozy y del derechista partido Unión para un Movimiento Popular (UMP), pero su abogado, Jean Yves Leborgne, confirmó que uno de los puntos abordados fue el vínculo entre Florence Woerth, esposa del ministro, y Bettencourt, la mujer más rica de Francia.

Una serie de versiones difundidas en las últimas seis semanas en sitios periodísticos en Internet muestran a Woerth como sospechoso de haber aceptado 150 mil euros en efectivo para fortalecer el financiamiento de la campaña presidencial de Sarkozy, cifra que está por arriba de los límites legales.

Se dice que el funcionario influyó para que su esposa fuera contratada por el despacho que administra la fortuna de Bettencourt.

Tras la audiencia, Leborgne reiteró que en ningún momento Woerth intervino para que su esposa fuera contratada por Patrice de Maistre, el jefe del despacho que maneja las cuentas de la heredera del emporio L’Oreal, la mayor empresa de cosméticos del mundo.

En cuanto al financiamiento político, (Woerth) con vigor y energía negó haber recibido fondos que no estuviera de acuerdo con la ley. Sarkozy y Woerth provienen de actividades políticas en municipios habitados por gente rica.

El presidente fue alcalde de Nueilly sur Seine, un suburbio de París, mientras que Woerth fue gobernante de la la localidad de Chantilly, considerada la capital hípica de Francia, que también es lugar de encuentro privilegiado de la grandes fortunas de este país.

Como tesorero de la UMP y de la campaña de Sarkozy, Woerth creó el denominado primer círculo que reúne a las grandes fortunas de Francia, entre las cuales recaba fondos, que legalmente no pueden superar los 7 mil 500 euros por año para un partido y 4 mil 600 anuales para un candidato.

Woerth, que fungió también como tesorero de la campaña de Jacques Chirac en el proceso de su relección, en 2002, fue designado ministro de Presupuesto de Sarkozy y en ese puesto convirtió la lucha contra la evasión fiscal en uno de sus principales objetivos.

Los críticos de Woerth no sólo denuncian un conflicto de intereses sino que ponen en duda el uso de su posición política para ayudar a su esposa a colocarse en el despacho que administra la riqueza de Bettencourt, al tiempo que ésta disponía de cuentas bancarias no registradas en el fisco, en instituciones de Suiza, así como propiedades en la isla de Seychelles.

Pese a las acusaciones, el abogado del ministro de Trabajo dijo hoy a los periodistas que todo son mentiras y fantasmas.

En las investigaciones derivadas de los juicios en que está involucrada Bettencourt –de presunta evasión fiscal y uno de carácter civil, abierto por su hija Francoise– las autoridades han realizado varios interrogatorios, incluida la principal accionista de L’Oreal.

La hija de Bettencourt acusó a al fotógrafo Francois-Marie Banier de abusar de la debilidad senil de su madre y reclama el derecho de tomar decisiones sobre su riqueza, debido a que ha entregado a su amigo cientos de miles de euros y regalos en especie que en conjunto valen millones de euros.

La cuidadora de Bettencourt, Henriette Youpatchou, describió una escena en la que la anciana mujer, de 87 años de edad, le extiende a Banier un cheque por valor de 183 millones de euros.

Después de eso me preguntó si se trataba de mucho dinero, dijo la enfermera. ”No tiene noción del valor del dinero”, agregó. Otra vez Bettencourt se quejó de Banier porque exige demasiado dinero. Un día André (esposo de Bettencourt) se dará cuenta.

Una empleada del hogar de Bettencourt recuerda, según uno de los interrogatorios difundidos, cómo la rica heredera se aprendió por consejo de su asesor financiero las siguientes frases de memoria: “Ha sido un placer apoyarlo en su campaña y le continuaré brindando mi apoyo personal. Sin embargo, tengo graves problemas con mi hija, que podrían tener consecuencias para L’Oreal y con ello para la economía del país”.