esde mediados del siglo pasado México adoptó una estructura de clasificación, registro y presentación de sus transacciones comerciales y financieras con el exterior que dio cuerpo a la macrocuenta Balanza de Pagos, formato que hoy conocemos como presentación tradicional (Gráfico 1-a).

Hacia fines del siglo pasado, con la apertura externa primero y en particular a raíz de la crisis detonada en diciembre de 1994, el Fondo Monetario Internacional (FMI) exigió a México una mayor transparencia en aspectos clave como el comportamiento de la Reserva Internacional —lo cual fue muy positivo pues en 1994 el saliente gobierno salinista prácticamente arrasó con las reservas (unos 25 mil millones de dólares en aquel entonces) sin que (casi) nadie lo supiera— y también homologar la presentación de la Balanza de Pagos a la diseñada por el FMI.

Dada la disfuncionalidad de esta última para México, Banxico produce desde hace años dos versiones de la B de P: una con el formato tradicional y otra con el formato del FMI (Gráfico 1-b), manteniéndose la primera como presentación oficial dado que su estructura, clasificación y desglose la hacen más objetiva para una economía como la nuestra (sin una moneda de aceptación internacional) y más adecuada para el análisis económico del sector externo. No obstante que esto sigue siendo válido, el Banco de México decidió que a partir de este año se adopta (oficializa) la presentación del FMI, y el formato tradicional se relega a anexos y a la web por tiempo indefinido.

A reserva de evaluar las implicaciones, ventajas y limitaciones de tal cambio, hoy por lo pronto seguimos usando la presentación tradicional.

En el primer trimestre del año, la Cuenta Corriente registró un déficit moderado de menos mil 376 millones de dólares, mientras que la Cuenta de Capital registró un fuerte ingreso de recursos del exterior que ascendió a 15 mil 266 millones. Dado que del excedente de ingresos sólo 9 mil 112 millones fueron a engrosar la Reserva Internacional (neta), los restantes -4 mil 904 millones fueron al hoyo negro de Errores y Omisiones.

El preocupante ingreso de cuantiosos recursos financieros del exterior en el trimestre obedeció a tres factores principales: a) un incremento en el endeudamiento externo por 4 mil 349 millones de dólares, atribuible básicamente al sector privado (bancario y no bancario); b) un excesivo ingreso (10 mil 539 millones) de capital golondrino (especulativo) atraído por las (comparativamente) altas tasas de los valores gubernamentales; y c) una desinversión de capitales mexicanos en derivados externos (5 mil 807 millones) y su reingreso al país.

La Cuenta Corriente

En el trimestre ingresaron a la economía 92 mil 413 millones de dólares (18.5% más que en el primer trimestre de 2010) por la venta al exterior de mercancías y servicios, y salieron por compras 93 mil 789 millones (20.9% más), dando como diferencia el saldo deficitario mencionado de menos mil 376 millones (Gráfico 2).

El valor de las exportaciones petroleras fue de 13 mil 217 millones de dólares (un incremento de 39.3%) y el de las no petroleras 68 mil 586 millones (20.1% más). El saldo de la balanza petrolera ascendió en el trimestre a 3 mil 517 millones de dólares (Gráfico 1-b).

Las remesas de los emigrantes a sus familias totalizaron 5 mil 98 millones en el trimestre, creciendo por primera vez (en 5.5%) tras un declive de tres años (Gráfico 3).

Esta recuperación de las remesas se registró en todas las entidades del país excepto en seis: Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Chihuahua, el Estado de México y Tabasco (Gráfico 4)

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