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“Fue rector magnífico de nuestra alma mater”, afirma Enrique González Pedrero

Otorga el Senado la medalla Belisario Domínguez a Barros Sierra y Luis H. Álvarez

El panista hizo extensivo el reconocimiento a los pueblos indígenas y a los grupos vulnerables

 
Periódico La Jornada
Jueves 28 de octubre de 2010, p. 17

Complace que en el centenario de la UNAM “se recuerde y se celebre a quién fue rector magnífico de nuestra alma mater”, afirmó ayer Enrique González Pedrero, al intervenir a nombre de la familia de Javier Barros Sierra, durante la sesión solemne en el Senado de la República, en que se le entregó post mortem la medalla Belisario Domínguez.

González Pedrero nunca llamó presidente al Ejecutivo federal, quien estuvo en la ceremonia. Se refirió a él como señor licenciado Felipe Calderón Hinojosa.

En su discurso, el ex gobernador resaltó que la vasta experiencia espiritual y material de Barros Sierra le permitió defender la autonomía universitaria y enfrentar al monopolio de la fuerza de la violencia física, con el escudo cristalino de su autoridad moral.

La sesión solemne en la que se otorgó también el galardón al panista Luis H Álvarez, se llevó a cabo en la casona de Xicoténcatl y asistieron el titular de la Suprema Corte, Guillermo Ortiz Mayagoitia, y los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones y Jorge Carlos Ramírez Marín.

González Pedrero recordó las palabras que Barros Sierra pronunció, con la bandera a media asta, cuando el Ejército entró a las instalaciones universitarias en 1968 y se convirtió el conflicto estudiantil en un movimiento en defensa de la autonomía universitaria: Hoy es un día de luto para la universidad. La autonomía está amenazada gravemente.

Para Barros Sierra la autonomía no era una idea abstracta, sino un ejercicio respetable y respetado por todos y esa idea de la autonomía es la que ha sustentado a la universidad, junto con la representatividad nacional, lo mismo en los trances difíciles, como en sus mejores momentos y la han hecho una de las instituciones más fiables de México, destacó González Pedrero.

Resaltó que en materia educativa la UNAM ha mantenido con altibajos la continuidad que la secretaría del ramo hubiera debido tener desde nuestra independencia.

Si hubiéramos tenido esa continuidad como país, otro gallo nos cantara, pero como dicen en mi pueblo, nunca es tarde para empezar, recalcó en el recinto en que se congregaron también el rector de la UNAM, José Narro Robles, diputados de Chiapas y buena parte del gabinete presidencial, entre ellos el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero.

González Pedrero pidió al Congreso tener presente el nombre de Barros Sierra, de su abuelo Justo Sierra y de José Vasconcelos, a fin de destinar los recursos necesarios a la educación superior.

La medalla post mortem al rector del 68 la recibió su hija, Cristina Barros Valero, de manos de Manlio Fabio Beltrones, quién entregó también el galardón al otro premiado, Luis H. Álvarez.

El ex comisionado para la Paz en Chiapas estuvo acompañado por la esposa de Calderón, Margarita Zavala, el dirigente de Acción Nacional, César Nava, y otros.

Álvarez dijo que era un honor inmerecido estar en la tribuna del Senado y decidió hacer extensivo el reconocimiento a los pueblos y comunidades indígenas de México y a los diferentes grupos vulnerables, entre ellos personas con discapacidad, adultos mayores, así como niños y mujeres que padecen diversos agravios.