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La obra, una visión idílica y cruda de la lucha, indica el director Ignacio Flores de la Lama

Escenifican Antonia, melodrama sin maniqueísmos de la Revolución

La puesta, original del dramaturgo Rafael Bernal, aborda el lado humano de personajes que no se involucraron de manera directa en la lucha armada

Se presentará en el teatro Orientación

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Las actrices Ofelia Guiza, Wendy de los Cobos y Alejandra Maldonado actúan en AntoniaFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de agosto de 2010, p. 2

Las luces y sombras de los aspectos sociales e ideológicos de la Revolución mexicana, así como el lado humano de personajes que no se involucraron directamente en el movimiento armado –como las mujeres que en lugar de soldaderas ingresaron a la prostitución–, son exploradas en Antonia, del dramaturgo y narrador Rafael Bernal (1915-1972), y dirigida por Ignacio Flores de la Lama.

En estos tiempos de mucho ruido formal y escasos contenidos de fondo sobre los diversos aspectos de la Revolución que cumplirá 100 años, el Instituto Nacional de Bellas Artes tuvo el acierto de poner en el teatro Orientación ese melodrama auténtico, sin maniqueísmos, del reconocido autor de la novela policiaca El complot mongol.

Una cantina es el escenario de los dos actos de la obra, donde habita una especie de familia disfuncional: el cantinero, el mesero, el músico, las prostitutas, y adonde llegan a beber los otros personajes, los que están haciendo la revolución según el entender de cada uno de ellos.

El momento definitivo del personaje Antonia llega cuando en esa cantina se rencuentra con su marido, el coronel Rito Salgado, quien la dejó sola para realizar los ideales revolucionarios por un país más justo y libre, y con el general Ambrosio López, quien abusó de ella cuando estaba embarazada.

Flores de la Lama dijo que Bernal escribió Antonia en 1950 –en pleno auge del control político y social priísta–, y que una de sus tesis planteaba que el movimiento armado mexicano fue una revolución injusta, sobre todo con los campesinos, que fue dejando un rastro de sangre y que al final no dio lo que había ofrecido. Agregó: Para Bernal, a los más fregados fue a quienes les fue peor, y eso sigue vigente en el país.

La obra se puso el mismo año en que se escribió y una segunda ocasión en los años 60 o 70, hasta ahora que se intenta una relectura de la Revolución. Esta revisión de Flores de la Lama incluiría tres perspectivas.

Una, la exploración de la época que trata, alrededor de 1914, cuando parecía que las cosas se estabilizaban pero al mismo tiempo había mucha incertidumbre por las luchas intestinas de los diferentes grupos revolucionarios.

La segunda, la misma época de consolidación de los regímenes revolucionarios, a mediados del siglo XX. Y la tercera, la propia óptica desde la que se observa ese acontecimiento histórico en este año de su centenario.

El director comentó que Antonia refleja una visión idílica de la Revolución, pero también cruda. Y Bernal lo hizo a través del melodrama, género al que lamentablemente se le han dado connotaciones peyorativas que no le corresponderían.

“Pero el melodrama es un género tan digno, limpio, sano y honesto como cualquiera de los géneros dramáticos.

Esta obra honra el género, ya que es un melodrama escrito de manera muy puntual y redonda.

En cuanto al tratamiento que dio al texto, Flores de la Lama señaló que se redujo de tres a dos actos, pero que se acató su estructura convencional, su lenguaje lírico y que se trató de respetar al máximo al autor.

Costos sociales de la lucha

Es una obra redondita, eficaz, funcional, hilvanada. Tendría que ser de catálogo, pues se trata de un auténtico melodrama, no de una exaltación del sentimentalismo ni del maniqueísmo.

Habló de algunos personajes, y agregó que Antonia puede considerarse como una mujer progresista y echada para adelante, y su conflicto se ubica en el orden de lo humano, como una redención.

Consideró que el coronel Rito Salgado era el alter ego de Rafael Bernal y que representa el virtuosismo y la parte noble y congruente de los revolucionarios. Mientras el general Ambrosio López es el villano al que hay que denunciar.

Alejandra Maldonado, quien interpreta a Antonia, destacó que su personaje es una mujer abandonada, sin muchas opciones y que tiene que abrirse camino como prostituta en medio de un país devastado por la confrontación.

La obra tiene que ver con el costo social de la Revolución. En ese momento no hay espacios para desarrollarse, ni trabajo como empleada en alguna casa rica. Lo que hay es guerra, y la prostitución era la única manera para las mujeres de ser independientes.

Agregó que hoy, pese a los diversos logros, los derechos femeninos aún están en construcción, ya que todavía existen mujeres sometidas, presas y sin derecho a decidir y elegir, como en Guanajuato.

Al final se le preguntó a Ignacio Flores de la Lama qué opinaría Rafael Bernal del sentido ligero y de espectáculo que se le ha dado a la celebración del bicentenario y el centenario, y respondió: No le gustaría el rayo láser, pero sí esta puesta.

Antonia se presentará de jueves a domingo, del 26 de agosto al 3 de octubre, en el teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque.