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Su quehacer fue determinante para el teatro mexicano, señalan en la UNAM

Rinden homenaje al creador escénico Héctor Mendoza
 
Periódico La Jornada
Viernes 25 de febrero de 2011, p. 7

Como una de las figuras determinantes para configurar el teatro en México durante los pasados 60 años, así fue reconocido el creador escénico Héctor Mendoza (1932-2010), en el homenaje que este jueves se lñe rindió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En el acto, realizado en el Aula Magna de esa facultad, José Luis Ibañez, amigo y colega generacional de Mendoza, destacó: Héctor nunca frenó los impulsos de sus instintos teatrales cuando éstos lo movían a hacer algo en escena. Me parece que nunca se sintió en el dilema de tener que elegir entre el saber o atender el impulso de su instinto, creo que primero fue instintivo y luego reflexivo, lo que no quiere decir que haya despreciado el conocimiento, por el contrario. Él enlazó de una manera muy propia la cuestión del instinto y el saber, con gran mérito de su parte, pues lo llevó a cabo en una época cuando se decía que uno no tenía derecho a pisar el escenario si antes no había aprendido todas las bases de ese arte.

Para definir el empeño deMendoza, Ibáñez citó las palabras de Octavio Paz sobre el naciente estilo del movimiento cultural Poesía en Voz Alta, en los años 60 del siglo pasado, desarrollado en la Casa del Lago por Mendoza, entre otros creadores.

Un estilo nunca es la aplicación de una fórmula, sino un espíritu que está en busca de su forma. Nadie, destacó Ibañez, representa mejor esa idea en carne, hueso y obra que Héctor Mendoza.

En su momento la titular de la Secretaría Académica, Norma de los Ríos, y la investigadora Eugenia Revueltas, mediante testimonios y anécdotas destacaron la memorable labor académica y formativa de Héctor Mendoza en la UNAM, donde impartió cátedra a lo largo de 41 años ininterrumpidos, de 1969 a 2010.

Revueltas, resaltó el interés de Mendoza por el actor, así como su labor por hacer una lectura contemporánea de los dramaturgos clásicos del Siglo de Oro español, como Tirso de Molina, con el montaje Don Gil de las calzas verdes.

Josefina Brun, a su vez, se refirió a cuatro ejes que conforman y marcan la trayectoria del creador escénico: su dramaturgia, la puesta en escena (concepto que le permitió construir su método de dirección), su investigación sobre el teatro clásico y la docencia.

Para concluir, el actor y docente Rodrigo Mendoza, calificó a su padre como un maestro gitano. Aprender de él fue un proceso de ósmosis. El método mendocino es inexistente, explicó. En realidad, era la capacidad de él para entender los problemas personales y enseñar individualmente cómo llegar a ser mejor actor o director, pero al final de cuentas enseñaba cómo ser mejor ser humano. Al final de su vida, concluyó Rodrigo, logró ser alumno de su propio método.