Moscú, 7 de agosto. Al menos 840 incendios forestales en Rusia dejaron hoy sumida en una densa nube de humo a Moscú, la capital, donde la visibilidad quedó limitada en parte a menos de 50 metros.

Sólo en las últimas 24 horas se registraron más de 300 nuevos focos en todo el país, según el Ministerio de Defensa Civil.

Más de 50 personas han muerto hasta ahora a consecuencia del fuego. Cientos de heridos son tratados en los hospitales y miles de rusos han tenido que dejar sus casas por temor a las llamas.

Varias organizaciones de ayuda a los damnificados consideran que el número de víctimas podría ser incluso mayor.

En Moscú, el índice de contaminación atmosférica supera actualmente en unas seis veces el máximo previsto. Los médicos en la capital advirtieron sobre graves riesgos para la salud, en tanto que cientos de personas se hicieron ya tratar en clínicas moscovitas.

Las máscaras normales de protección respiratoria no son suficientes, advirtió el experto moscovita Leonid Lasedbnik, quien demandó por ello a los ciudadanos permanecer en sus casas o, de ser posible, salir de Moscú.

También en los aeropuertos internacionales hubo retrasos por problemas de visibilidad.

La radio ECO de Moscú dijo que soldados cavaron un canal para evitar que las llamas avancen hacia la instalación de armas nucleares de Sarov, rodeada por bosques en la región de Niznhy Novgorod, al este de la capital.

El Ministerio de Situaciones de Emergencia advirtió que los incendios seguían extendiéndose en el oeste del país, y que los meteorólogos no han previsto ninguna mejora en los próximos días en cuanto a la canícula que azota Rusia desde hace más de un mes.

Por su parte, el presidente ruso, Dimitri Medvediev, donó 12 mil dólares de su propio bolsillo para la reconstrucción de las viviendas destruidas, según informó su vocera Natalia Timakova.

Además, el Ministerio de Protección de la Naturaleza comunicó que los incendios afectan a por lo menos 15 parques nacionales del país y causan la muerte a una gran cantidad de animales.