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Critican que precandidatos, organizaciones religiosas y funcionarios desafíen la ley electoral

Consejeros salientes admiten que el IFE fue un árbitro controvertido en 2006
 
Periódico La Jornada
Jueves 28 de octubre de 2010, p. 15

Los tres consejeros salientes del Instituto Federal Electoral (IFE) reconocieron las críticas que, ante la reñida contienda electoral de 2006, colocaron a este organismo como un árbitro controvertido. Marco Antonio Gómez advirtió que hoy, aspirantes, precandidatos, organizaciones religiosas y funcionarios de primerísimo nivel desafían de manera reiterada el marco legal, en perjuicio de la contienda presidencial venidera.

En la última sesión de Consejo General del IFE en la que participaron, Virgilio Andrade, Arturo Sánchez y Gómez hicieron un recuento de su experiencia durante los siete años en que ocuparon un asiento en el máximo órgano de decisión del instituto.

A la par, sus homólogos, así como representantes de partidos políticos (con la excepción del de la Revolución Democrática y el del Trabajo) les reconocieron su aportación a lo que se calificó como un balance positivo de los 20 años de existencia del IFE.

Ceder y aprender

En autocrítica de su labor, Sánchez reconoció que en 2006 hubo momentos muy difíciles en los cuales hubo necesidad de ceder y aprender.

No quiero dejar de decir también de las dolorosas lágrimas, a veces, de desesperación ante los momentos tan difíciles de 2006, cuando se acababan las fuerzas. Había mucho qué hacer, había mucho qué rescatar; se nos iban de las manos muchas cosas y había que buscar seguir adelante.

La sesión de este miércoles se convirtió en un anecdotario en la que consejeros y representantes de partidos políticos dejaron a un lado sus confrontaciones, evidentes en el momento de votar las resoluciones, incluso divididos en dos bloques, y se manifestaron respeto y admiración.

La sesión fue una tanda de intervenciones para enumerar, de pronto con la voz entrecortada, recuerdos personales o para calificar a los consejeros que se van de minuciosos, asertivos, apasionados, profesionales, democráticos, entre otros adjetivos, pero también fue la palestra para defender las decisiones polémicas que tomaron en la competida contienda de 2006.

El cambio de consejeros, aseveró el secretario ejecutivo del IFE, Edmundo Jacobo, es precisamente una muestra de normalidad institucional, porque los que se van lo hacen sin estridencias.

El consejero presidente, Leonardo Valdés, advirtió que los sucesores en esos tres asientos deberán acercarse de inmediato a las direcciones ejecutivas para familiarizarse con el entramado operativo del instituto.

Con la reforma electoral de 2007-2008, los legisladores dispusieron que los cambios de consejeros sean escalonados, de ahí que este sábado concluirá el periodo de tres de ellos, al tiempo que en la Cámara de Diputados se definirán los nombres de quienes tomarán la estafeta en la sesión de este domingo.

Los integrantes del Consejo General coincidieron en afirmar que el organismo pudo transitar con una de las reformas electorales más importantes que dio una nueva comunicación política al país, con lo cual el IFE se convirtió –durante las jornadas electorales– en administrador único de los tiempos oficiales y adquirió facultades para investigar y sancionar irregularidades, lo mismo de partidos políticos, candidatos y radiodifusores que de personas físicas y morales diversas.

Hace siete años, expuso el consejero Andrade, el IFE venía de una época dorada de confianza y credibilidad en los comicios; no obstante, tras la alternancia vino la crudeza y la intensidad de la realidad política que se evidencia en un alto nivel de confrontación de los contendientes, de polarización y denuncia.

Luego vino el paso doloroso de la reconciliación, cuando el instituto tenía qué remontar la crítica, la decepción, los intereses creados y la desconfianza.

Para 2012, siguió en su turno el consejero Gómez, los retos del IFE no están en su legislación, sino fuera del organismo.

“No nos engañemos: de nada sirve una ley si los actores están en permanente voluntad de desafiarla (…) la única forma de construir procesos electorales sin turbulencias es cumpliendo las reglas”, advirtió.