Cultura
Ver día anteriorMiércoles 2 de febrero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Olga Orive dio a conocer el dictamen técnico acerca del remozamiento de la sala principal

Icomos interpone denuncia ante la UNESCO por la grave afectación al Palacio de Bellas Artes
 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de febrero de 2011, p. 7

Con el propósito de que el gobierno federal revierta la grave afectación sufrida por el Palacio de Bellas Artes, debido al remozamiento de su sala principal, la sección México del Consejo Internacional de Sitios y Monumentos (Icomos) interpuso ayer una denuncia ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Así lo sostuvo la presidenta de Icomos-México, Olga Orive, en conferencia de prensa en la que presentó el dictamen técnico que sirve de argumento a la petición para que el Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO intervenga en el caso y envíe a la brevedad una misión reactiva al país.

Integrada por un equipo internacional de especialistas, esa misión deberá evaluar los daños causados al máximo recinto cultural del país y determinar los pasos que deben seguir el gobierno federal y las instancias responsables de los mismos, detalló.

Además de a la sede de la UNESCO en París, Francia, copias de esa denuncia y del dictamen fueron remitidos a los titulares de Icomos internacional, la UNESCO México, la Secretaría de Educación Pública y las comisiones de Cultura del Senado y de la Cámara de Diputados.

Asimismo, a la Procuraduría General de la República, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y la Comisión Mexicana de Cooperación de la UNESCO, dependiente de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

De acuerdo con Olga Orive, el dictamen enviado al organismo internacional cuenta con información técnica limitada, debido a que el INBA no atendió la solicitud de Icomos-México, de autorizarle que expertos hicieran mediciones y estudios in situ.

Esa circunstancia, sin embargo, no descalifica los argumentos legales y técnicos que integran la evaluación, manifiesta Olga Orive, pues en una visita de carácter informativo efectuada el lunes 24 del pasado enero, se constataron diversas anomalías.

Aseguró que Icomos insistirá ante el INBA para hacer esa inspección técnica e incluso creará un cuerpo consultivo de expertos nacionales y extranjeros que se encargue de esa tarea.

Perjuicios a la acústica

En las conclusiones del dictamen, se asienta que con las obras elaboradas en el interior de dicho inmueble no se contribuye a la conservación del valor estético relevante que, en el ámbito nacional, sirvió de base para el reconocimiento de este teatro como monumento artístico.

De igual forma, no se contribuye a la conservación del valor universal excepcional que comparten los edificios que se localizan en el perímetro inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, de conformidad con la Convención del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural.

Se subraya, asimismo, que la intervención realizada en el interior del Palacio de Bellas Artes constituye una violación a los principios de conservación internacionalmente reconocidos.

Según se asienta en el dictamen, técnicamente nada justificaba la eliminación de la mecánica teatral original de Bellas Artes: Un mantenimiento mayor le hubiese dejado en condiciones óptimas para cumplir con las condiciones establecidas en este edificio desde su origen.

Se resalta que la decisión de convertirlo en un recinto para otros usos fue un error de principio, que acarreó el indebido desplazamiento de la mecánica teatral original y, al dejar la superficie del foro sin la pendiente, se alteró inevitablemente, y de manera negativa, la geometría original de las áreas de espectadores, no sólo en lo que respecta a la visibilidad, sino a la acústica, a los movimientos del público y la seguridad del mismo.

Otro punto es el perjuicio a la acústica. Las bocinas que se incorporaron “uniforman el sonido y lo hace próximo, siendo semejante a escuchar música reproducida por un aparato; nada más alejado a la música producida en un teatro.

Quien decidió esto demostró un total desconocimiento de la experiencia de un concierto y lo redujo a la uniforme referencia de la música comercial, la cual no diferencia la música grabada de la escuchada en vivo.